La inflación en la zona euro se ha reducido del 10,6% al 10% mientras la española baja al 6,6% y se coloca como la menor de toda la Unión Europea. Nuestros vecinos y vecinas de Portugal se encuentran cercanos a la media europea, soportando una inflación del 9,9% en noviembre. Los principales productos y servicios que han contribuido a este aumento en el país luso han vuelto a ser los productos energéticos, que crecen un 24,8% interanual y los alimentos, que crecen un 18,4%.

La inflación acumulada en los once primeros meses del año ya es del 7,7%. Y la inflación esperada al cierre de 2022 será superior al 8%, valor que representará para millones de trabajadores/as y jubilados/as un verdadero recorte en su poder adquisitivo.

Las previsiones para el año que entra no son mejores. Se han anunciado subidas de precios en la luz, los peajes, las telecomunicaciones, etc., a la que hay que sumar la subida de los tipos de interés, que se traducirá en un fuerte impacto en el coste de la vivienda, que tendrá como consecuencia final un aumento del empobrecimiento de la clase trabajadora y las capas populares.

El Partido Comunista Portugués ha intentando conseguir unos Presupuestos del Estado que atendieran a las necesidades que crea el aumento de la carestía de la vida, pero denuncian que “no responden, más bien lo agravan”, las cuentas generales recientemente aprobadas por la mayoría del Partido Socialista que gobierna el país.

En un comunicado de prensa, el PCP ha señalado que el Gobierno portugués está alineado con los intereses del gran capital, pues se niega a “revalorizar los salarios y pensiones y regular los precios de bienes y servicios esenciales -como la energía, los alimentos o la vivienda-, todo esto mientras promueve la transferencia de recursos públicos a grupos económicos y ofrece beneficios fiscales, alimentando las escandalosas ganancias de las grandes empresas”.

Los y las comunistas de Portugal señalan los más de 3000 millones de euros en beneficios que han obtenido solo en los primeros 9 meses del año los grupos económicos que cotizan en el PSI-20, principal índice de la Bolsa de Lisboa, como ejemplo de que la subida de los precios no es por el aumento de los costes de producción.

Desde el Partido Comunista Portugués denuncian la apisonadora de derechos que representa la política del Gobierno del PS y la acción de los partidos de derechas como PSD, CDS, Chega e IL, y pide que sea detenida. “Es necesario denunciar y combatir la política que, con pretextos sucesivos –troika, pandemia, guerra, otros– pretende imponer más explotación y empobrecimiento. La coyuntura nacional impone otro rumbo al país, con la revalorización de salarios y pensiones, la potenciación de los servicios públicos, el fomento de la inversión y la producción nacional”, reclaman en un comunicado.