Es importante tener presente que este XXIV Foro de Sao Paulo celebrado en La Habana se realiza en un momento en el que ha cambiado la expresión del capitalismo en los EE.UU, pasando del ultraliberalismo basado en los TLC a un capitalismo nacional sustentado en los aranceles y el cierre de fronteras económicas que está planteando la Administración Trump.

Desde esta nueva realidad, cobra todo el sentido lo que plantea el documento base de este Foro de Sao Paulo señalando como elemento fundamental que conseguir la máxima Unidad de las fuerzas progresistas, el contar con una dirección capaz y audaz, tener objetivos claros de lucha, moral de combate y arraigo en las clases populares, son las condiciones que tiene que tener nuestra respuesta a la ofensiva imperialista. Es decir, que si unimos el Programa Político con un Instrumento Político eficaz y muy ligado a las clases populares, es posible derrotar al actual capitalismo nacional, radical, depredador y agresivo que representa Trump.

Lo fundamental de las conclusiones de este Foro es el reforzamiento del programa denominado el Consenso de Nuestra América, que recoge un análisis de la actual realidad de América Latina y el Caribe, planteando propuestas muy concretas para revitalizar los procesos de transformación social que se desarrollan en esta región, sale reforzado de este Foro de Sao Paulo, siendo ahora necesario la aplicación de sus 13 lineamientos políticos, 10 sociales y 12 ideológicos así como de sus 17 propuestas sobre como desarrollar el instrumento político, porque es un Plan que nace del consenso y la máxima unidad y marca, desde una seria autocrítica, esos objetivos claros que son necesarios alcanzar para superar los limites históricos y las contradicciones que habían surgido en los procesos de transformación progresista y mejorar el arraigo entre las clases populares.

Al mismo tiempo este Foro pone en evidencia que el imperialismo no ha conseguido su objetivo de situar un fin de ciclo, que cambiara de forma natural los gobiernos progresistas y de izquierdas de la región por gobiernos conservadores a su servicio, no solo por la victoria de López Obrador en México sino porque en Colombia, Brasil, Venezuela, etc, se pone de manifiesto que la izquierda conserva hoy en América Latina y el Caribe un amplio apoyo popular que hace imposible derrotarla por medios democráticos. Por eso la Administración Trump recupera la versión dura de la doctrina Monroe y se plantea la injerencia directa en los Estados con gobiernos progresistas para expulsarlos del gobierno por la fuerza, lo que le lleva a desarrollar en un primer paso una guerra económica, judicial y mediática, al tiempo que trata de romper cualquier instrumento sobre los que se está basando la integración territorial, como la CELAC y UNASUR. La ruptura de Lenin Moreno con el bloque progresista ha supuesto un contratiempo que afecta directamente al ALBA.

Tema importante en el desarrollo del Foro ha sido el acuerdo de construir instrumentos de coordinación con la Izquierda Europa para dar la batalla a un imperialismo de manera conjunta, destacando la necesidad de una cooperación para combatir la guerra mediática que está llevando a cabo el imperio. El objetivo es tener instrumentos para que las clases populares puedan conocer directamente lo que está ocurriendo en América Latina, que está siendo presentado por los grandes medios de comunicación europeos de una manera distorsionada y manipulada. Se acordó estudiar propuestas de coordinación y cooperación permanente entre las izquierdas de América Latina y Europa que deberían concretarse en el encuentro que tendrá lugar en los días previos a la celebración del II Foro de fuerzas progresista, ecologistas y de la izquierda europea que se realizará en Bilbao en el mes de noviembre.

Por último, merece una mención especial la participación de la Delegación del PC de China en este Foro, por la repercusión que puede tener en resolver uno de los retos fundamentales que tiene en este momento la izquierda latinoamericana y que es hacer frente a la Guerra Económica que impulsan los EE.UU. con el objetivo de debilitar la capacidad de los Gobiernos Progresistas para atender las demandas de las clases populares.

El miembro del Buró Político del PC de China no hizo la clásica intervención retórica, sino que planteó la disponibilidad para alcanzar una cooperación económica y la integración de la región en el proyecto de la Franja y la Ruta. La cuestión es cómo se concreta esa colaboración y qué repercusión tiene en aumentar la capacidad de los Gobiernos Progresistas para hacer frente a la Guerra Económica.

Este ofrecimiento tiene relación con la voluntad de China de reactivar el papel de los BRICS, lo que nos lleva a otra cuestión. El golpe contra Dilma y Lula en Brasil tiene como objetivo central evitar esta reactivación que llevaría a situar a Brasil como la conexión de los BRICS con América Latina, por eso que Lula ganara las próximas elecciones tenía una gran importancia política, pero una aún mayor importancia económica, ya que con la incorporación de Brasil y México al bloque progresista se podría reactivar la CELAC y plantearse la incorporación de la región al proyecto de la Franja y la Ruta lo que significaría un cambio radical en la situación geopolítica del planeta.

Presidente del PCE