Para quien no lo conozca, Axel Honneth (Essen, 1949) es un filósofo alemán miembro de la tercera generación de la conocida como «Escuela de Frankfurt». Ésta designa de forma más o menos general a toda una corriente de pensamiento marxista (o, al menos, de izquierdas marcada por la tradición marxista), surgida en torno al Instituto de Investigación Social fundado en Frankfurt en los años veinte del siglo XX, y que ha contado con figuras tan importantes para el pensamiento marxista como Walter Benjamin, Theodor Adorno, Max Horkheimer o Herbert Marcuse. Su gran aporte fue la Teoría Crítica, un aparato reflexivo que buscaba desvelar, fundamentalmente, los mecanismo políticos, culturales, e ideológicos, que usa el capitalismo para mantener su dominio totalitario sobre los individuos y la sociedad en su conjunto. Con sus más y sus menos (con posturas más radicales o más moderadas), la Escuela de Frankfurt se ha mantenido en el marco de la crítica de la sociedad capitalista desde un polo marxista, aunque en esta gran familia del marxismo ha sido sin duda una de las corriente más cuestionadas.

Frente a Jürgen Habermas, miembro de la segunda generación de la Escuela y conocido por su Teoría de la Acción Comunicativa, Axel Honneth es menos conocido en España (aunque muy traducido igualmente). En 2001, en director del Instituto de Investigación Social, cargo que ha mantenido hasta 2018, y es autor de la Teoría del reconocimiento, un marco de pensamiento que ha sido relevante sobre todo en el campo feminista (a través de figuras como Nancy Fraser). En 2019 se celebró en la Universidad de Granada un seminario de filosofía social que tuvo como objeto uno de sus últimos libros, La idea de socialismo. Una tentativa de actualización (Katz editores, 2017), y cuyas ponencias han sido recogidas en el volumen de reciente publicación por Akal titulado Recuperar el Socialismo. Un debate con Axel Honneth, coordinado por José Luis Moreno Pestaña y José Manuel Romero Cuevas. El volumen recoge los aportes de diferentes autores y autoras no sólo sobre el último trabajo de Honneth, sino que aportan toda una panorámica crítica sobre su obra, lo cual hace del libro una introducción interesante en castellano al pensamiento de Honneth.

Recuperar el socialismo
Recuperar el socialismo. Un debate con Axel Honneth (Akal, 2022)

El volumen se estructura en tres partes que exploran diferentes aspectos del pensamiento de Honneth. En la primera parte nos encontramos una puesta en comparación de la perspectiva socialista de Honneth con otros socialismos que se han dedicado a el «experimentalismo» teórico sobre el socialismo (especialmente el marxismo anglosajón), en una vocación recuperadora de la dimensión utópica del socialismo, en aras de imaginar futuros emancipados posibles. La segunda parte se dirige desde la crítica de Honneth de la crítica marxista del mercado como principal enemigo a batir en la lucha por la emancipación: allí donde la economía ha sido el caballo de batalla fundamental del marxismo (a veces más, a veces menos), Honneth aboga por repensar el mercado fuera del marco capitalista, e insertar la idea de mercado en una perspectiva fundamentalmente democrática. Con estas bases (la recuperación de un utopismo teórico y el replanteamiento del mercado dentro del socialismo), la tercera parte se centra en las estrategias de emancipación, añadiendo todo ese marco del reconocimiento y la eticidad que Honneth saca de Hegel para la construcción de, al menos, una sociedad más justa, si no emancipada.

Los puntos fuertes del trabajo de Honneth (y de la mayoría de los textos presentados en este libro), se encuentra en su giro hacia la sociedad civil y hacia la democracia dentro de un marco de pensamiento emancipador en y para las sociedades capitalistas y democráticas del primer mundo. En muchas ocasiones, el discurso público de una izquierda emancipadora política, la que está en la calle y en las plazas luchando, en el llamado «Primer Mundo», se ha visto enrarecido por las luchas y las victorias de la clase obrera en otras partes, repensando estrategias foráneas para nuestros problemas antes que construyendo un aparato teórico propio para la situación concreta en términos globales que vivimos. El pensamiento de Honneth tiene la virtud de coger toda esta tradición eminentemente europea (con referencias al germen durante el siglo XIX constantes), y hacer una actualización, también desde las bases puestas por un denostado Habermas (y con motivos), pero haciendo crítica a sus presupuestos moderados. Desde la idea de «reconocimiento» y poniendo el foco en la sociedad civil, en las luchas concretas por la generación de espacios de derecho, de democracia, y de diálogo, busca darle la vuelta a ciertas prácticas que, en su fijación por lo táctico, lo electoralista, lo institucionalista, o lo economicista, terminan pecando, tal vez, de «tecnocráticas», olvidando el objetivo emancipador. Sin embargo, esta es la mayor debilidad de Honneth.

El enfoque de Honneth en la idea de eticidad, que proviene de Hegel, y haciendo esa relectura decimonónica, utopista, del socialismo marxista, de las posibilidades de emancipación a través de la sociedad civil y de elementos más claramente democráticos, le lleva a ser laxo en ciertos aspectos de la lucha emancipadora. Por ejemplo, su perspectiva del mercado dentro de un marco socialista, lo que busca es romper la escisión entre lo económico y lo social, quitando al mercado su dimensión más lesiva en términos capitalista y devolviéndole su carácter de espacio de intercambio y comunicación. Sin embargo, esto le lleva a menospreciar la naturalización de los mecanismos de dominio que el capitalismo ha insertado en el «mercado», dificultando esa posibilidad del diálogo, la democracia, y el reconocimiento. Al final, su tradición es la de una ilustración confiada y progresista de tipo alemán, que lo inclina más a señalar las «cosas buenas» y la posibilidad de reforma, en la línea de Marcuse, de Habermas o de Popper (los dos primeros escasamente marxistas a pesar entrar dentro de la Escuela; el segundo rabiosamente antimarxista). Los textos del presente libro son benévolos con estas dificultades, y prefieren presentar alternativas a través de otros autores, aunque también nos encontramos con textos críticos.

Tal vez, finalmente, los textos más elocuentes son los aportados al volumen por el propio Axel Honneth, porque es capaz de mirarse a través de las interpretaciones propuestas a lo largo del libro y hacer sobre sí mismo «la crítica de la crítica». El primer texto, donde hace una lectura del propio libro y va respondiendo a los diferentes aportes es muy interesante porque Honneth es capaz de mirarse en el espejo, y va respondiendo a las dificultades o críticas de forma muy acertada. Es en este texto donde no se encuentra tanto al autor académico como al lector que hace evaluación sincera de lo que se encuentra en el texto. El segundo aporte de Honneth, «La ‘Viena roja’. Sobre el espíritu del experimentalismo socialista», es sin duda el más valioso, porque es un texto de praxis concreta. En todo este espíritu experimental para ensayar el socialismo, Honneth hace un recorrido sucinto pero profundo por la Viena bajo gobierno socialdemócrata entre 1919 y 1934, con sus problemas, sus contradicciones, sus aciertos y fallos. Es aquí donde se ve la teoría, la crítica, en acción, y donde podemos evaluar estrategias desde la distancia y el conocimiento.

Si bien Recuperar el socialismo es un libro muy interesante para descubrir y entender bien a Honneth y su pensamiento, tal vez se queda corto de tono y enfoque. Sin dejar de ser accesible y asequible a la lectura, es a la postre un libro académico, con lo que eso implica en tanto a lenguaje y a asunciones de quienes escriben. Es un libro sobre la obra de Honneth, con las limitaciones que tiene a pesar de un título tan amplio como Recuperar el socialismo. Esto lleva a su segunda dificultad: como bien señalan alguno de los autores, la «idea de socialismo» de Honneth, y su trabajo teórico en general, tiene un espacio muy concreto y una perspectiva muy estrecha que, conociendo toda la experiencia socialista desde finales de la Segunda Guerra Mundial hasta hoy, se nos hace escasa. Honneth —así como algunos de los textos aquí presentados— parece ignorar todas estas experiencias, y se centra en las discusiones teóricas que se han dado desde los años ochenta hasta hoy. Esto no hace el libro menos valioso, pero será tarea del lectorado enriquecerlo con sus propias experiencias y conocimientos, para que, en lugar de hablar de «recuperar» el socialismo, podamos hablar de «construirlo». Honneth aporta una parte importante, pero hay que seguir leyendo y trabajando.

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