La tercera jornada del Curso de Verano de la UCM “Marxismo, nación y territorio”, organizado por la Fundación de Investigaciones Marxistas (FIM) y el Partido de la Izquierda Europea (PIE), analizó la tradición del marxismo en relación con el debate de la cuestión nacional en Europa, para luego aplicarla a un debate central en el marco de la crisis de régimen es España, ¿quién decide cómo se decide?
Para ello se contó con Jaime Pastor, Profesor de Ciencias Políticas de la UNED y Editor de Viento Sur, Carlos Prieto del Campo, responsable de la edición española de la New Left Review y María Lois, Profesora de Ciencias Políticas y Sociología de la UCM.
Para Carlos Prieto del Campo, el marxismo es un paradigma central para entender la crisis de régimen en España y a genealogía de la crisis de la formación social española y su modelo de articulación territorial.
La primera tesis, lo primero es analizar el hilo genealógico, la explicación epistémico política que nos permiten responder qué es pueblo y nación en la formación social española. Durante la transición el concepto nación se ha leído como un continuo fijo y el de pueblo se lee como una sombra legitimadora de la Constitución en torno al concepto del patriotismo constitucional y el proyecto de modernización capitalista surgido del liberalismo triunfante de la crisis de los 70.
Pueblo y nación como conceptos sometidos a destrucción y las estrategias de acumulación lanzados por el capital en este último ciclo sistémico de acumulación. Pero a pesar de esta destrucción sometida durante todo el ciclo de acumulación liberal bajo el dominio de EE UU, a pesar de esa crisis, son dos conceptos que aguantan y siguen vigentes. Siendo las constituciones surgidas de las dictaduras de los países mediterráneos europeas, las últimas que expresan políticamente este ciclo y el inicio de su crisis sistémica.
A pesar de esta crisis provocada por las relaciones de producción capitalista, todo es expresión de un pueblo español, pueblo vasco o pueblo catalán. Con la crisis del fordismo y la quiebra de la gramática jurídico formal fordista, entramos en 2008 en la crisis del modelo político que sobrevive a la crisis del fordismo, en especial, las aparecidas en el fordismo ya maduro y en declive, como la española, griega o portuguesa.
Con la crisis, la gestión de la crisis nos deriva a un modelo supranacional de flujos de capitales que son fundamentales para entender la materialidad de las constituciones formales europeas, junto a una gestión no democrática para imponer la constitucionalización de las constituciones como en el caso español con la reforma del artículo 135 de la CE.
De esta crisis el populismo es usado para deslegitimar o destruir un enemigo político, que no es más que las expresiones de las mutaciones de las relaciones de poder de clase y los nuevos y viejos sectores sociales, sometidas a una nueva racionalización de lo popular y lo nacional. Así pueblo, nación y clase social siguen siendo dos grandes dispositivos políticos que nos permiten entender que es lo que está pasando con la crisis actual.
Esa teoría comunista del poder, nos permite pensar otras formas de para pensar una nueva redistribución del poder y otro modelo jurídico político, que requieren otra forma de entender los conceptos de pueblo y nación.
Esta irrupción tan enérgica del concepto pueblo y nación responde por esa violentación que sufrieron con las relaciones de producción surgidas del fordismo (pacto social) y su quiebra (crisis-ajuste). Esa degradación de la política y la realidad de las clases subalternas y clases trabajadoras y la falta de construcción de una alternativa constituyente desde las clases trabajadoras, explican los fenómenos que surgen desde los nuevos fascismos.
La pregunta que desde el comunismo debemos responder a ¿qué es la política en el capitalista? ¿Qué sujetos? ¿Qué bloques históricos se pueden articular? Debemos articular un bloque histórico no en clave nacional, lo que estamos viendo en Europa es una sobresaturación de procesos constituyentes en clave nacionales, etnocentrista, el paisaje será devastador. Tenemos que avanzar en sujetos políticos y procesos políticos anacionales opuestos a bloques sociales etnonacinales e indentitadorios, será un proceso fragmentador y contrario a las clases trabajadoras.
Para Jaime Pastor (UNED), lo importante es qué se decide. El quién debe ser el demos, la pregunta es quién forma ese demos, algo que las nuevas derechas y los nuevos fascismos están resolviendo volviendo al lex sanguinis. El qué se decide debe responderlo el poder constituyente, y debido a que vivimos en un sistema de estados, el derecho internacional debe resolver el resultado de ese ejercicio del poder constituyente. Así, deberían decidir las personas afectadas por el problema sobre el que se tiene que decidir.
Todas estas preguntas están relacionadas con la soberanía, concepto que aún entendemos en términos wesfalianos, donde el soberano era el Estado absolutista. Con la Revolución francesa se impone la soberanía popular frente al Estado absolutista. Tenemos la idea kantiana del individuo soberano y colectivo. Karl Smith es aquel que ha triunfado en el Estado de excepción, siendo este el concepto que ha predominado en la actualidad, como muestran los triunfos de los golpes de estado mediático financieros de la actualidad.
El reto está en cómo construir proceso constituyente que requiere de un nuevo sujeto constituyente.
María Lois (UCM), para responder esta pregunta hay que hacerlo desde la práctica política. Lo primero preguntarnos qué es democracia, qué es participación y qué es decidir y cómo se decide. Pero la práctica política es la clave para la conformación de sujetos. Hay que reconocer que el debate sobre la soberanía normalmente siempre suele ser subalterna a otra.
Lo importante de qué es lo que se decide en relación a la identidad y el territorio, en el sentido de cómo se construyen identidades políticas, que como la Padania, configuran legitimidades sobre identidades políticas creadas. Pero para eso tenemos que tener claro que las reestructuraciones de clase, se han redimensionado en expresiones geográficas. Así que la respuesta está relacionada con la identidad política y territorio y como se construyen los sujetos entendido desde una dimensión situacional, la clave es la identidad y territorio y tener claro que muchas veces, usando nuestras propias “reglas”, los resultados no gustan, como el ya mencionado de la Padania y la Lega.
Enlace de los vídeos de la tercera jornada del Curso “Marxismo, nación y territorio”.
– Jaime Pastor (UNED). Marxismo, cuestión nacional y derecho de autodeterminación: https://www.youtube.com/watch?v=3AkQxViTjy4&list=PLvosl4K_VCEyhyIsTEXgBXhnOFlQHXUkd&index=6
– Mesa redonda: Carlos Prieto del Campo (Fundación de los Comunes), Jaime Pastor (UNED) y María Lois (UCM): En democracia, ¿Quién decide cómo se decide? https://m.youtube.com/watch?v=ZtK2TpMz4mo