Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto, que así se llamaba este chileno que García Márquez consideró como «el más grande poeta del siglo xx en cualquier idioma».
Comunista convicto y confeso, murió el 1973, en el seno de los hechos que inauguraron la dictadura sangrienta de Pinochet, que saqueó su casa de Santiago e incendió sus libros. Ya Neruda había adelantado en el poema «Walking around», de Residencia en la tierra, el sentimiento que todo aquello le producía: «Sucede que me canso de ser hombre».
Exiliado y perseguido gran parte de su vida, aliado apasionado de la República española, iniciador de Miguel Hernández por los senderos de la poesía política y de la militancia comunista, Neruda ha sido, y es, un poeta inabarcable, oceánico. Más que escribir poemas, sus libros eran el desbordamiento de un mismo poema, como su obra entera, ese gran río donde se trenzaban el amor, el erotismo, la historia, su propia historia personal —fundida en la política— y la naturaleza.
No es un simple poeta, es una fuerza de la naturaleza, es el sujeto histórico revolucionario del siglo xx convertido en una gran semilla.

Extracto de libro:
1917-2017. Desde que NOVIEMBRE
se llama OCTUBRE
Felipe Alcaraz y Andrés Vázquez de Sol.
Editorial Atrapasueños