Si hay un sitio donde tiene sentido hablar del equilibrio internacional necesario y justo, ese es Cuba. Cuba preside en 2023 el G-77, fundado en 1964, hoy con 134 países, para defender posiciones comunes en NNUU. Fue configurado como bloque de países en desarrollo y no-Alineados, para defender un entorno multilateral, equilibrado, y que respetara la soberanía de todas las naciones y pueblos. Sus reivindicaciones concretas se plasmaron en 1974 en el Nuevo Orden Económico Internacional (NOEI), con el propósito de equilibrar el desarrollo y la soberanía política en la toma de decisiones. En esas décadas, la tesis dominante era que el subdesarrollo era un problema interno de cada país, incapacitados algunos para la prosperidad.

En el Foro de los Pueblos, el pasado diciembre en Nueva York, representantes políticos y sociales de los países en vías desarrollo se reunieron, junto a la ONU, para discutir sobre el desequilibrio internacional que sigue existiendo. La Internacional Progresista (IP) presentó un proceso global para la transformación del orden internacional y por un “nuevo” NOEI para el S.XXI. El representante de Cuba invitó a que este proceso se presentara en el Congreso de la NOEI, dentro de la V Conferencia Internacional Por el Equilibrio, que se celebró en la Habana el pasado Enero.

La NOEI aprobó por unanimidad, mediante dos resoluciones de la Asamblea General (3201/1974 y 3202/1974) una serie de políticas destinadas a trasladar el desarrollo a los países recién descolonizados y en vías de desarrollo. Tras décadas defendiendo principios de equilibrio global, estos se plasmaron en la aprobación de medidas concretas para promover la soberanía y cooperación para la liberación de todas las colonias; la no injerencia ni condicionamientos militares; la participación en igualdad en todos los foros de decisión internacional; la libertad de modelo económico; y el control sobre los recursos naturales, las empresas que los exploten, y el derecho a la reparación por los arrebatados. Todo debía enmarcarse además en una política monetaria no competitiva, la ayuda activa de los países ricos para la financiación, y un control de las materias primas que asegurara accesibilidad a los alimentos sin especulación. Sin embargo, al mismo tiempo, se cambiaba el paradigma de la economía internacional al establecer el patrón dólar, con la consecuente pérdida de equilibrio entre las naciones.

A cuarenta años de su aprobación, las opiniones respecto a la NOEI están básicamente polarizadas; a pesar del protagonismo original de sus propuestas por el desarrollo y en contra de la escalada militar de bloques. Por un lado la alabanza a los avances que trajo a los foros internacionales, materiales y culturales, y la esperanza en un mundo en equilibrio, y en el otro la total insatisfacción por la incapacidad de los organismos intergubernamentales para implementar sus propias decisiones. Tras la caída de los bloques de posguerra y la liberalización de toda la economía mundial, los principios de la NOEI perdieron el impulso inicial. Los Tratados de Libre Comercio y de la OMC debilitaron la lucha por un nuevo orden.

El Partido de la Izquierda Europea (PIE) siempre ha abogado por un gobierno global y equilibrado que respetara la soberanía de los pueblos. En este foro, en la ciudad de la Habana, se han propuesto una serie de medidas y campañas concretas con el objetivo de revisar las acciones, medidas y fines de las resoluciones de 1974, para lo que proponemos la creación de un grupo técnico. También la construcción en común del desarrollo científico y tecnológico, así como la creación de agencias de comercio e intermediación públicas de materias primas y su integración en una red multilateral. Se debe avanzar para que los reglamentos lleven a una igualdad real de participación en las decisiones mundiales, así como que éstas posean medidas de control de sesgos ecológicos, de género, y bilateralistas. Para llevar estas aspiraciones a cabo debemos promover la incorporación sistemática de los debates y las aportaciones a nuestras organizaciones y ámbitos cercanos; nuestro partido pone todos sus recursos al servicio de las propuestas que aquí consideremos entre todas llevar adelante.

(*) Secretaria de Relaciones internacionales del Partido de la Izquierda europea