Ha pasado más de un mes desde que comenzó el asedio a la Franja de Gaza y los datos que arroja la agresión sionista son estremecedores. Más de 10.000 personas asesinadas, 4.000 de ellas niños y niñas. Más de 90 trabajadoras y trabajadores de la UNRWA, la Agencia de la ONU para las personas refugiadas, han sido asesinados. Hay más de 20.000 heridos y miles de personas aún se encuentran desaparecidas bajo los escombros provocados por los indiscriminados bombardeos israelíes contra población civil, contra periodistas. Masacres provocadas por bombas contra hospitales y contra escuelas.

La Franja de Gaza es un territorio palestino de 41 kilómetros de largo y de entre 6 y 12 kilómetros de ancho y tiene alrededor de 2,3 millones de habitantes, lo que lo convierte en una zona con gran densidad de población.

Israel ocupó la Franja de Gaza durante la guerra de 1967. Tras los Acuerdos de Oslo de 1993 que crearon la Autoridad Palestina, Israel se retiró de la zona, dejando algunos asentamientos e instalaciones militares. Finalmente, en 2005, el Gobierno de Ariel Sharon aprobó el plan de retirada total de Gaza, desmantelando los asentamientos que quedaban y desplazando a sus 9.000 residentes israelíes. Desde el año 2007 y fruto del bloqueo impuesto por Israel por tierra, mar y aire, Gaza se ha convertido en una cárcel a cielo abierto en la que ocho de cada diez personas viven bajo el umbral de la pobreza.

El problema no se inicia el pasado 7 de octubre con los ataques de Hamás. Palestina sufre 75 años de una brutal ocupación por parte del régimen israelí, quien desde entonces practica una limpieza étnica y aplica un estado de apartheid contra el pueblo palestino. Y sí, todos los pueblos ocupados tienen el derecho y el deber de defenderse máxime cuando el ocupante sistemáticamente incumple las resoluciones de Naciones Unidas.

El régimen israelí ejerce una violencia sistemática contra Palestina. Existen más de 10.000 presas y presos palestinos en cárceles israelíes —muchos de ellos en detención administrativa permanente e incluso siendo niños y niñas—. El número de personas secuestradas en las cárceles de Israel ha aumentado de manera exponencial desde el 7 de octubre. Los ataques aéreos en estos años han sido constantes sobre la franja de Gaza. Asesinatos diarios en Cisjordania que se han incrementado desde el 7 de octubre, expansión de los asentamientos israelíes ilegales en Cisjordania y Jerusalén Este… Y todo esto ante la absoluta pasividad y complicidad de la “comunidad internacional”.

Estamos ante un genocidio perpetrado por Israel pero amparado por EEUU y ante esto no caben equidistancias. Europa ya fue responsable de un genocidio, el que ejecutó Alemania y sus aliados asesinando a más de seis millones de judíos en los campos de exterminio nazis. Y ahora no puede ser cómplice de otro, el del pueblo palestino.

La comunidad internacional ha abandonado al pueblo palestino, que tiene el derecho y el deber a ejercer el derecho de resistencia

La comunidad internacional ha abandonado al pueblo palestino, que tiene el derecho y el deber a ejercer el derecho de resistencia. La única salida posible es el respeto al derecho internacional: fin de la ocupación y del bloqueo a Gaza, implementación de la Resolución 194/48 de NN.UU. – retorno de los refugiados.

La única solución al conflicto entre Palestina y Israel es que la comunidad internacional garantice el cumplimiento por Israel de las distintas resoluciones sobre territorios ocupados que lleva incumpliendo sistemáticamente, garantizar el derecho de Palestina a ser un Estado soberano e independiente y poner en marcha de inmediato un proceso de paz que garantice el final de la ocupación y el respeto al derecho internacional.

¡Del río al mar, Palestina vencerá!

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