El sector del automóvil de Estados Unidos, uno de los pilares económicos del país, se paraliza. Tres grandes del motor como  General Motors (GM), Ford y Stellantis se han puesto de acuerdo para iniciar, desde la media noche de ayer, una huelga conjunta.

Piden que se repartan beneficios con subidas del 36%, en cuatro años, al modo en que se suben los sueldos los directivos. También demandan una reducción de la jornada laboral a 32 horas semanales, un nuevo modelo que garantice el cobro de sus pensiones y la sindicalización de los trabajadores de las fábricas de producción de baterías.

Anoche concluía el plazo para la firma del nuevo convenio que llevan negociando desde el pasado mes de junio. No se logró y empezó la huelga, concentrada de momento en tres plantas de Ohio, Michigan y Misuri, una de cada una de las empresas. En estas tres plantas trabajan algo más de 13.000 personas y en ellas se fabrican algunos de los vehículos más vendidos del país como el Ford Bronco o el Chevrolet Colorado.

El sindicato United Auto Workers (UAW) de Estados Unidos aglutina a unos 143.000 afiliados entre las tres compañías. «Por primera vez en la historia, declararemos huelgas al mismo tiempo en las tres (compañías). Estamos usando una nueva estrategia, la huelga selectiva», declaró su presidente, Shawn Fein,  «Los que no han sido convocados a la huelga seguirán trabajando con el convenio colectivo expirado. Esta estrategia mantendrá las compañías dudando. Dará a nuestros negociadores la máxima capacidad y flexibilidad para negociar» Fain instó al total de casi 146.000 miembros del gremio a estar preparados para sumarse al paro en función de cómo avancen las negociaciones. Y advirtió que UAW no dudaría en prolongar la paralización.

Luchar unidos para recuperar derechos

Durante las dos últimas décadas del siglo, 9 de cada 10 coches que se vendían en los Estados Unidos salían de las fábricas de  General Motors, Ford y Stellantis. Su dominio declino con la llegada de marcas asiáticas, de coches de Toyota o de Honda.

A partir de ese momento los trabajadores estadounidenses sufrieron bajadas salariases, perdieron derechos y dejaron de recibir seguros médicos. Pero cuando tras la pandemia vuelven los días de los beneficios millonarios las empresas no se acuerdan de ellos. En el primer semestre del año, Stellantis (que abarca marcas como Jeep o Chrysler) ha ganado 11.900 millones de dólares, General Motors 5.000 millones y Ford 3.700 millones.

La última huelga en el sector se produjo hace cuatro años durante la negociación del convenio colectivo que acaba de expirar. Entonces, los 49.000 trabajadores de GM se declararon en huelga durante 40 días, lo que le costó a la empresa 3.570 millones de euros.