El domingo 6 de diciembre algunos celebraban el trigésimo séptimo aniversario de la constitución actual de 1978. Era sin duda un día propicio para rebobinar y remontarse al proceso de la Transición “democrática” en España, para recordar que los cuarenta años de sediciosa opresión a los valores de la legítima constitución republicana de 1931, y por consiguiente a la voluntad del pueblo español, habían llegado a su fin.
Varios miles de personas se manifestaban a las doce del mediodía de Cibeles a Sol en la capital madrileña reivindicando el cambio de modelo político establecido en nuestro país, alegando la imposición de grandes decisiones que han afectado al conjunto de la ciudadanía sin contar con la misma desde el nacimiento de la Carta Magna en 1978; decisiones tales como la entrada en la OTAN, la vulneración del artículo 135, recortes en derechos políticos, sociales y laborales de la mayoría…
A la concentración acudieron numerosas organizaciones republicanas entre ellas Unidad Cívica por la República (Víctor Díaz Cardiel), Izquierda Unida/Unidad popular (Sol Sánchez), Partido Comunista de España (Gloria Aguilar)…entre otras organizaciones quienes coincidían en la necesidad de avanzar en la consecución de una democracia real que no violente los derechos sociales y cuya clave resida en un proceso constituyente abierto a los ciudadanos y ciudadanas que permita un progreso social y económico con pleno respeto a las libertades, así como la necesidad de un cambio institucional de ruptura con el régimen monárquico constituyéndose una legítima III República que garantice las conquistas pasadas y los avances futuros.
Se denunciaba la ilegitimidad del rey Felipe VI y de su antecesor Juan Carlos I ya que fueron imposiciones franquistas y el hecho objetivo de que no puede coexistir la democracia en su término más estricto con una institución que no ha sido refrendada en las urnas mediante un referéndum.
Según Sara Díaz (jóvenes de IU Ciudad Lineal) esta Constitución no se cumple si quiera en su articulado básico de derechos sociales, puesto que no se materializan los hechos de tener una vivienda y trabajo dignos, al tiempo que se modificó el artículo 135 con “nocturnidad” en el año 2011. Insistía firmemente en que ésta constitución nació al calor residual de la dictadura y que por tanto, se debe abrir el camino para un nuevo proceso constituyente verdaderamente democrático en el que todos y todas podamos tomar parte.
Esa misma mañana Alberto Garzón (Unidad Popular-Izquierda Unida), estuvo en el Congreso, pero como en años anteriores únicamente para expresar su desacuerdo con el actual texto constitucional y para apostar por uno nuevo para 2018 en el que los derechos y libertades sociales se blinden y permita al conjunto de la sociedad “vivir con dignidad”.
Dicen los expertos en botánica, que el ginkgo biloba además de ser una especie con capacidad de auto reparación y un árbol bellísimo, es también un excelente flavonoide que ayuda a evitar la pérdida de memoria, quizá habría que plantarlo por todas las calles del territorio y así evitar la amnesia que sufre el país con respecto a quienes realmente pelearon la transición y consiguieron hacer efectivos muchos de los derechos que hemos estado disfrutando durante éstas últimas décadas y que hoy en día estamos perdiendo a un ritmo vertiginoso.