José Sarrión Andaluz es profesor y miembro del Comité Federal del PCE. Doctor en filosofía, realizó su tesis sobre el marxismo de Manuel Sacristán con Sobresaliente “Cum Laude” por unanimidad en la UNED. Ha sufrido una expulsión de su plaza de profesor por su militancia comunista, bajo mandato del Obispo de Salamanca, batalla que Sarrión ganó tras una dura lucha social y jurídica. Su candidatura cuenta con el respaldo oficial del PCE.

Sarrión es secretario de formación del Partido Comunista de Castilla y León (PCCL) y miembro del consejo asesor de la FIM, así como de su sección de Pensamiento. También es miembro del consejo de redacción de Mundo Obrero.

Mundo Obrero: Encabezas una candidatura a las Primarias de IU en Castilla y León, que decidirán el candidato a la presidencia de la Junta de esa Comunidad en las elecciones de mayo ¿puedes resumirnos los ejes básicos de la candidatura que encabezas?
José Sarrión:
La candidatura parte de una constatación: el poder ya no se encuentra en los Gobiernos ni en los Parlamentos (no lo estuvo nunca, y hoy se ve este hecho con más claridad). El poder se encuentra, de hecho siempre se ha encontrado, en los grupos financieros. El poder político no es más que una herramienta al servicio de estos grupos. Por esta razón no entendemos la actividad de IU en las instituciones como la centralidad de nuestro trabajo, sino como un instrumento que sirva de altavoz de las luchas sociales (como planteaba Lenin). La batalla electoral no puede ser nunca el único fin de IU, sino un medio (sin restarle la importancia al trabajo en las instituciones) al servicio del fin principal, que es construir organización popular para lograr la ruptura con el sistema dominante.

En esta línea, ésta candidatura pretende ser una propuesta autónoma respecto a los poderes económicos de la Comunidad, respecto a la derecha y respecto a fuerzas políticas como el PSOE, que se definen de izquierda cuando no lo son.

M.O.: ¿Cuál es la IU que os gustaría para Castilla y León?
J.S.:
Reivindicamos que la centralidad de IU tiene que estar en la labor de sus militantes y asambleas de base, en el trabajo desde abajo, en las calles y en los movimientos sociales. Debemos ser una gran maquinaria de trabajo voluntario, capaz de construir un contrapoder, porque, a diferencia de otros que confían el los medios, a nosotros no nos van regalar nada.

Estas ideas suponen reivindicar los valores fundacionales de IU, la IU de Julio Anguita. Aunque la mayor parte de la candidatura somos jóvenes, estamos convencidos de que lo que necesitan España y Castilla y León es el proyecto de IU del 86.

M.O.: ¿De dónde surge la idea de la candidatura?
J.S.:
De los militantes de base de IU en Castilla y León. Algunos somos gente de las nueve provincias que componen la Comunidad que llevamos años militando desde abajo, la mayoría de nosotros sin desempeñar responsabilidades institucionales. Otras son personas que desempeñaron su actividad institucional en los años 90, por cierto de manera muy prestigiosa, y que consideran IUCL una vuelta a esa IU fundacional de la que hablaba antes. Y ahora, en campaña, está emergiendo un tercer sector, que son los sindicalistas y los activistas de los movimientos sociales, que están sintiéndose identificados con nuestro discurso y se están acercando a IU.

M.O.:¿Cómo influye tu formación académica en tu forma de entender la política?
J.S.:
Lo primero quiero dejar clara una cosa: formación académica no equivale a formación política. Puede llegar a ser, incluso, inversamente proporcional debido a la hegemonía imperante en el sistema universitario. Yo aprendí política de compañeros que en muchos casos no tenían ni el graduado escolar, y ninguno de ellos un doctorado, pero eran personas cultas, autodidactas, críticas y reflexivas, y por encima de todo con una ética personal y un sentido de clase obrera, que en última instancia es la mejor formación de todas. Estoy cansado de escuchar que somos la generación más preparada de la historia, Eso es falso. Somos la generación con más títulos, lo que no equivale a más conocimiento.

Dicho esto, quisiera recordar a uno de los mejores pensadores que hemos tenido la izquierda española, el filosofo Paco Fernández Buey; quien, por cierto, fue fundador de IUCL. De Fernández Buey solemos acordarnos, o mejor dicho, reivindicarlo, menos de lo que deberíamos. Paco, entre sus muchas lecciones, no enseñó una muy importante sobre la relación entre la política y la verdad. Existe una forma de hacer política que hace que ésta se realice desde la manipulación, desde la mentira. Cuando oíamos a Zapatero hablarnos de que estábamos en la “Champión League” de la economía, al referirse a la robusta salud del sistema financiero español, o cuando oímos ahora Rajoy hablar de recuperación, parecería que la realidad empírica de la política da la razón a esa tradición embustera y tergiversadora.

Sin embargo, nos recordaba Paco, existe otra tradición que reclama que la política sólo se puede practicar desde la verdad.

Nuestro compromiso no está en mirar las encuestas para ver qué es lo que quiere oír la gente, sino está en explicar a la ciudadanía la realidad para superar el velo que imponen las ideologías ( en el sentido marxiano del término) e intentar conocer la realidad como es, con el objetivo no solo de conocer dicha realidad, sino también de poder actuar correctamente sobre ella.

¿Y cuál es la verdad hoy? Pues muy sencillo, que el capitalismo no va a sacarnos de la crisis. Marx dedicó su vida a estudiar la contradicción central del capitalismo que es que el sistema más productivo de los que han existido en la historia, sólo puede producir si el beneficio de dicha producción se dirige hacia una minoría social, hacia los dueños de las grandes empresas. Esto es lo que él llamó el choque tendencial entre el desarrollo de las fuerzas productivas y el marco de relaciones sociales (injustas) en que se desenvuelve.

Otro gran castellano, Marcelino Camacho, pasó su vida explicando esto a los españoles. Este choque tendencial genera crisis periódicas, que no puede superar, sino como mucho desplazar. Lo que sucedió durante las últimas décadas es que la economía especulativa logró posponer la crisis, pero hoy la burbuja ha estallado. La única solución está en superar el propio capitalismo.

M.O.: Fuiste despedido el pasado verano de tu plaza de profesor en la Universidad Pontificia de Salamanca por pertenecer al Comité Federal del PCE. Tras batallar lograste ser readmitido ¿Qué tal de vuelta en tu plaza? ¿no persiste la represión?
J.S:
Las autoridades que ordenaron mi despido ideológico, el Obispo de Salamanca y el Rector, siguen ahí. El hecho de que haya un acuerdo, (con valor de sentencia) donde se reconoce la nulidad del despido debería otorgarme un cierto blindaje, al menos temporal. Estoy atento porque en esta empresa los derechos de los trabajadores se vulneran constantemente. Ahora es buen momento para luchar por los problemas de mis compañeros y compañeras.