El presidente del Gobierno Pedro Sánchez ha defendido esta mañana en el Congreso de los Diputados los acuerdos con Marruecos y la posición respecto a la guerra de Ucrania, posturas con las que discrepan los socios de Unidas Podemos. Sánchez dedicó la primera y mayor parte de su discurso a presentar las buenas cifras de economía y de empleo logradas por el Gobierno de coalición, que la posicionan a la vanguardia de Europa, tanto en estos aspectos como en el precio de la energía y en los índices de inflación, los segundo más bajos del grupo de los 27. El presidente del Ejecutivo también presumió de la buena valoración que España obtiene por parte de las instituciones europeas. En esto sí tuvo el respaldo de sus socios de gobierno, que apuntalaron los logros compartidos en derechos sociales, laborales, la creación de empleo de calidad, la garantía de las pensiones y la Ley de la Vivienda, entre otros.
La discrepancia llegó cuando se habló de la política exterior española, precisamente cuando Sánchez se prepara para asumir la Presidencia de turno de la Unión Europea. Sánchez habló de los beneficios que aportan los acuerdos de cooperación con Marruecos al que llamó país “amigo” y “aliado fundamental para la seguridad e inmigración controlada”. Habló de la migración regulada, de la “gestión compartida de las fronteras comunes” y cómo la ruta atlántica de migración es” la única que decrece frente a la italiana que ha aumentado hasta un 300%”. Insistió en la importancia de la relación estratégica “fundamental para la seguridad de Ceuta, Melilla, Canarias y Andalucía”. También de las oportunidades que se abren para las empresas españolas.
Respecto a la guerra, el presidente se reafirmó sobre el compromiso del gobierno con Ucrania, apoyándola a defenderse tanto en el plano militar -en armamento y adiestramiento de soldados-, como en el diplomático. Resaltó que ha fortalecido la unidad de Europa en la respuesta.
El papel de España y de Europa en la reconfiguración del orden internacional
La exposición de la postura del grupo confederal de Unidas Podemos estuvo repartida en tres intervenciones. El primero en hablar fue Jaume Asens, quien apuntaló los éxitos económicos y en derechos. Javier Sánchez Serna, puso el foco en la necesidad definir cuál iba a ser el papel de España y de Europa en la reconfiguración del orden internacional en la que estamos inmersos. Explicó que abrir las vías de diálogo a través de una mesa de negociación es la única forma de acabar con la guerra. Mostró además su preocupación por cómo el conflicto está reforzando nuestra dependencia de Estados Unidos, que tiene intereses económicos en la continuación de esta guerra, tanto por los beneficios que obtiene en la exportación de gas licuado como en la venta de armas. La solución pasa, explicó, por la recuperación de la independencia estratégica de la Unión Europea, que ésta no dependa de la OTAN y que se enfoque a la prevención pacífica de los conflictos.
Enrique Santiago, que cerró el turno del Grupo Confederal, advirtió de las consecuencias de esta guerra. Por una parte, supone una amenaza a la paz mundial “reviviendo la Guerra Fría”, una guerra de la que sólo se beneficia la industria militar a la que se dedican unos recursos que deberían ir destinados a mejorar la vida de los pueblos. Argumentó que mientras más dure esta guerra más difícil será que haya gobiernos de izquierda y políticas sociales y de redistribución de la riqueza en Europa.
Pero amplió el campo de mira. La inestabilidad y el peligro de la paz mundial no sólo está en “la ilícita invasión de Ucrania”; está también en “la continua expansión de la OTAN hacia el Este” y en “el permanente acoso de Estados Unidos a China”. Todos los pueblos tienen derecho a su integridad territorial, expresó, “tanto Ucrania como China, Palestina, Siria o la República Árabe Saharaui Democrática”. “Defendemos un mundo regido por la multilateralidad donde desaparezcan las alianzas militares como la OTAN” añadió el Secretario General del PCE.
Frente a una coordinación para la guerra urgió a la coordinación para la paz, aplaudiendo las dos iniciativas internacionales: la de China y la de Lula. La solución, manifestó, pasa por “sumarnos a la paz coordinando una respuesta con dichas iniciativas”.
Si Pedro Sánchez cerró foco para exponer los beneficios de tener a Marruecos de aliado, Unidas Podemos lo abrió para recoger lo que el Presidente obvió: el abandono del pueblo saharaui, cuyos derechos están siendo “violados por el régimen de Marruecos”, un pueblo, dijeron los diputados de UP que “no se merece pagar las presiones que se puedan recibir desde el otro lado del Atlántico”.