“El humor es la sonrisa de la revolución”, dijo el joven poeta Marco Ménégoz antes de ser asesinado por los nazis en 1944. Sí, el humor es subversivo. Como Andrés Vázquez de Sola: subversivo, sabio, agudo, divertido, honesto, pícaro, polifacético, veterano comunista y profundamente entrañable. ¡Qué envidia de lucidez mental y qué arte para reírse de su propia sombra y de todo lo que haga falta! Una risa para él y para quienes comparten con él, sincera y disfrutona, breve y sin subir el tono. Le miro intentando descubrir cómo demonios consigue seguir siendo tan joven con solo 94 años. Me cuenta que es muy deslenguado y que hace y dice lo que le da la gana. Bueno, lo que le da la gana y Angélica le deja, matiza sonriendo, “porque ella es la que manda”.

La Fiesta toca a su fin. Angélica descuelga y embala los cuadros de la exposición Virus de Coronas que han traído en su furgoneta de su Monachil granadino. Los empaca a nuestro lado con una maestría y un aplomo cubano detrás del que se me van los ojos. No quiere ayuda. Lo tiene organizado. “Tu quédate con Andrés”. Así lo hago. Me vuelvo a sentar a conversar, a escucharle y a gozar con ese genio inquieto.

En un momento dado, Angélica desaparece y vuelve con un plato para la merienda de Andrés: picadillo del rincón cubano. “No me lo voy a comer” dice él. “Te lo vas a comer, tienes que comer proteínas” dice ella. “Mi mujer me cuida mucho, pero no me lo voy a comer… es que no me gusta” me dice, bajando la voz, y moviendo la cabeza y el dedo de lado a lado con ojos de niño travieso, con tanta convicción de que no lo va a probar como Angélica de que se lo comerá. Son maravillosos los dos. Me quedaré con la curiosidad de saber el desenlace de ese picadillo y de esta no discusión. Y seguimos charlando y riendo.

GEMA DELGADO: Estos cuadros que nos has traído a la Fiesta, nacieron para sobrevivir al aislamiento de la pandemia y hoy sirven para reunirnos. Decía Oscar Wilde, que el mundo se ha reído siempre de sus propias tragedias, como único remedio de soportarlas.

ANDRÉS VÁZQUEZ DE SOLA: Estos dibujos los hice para distraerme durante los días de la pandemia. Y al mismo tiempo para decir todo lo que pienso del porqué, del cómo, de la situación en la que vivimos… Yo lo hice para mí, no para publicarlo ni exponerlo, pero mi mujer los cogió y los puso en las redes sociales para los amiguetes. Empezó a gustar y se los pasaban de unos a otros. Hacía tres o cuatro al día. Y si bajaba el ritmo nos escribían de muchos sitios diciendo, “que hoy no has hecho ninguno”.

G.D.: Un lujo tenerte con una exposición en la Fiesta del PCE. ¿Cómo ha funcionado?

A.VdS.: Estoy encantado. Hay gente que ha venido dos y hasta tres veces trayendo amigos. Y el sábado había hasta cola.

A veces la gente me hacía preguntas a las que no podía contestar. Yo hacía los dibujos como si fueran crucigramas. Sin recapacitar, con la corazonada del momento, que quizá es lo mejor, porque en el arte, en el humor y en la vida, lo mejor es dejarse llevar. «Que las olas me traigan y las olas me lleven”, decía Machado».

G.D.: ¿En serio que sigues trabajando hasta 12 y 14 horas al día?

A.VdS.: Sí, sí. Cuando me canso de pintar me pongo a escribir, y cuando me canso de escribir me pongo a pintar. Considero que el trabajo, no el sueldo sino el trabajo, es bueno de por sí. Lo que tenemos que hacer es trabajar para nosotros mismos. Lo malo es cuando hay un jefe que te manda y te hace hacer lo que no quieres. Yo creo que nos pagan por eso: por fastidiarnos, no por trabajar (risas).

G.D.: A veces se utiliza la palabra luchar como sinónimo de trabajar. ¿Nos tenemos que pasar media vida luchando?

A.VdS.: La palabra “lucha” no me gusta porque implica violencia… y juego, es decir, unas veces das y otras te dan. Y no es eso. Nuestro deber como comunistas es trabajar, y trabajar no ya por el Partido sino por la humanidad, por la independencia, por la dignidad, por la libertad de todo el mundo. Por eso digo que me gusta más la palabra trabajar.

G.D.: También me comentabas que la extrema derecha no avanza, ¿si no avanza, que hace?

A.VdS.: Ayer decía Julia Hidalgo, a la que adoro, que la derecha avanza. Y le respondí que no, que la derecha no avanza, la derecha ensucia, que no es lo mismo. Están llenando el mundo de mierda, pero eso no es avanzar. Avanzar, avanzamos nosotros, poquito a poco, pasito a pasito, avanza la historia, avanza la humanidad. La derecha nunca, nunca avanzará.

G.D.: ¿Que es lo que más te ha gustado de esta Fiesta?

A.VdS.: Tú, aunque no te lo vas a creer (más risas).

G.D.: Anda, Andrés, no me tomes el pelo. Yo sé que esta mañana has estado escuchando a una mujer que te tiene encandilado.

A.VdS.: Ay, Yolanda. Cuando se muera mi mujer me caso con ella (y se troncha).

G.D.: Esto de que tengamos una ministra de Trabajo comunista, que es vicepresidenta del gobierno y además la persona más valorada del espectro político, ¿cómo lo ves?

A.VdS.: Pues debía de ser lo natural. A mí no me extraña. ¿Cómo no se puede querer a una mujer comunista? Sobre todo cuando esa mujer comunista es capaz de camelarse a los patronos, a los sindicatos, a todo Dios… y hacerlo con una sonrisa. ¡Si eso es maravilloso!

Y mira, ahí tienes un ejemplo de lo que hablábamos antes: ella sonríe, no lucha; sonríe y trabaja. Y gana. Eso es lo maravilloso de esa mujer que yo adoro.

G.D.: Y después de 70 años militando, ¿tú no te cansas ya de ser comunista?

A.VdS.: ¡Pero si eso crece cada día! Igual que uno crece en años, va creciendo cada día en conciencia política y en conciencia cívica.

La palabra política está muy mal vista para mucha gente, que lo identifica con corrupción, con trepar… aunque nosotros sabemos bien lo que significa. Así que hablemos de trabajo y conciencia cívica, de conseguir que unos no sean más que otros, que no sea un insulto decir negro, que no sea un insulto decir moro, ni comunista. Ni siquiera fascista.

G.D.: Con la bicha hemos topado ¿Qué es el fascismo?

A.VdS.: El fascismo es una ideología equivocada, totalmente equivocada, contra la que hay que trabajar muchísimo. Pero hay mucha gente que piensa que eso es lo bueno. Lo que tenemos que hacer es convencerles y que vean que no tienen razón. Pero no hay que combatirlos como enemigos porque la enemiga es la ideología; ellos están equivocados.

Yo he conocido fascistas que son muy buena gente, con los que evidentemente no estoy en abbbssoluto de acuerdo y siempre haré todo lo posible porque su ideología no triunfe. Pero a ellos los respeto mientras son honestos y lo piensan de corazón. Lo que pasa que tampoco creo que haya muchos que lo piensen de corazón, sino porque les interesa. Creen que cuando gana la izquierda es porque ha habido un error en el pueblo, sin darse cuenta de que la inmensa mayoría gana con la izquierda y pierde con la derecha. La derecha es egoísta, para ella sólo existe «mi clase» y «yo, yo, yo», «mío, mío». Mientras nosotros decimos «tú», «tuyo», «nuestro». Por eso la derecha y el fascismo no podrán triunfar nunca.

G.D.: Un deseo para este PCE que cumple 100 años.

A.VdS.: Pues no tengo que desearle nada, sólo tengo esperanza. Esperanza en que lo será todo. Hay un dibujo del Perich en que se ve a un patrón sentado a la mesa y un obrero delante que le dice «Todo». La humanidad tiene derecho a vivir feliz. Lo del valle de lágrimas no se lo cree ni Dios (vuelve la risa fina).

Tenemos derecho a la felicidad absoluta. Lo que tenemos que hacer es conquistarla con nuestro trabajo, nuestra paciencia, nuestro tesón y con nuestra inteligencia. Utilizar la psique, no dejarnos engañar, no escuchar cantos de sirena, sino ver dónde está la comida y cogerla. Y cuando digo comida me refiero al pan y a la rosa, como decía Mao.

G.D.: Yo sí que te lo digo en serio: lo mejor de la Fiesta han sido estas dos horas que he pasado contigo. Pero sigo sin descubrir de dónde sacas esa lucidez mental, esa filosofía de la vida, ese agudo sentido del humor y esa asombrosa capacidad de trabajo.

A.VdS.: Pues porque soy joven. La juventud hay que trabajarla con los años. Hay que prepararse mucho y estudiar mucho para llegar a ser joven (se parte de risa).

Pues me pongo a ello, Andrés. De joven quiero ser como tú.

Se nos ha hecho de noche y, ya con la linterna del móvil, subimos a la furgoneta la última caja con cuadros. Un abrazo y un hasta pronto. Mañana, tranquilamente, volverán a su rincón granadino donde Andrés seguirá trabajando de 10 a 12 horas al día,,, y cocinando.