Este reglamento, suscrito el jueves 5 de octubre, es uno de los últimos pasos previos a la aprobación del nuevo “Pacto europeo de migración y asilo”, un acuerdo que se negocia desde hace meses y consolida el concepto de la “Europa fortaleza”.

La UE tiene ya un reglamento para hacer frente a situaciones de emergencia como “la llegada masiva de inmigrantes”. Lo tiene gracias a que los países gobernados por la extrema derecha han levantado sus vetos.

Para que comprendamos la gravedad del texto, basta con saber que la Italia de Meloni cambió su no inicial y expresó su satisfacción con el reglamento pese a que hasta hace unos días consideraba que el contenido era “un factor de atracción” de migrantes por la regulación que se hacía de los servicios de búsqueda y rescate, un ámbito que afecta a ONGs como Open Arms o Médicos Sin Fronteras. Organizaciones que serán ahora más vulnerables y que con la ley en la mano podrán ser criminalizadas.

El reglamento viene a institucionalizar las prácticas racistas que la UE lleva practicando desde la crisis de los migrantes sirios en la década de 2010. Ese gran éxodo hizo que Bruselas actualizase sus prácticas, normalizando las devoluciones en caliente, militarizando las fronteras y los mares, y alcanzando suculentos acuerdos con terceros países que hacen la labor de carcelero (véase Turquía, Marruecos, Túnez o Libia).

La nueva ley establece el marco que permitirá a los Estados miembros abordar situaciones de “crisis”, un concepto sujeto a interpretaciones, como también lo está el término “instrumentalización de la migración”. Ambas figuras son claves, porque cuando la UE entienda que se están dando podrá aplicar procedimientos que flexibilizan la expulsión de migrantes.

En concreto, se reducen las garantías y los estándares de protección. En los casos de “crisis” se aplicará el procedimiento fronterizo acelerado a las personas procedentes de países cuya tasa de reconocimiento sea inferior al 75 % (la inmensa mayoría de naciones). Y en casos de “instrumentalización”, todas las solicitudes de asilo se podrán canalizar por el procedimiento fronterizo acelerado, sin excepciones para menores o personas vulnerables.

La UE ha demostrado, con el caso de Ucrania, que es posible garantizar vías seguras, procedimientos garantistas y cuotas de reparto entre los 27, pero ha decidido apostar por lo contrario, contentar a la extrema derecha y a los sectores más xenófobos y clasistas de la política europea, demostrando así que la reacción ha conseguido que la mayoría de organizaciones políticas y la totalidad de los gobiernos de la UE, hayan asumido estas políticas racistas e insolidarias, consiguiendo de este modo su ansiada hegemonía: más militarización, más FRONTEX, más externalización y en definitiva más vulneraciones de DDHH.

(*) Europarlamentario de Izquierda Unida; secretario de Relaciones Internacionales del PCE; presidente de la Delegación Relaciones UE- Palestina