Las movilizaciones van por ciclos de distinta intensidad. Mirar atrás es normal y pensar que antes hacíamos más puede ser la primera conclusión, pero lo cierto es que hacemos todo lo que podemos en las complejas circunstancias que cada momento político nos ofrece.

Hace exactamente una década el contexto que vivíamos era una brutal crisis capitalista en donde los poderosos habían determinado que las consecuencias de la misma la pagara el pueblo y, frente a esto, surgió un torrente de movilización que se expresó de distintas maneras.

En Extremadura una parte del activismo se organizó en torno a conseguir que se pusiera en marcha la Renta Básica en la región como manera de garantizar una vida digna y como herramienta de distribución de la riqueza. Fueron varias las acciones y todas tenían como objetivo poner en la agenda el auge de la pobreza y la miseria en las clases populares.

INTENTO DE EXPROPIACIÓN DEL CARREFOUR EN MÉRIDA

Hace exactamente 10 años, en concreto el 24 de agosto de 2012 se llevó a cabo una de esas acciones. Desde primera hora diversos activistas fueron quedando en las puertas de la Oficina de Empleo de Mérida. Tras una pequeña asamblea se decidió emular al Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) que a principios de ese mes había expropiado alimentos en varios supermercados para protestar por los recortes sociales.

Eran más de medio centenar de personas por lo que se organizaron varios grupos, unos entrarían por una puerta, otros por la otra. Dentro del Carrefour evitarían saludarse los distintos grupos para pasar desapercibidos. Los carros se llenarían de alimentos de primera necesidad y con las marcas más económicas.

Así se fueron llenando los carros de la compra de aceite, azúcar, arroz, pasta, leche, legumbres, etc. Llegó el momento de sacarlos por las cajas y cumpliendo con otra de las instrucciones que se había acordado, se explicó a los/as trabajadores/as que la acción no iba contra ellos y que se trataba de una acción pacífica.

Los activistas consiguieron que unos cuatro o cinco carros pasaran por caja sin ser abonados. Pero la policía impidió que salieran del centro comercial. El apoyo popular se sentía, la consigna «el pueblo unido, jamás será vencido» era gritada por las personas que participaban en la acción y repetida también por los consumidores que a esa hora se encontraban en el centro, según un testigo de la acción citado por la crónica que realizó la agencia Efe.

PONERSE EN PIE CON RABIA Y DECIR BASTA

Entre los activistas que realizaron la acción se encontraba Manuel Cañada, quien indicó que la expropiación de alimentos que estaba teniendo lugar podía «ser legal o no, pero es legítima», y llamó a los ciudadanos a «ponerse en pie con rabia y decir basta». También defendió la insumisión de las leyes que provocan que la gente pase hambre y ha avisado de que, en ese contexto, «no vale el rollito del Banco de Alimentos».

«Hay mucha gente que está pasando necesidad, hambre» por lo que se llamó a «desobedecer cualquier ley que haga que las personas pasen hambre en la región». En este sentido, se apuntó que si se quería hablar de ladrones ellos daban los nombres al tiempo que se citaba que en el grupo de manifestantes no había «ninguno que se llamara Urdangarín». Tampoco, «ninguno que se llamara Botín» ni «ninguno que cazara elefantes» sino, ha destacado, gente «trabajadora y humilde», personas, ha apostillado, a las que se les ha cortado la luz y que no tienen «ni lo más elemental”

Cañada realizó estas declaraciones a las puertas de Carrefour una vez ha finalizada la acción desarrollada en el interior del establecimiento comercial. «Somos conscientes perfectamente de lo que hay. Ellos quieren poner el foco en la ilegalidad y nosotros», ha subrayado», en la «ilegitimidad». En este sentido, Manuel Cañada recalcó a los participantes en el acto que los ciudadanos «no» son objeto de caridad. «No vamos a consentir que nos conviertan en pedigüeños, quieren convertir a la gente de la clase obrera en pedigüeños, en mendigos», manifestó.