Ahora que Pedro Sánchez ya ha recabado los apoyos suficientes para ser investido presidente del Gobierno de coalición progresista, que se conocen los contenidos de los acuerdos con las fuerzas políticas que lo van a respaldar y las fechas de la investidura (el 15 y 16 de noviembre), la patronal ha sacado un duro comunicado alineándose en los mismos términos de la derecha y la extrema derecha.

¿El problema es la amnistía o el programa de gobierno del PSOE y Sumar?

Si leemos detenidamente el comunicado de las patronales y buscamos anteriores posiciones de la patronal sobre otras amnistías (esta vez fiscales), nos podemos preguntar, ¿su posición responde a una oposición a la amnistía porque afecta «de forma directa al principio de igualdad entre todos los españoles» (…) «que es fundamento de la cohesión social y de nuestra convivencia», o más bien, es contra las políticas que ha acordado el PSOE y Sumar en su programa de gobierno?

En todo el redactado del comunicado de las patronales se exagera temerariamente la «preocupante situación que vive en estos momentos España, tras los acuerdos alcanzados en el marco de la investidura», tal y como «han hecho los jueces y otras instituciones», alertando del «grave menoscabo que estos acuerdos pueden suponer a la separación de poderes y a la seguridad jurídica», que pueden poner en peligro futuras inversiones y hacer «muy difícil que haya crecimiento económico y creación de empleo».

Para colmo, en una afirmación de cinismo y falta de escrúpulos de la patronal, acaban afirmando que los acuerdos «afectan de forma directa al principio de igualdad entre todos los españoles». ¿Acaso la patronal ha defendido alguna vez la «igualdad entre los españoles» o más bien se han apropiado del producto de nuestro trabajo colectivo? ¿Alguien ha visto a los empresarios repartir equitativamente y de buena fe los beneficios, o más bien se los hemos tenido que arrancar luchando en los convenios colectivos?

Es cierto que durante el texto del comunicado se insinúa la palabra amnistía pero no se menciona explícitamente. Es la forma en que la CEOE ha debido resolver las tensiones internas con la patronal catalana Foment, ya que esta patronal sí comparte la amnistía por las causas del procés, pero también comparte su oposición a los contenidos laborales y sociales del programa de gobierno PSOE-Sumar.

Para saber lo que opina la patronal sólo hay que ver hasta dónde llega su hipocresía comparando lo que dicen en 2023, situándose en contra de la amnistía por el «grave menoscabo a la separación de poderes y la seguridad jurídica», con lo que decía el presidente de la patronal Joan Rosell en 2012, situándose a favor de la amnistía fiscal para las empresas «para tener ingresos de la forma que sea».

Las verdaderas razones del malestar de la patronal

Para conocer el trasfondo hay que leer el comunicado de las patronales, ya que delatan su auténtica preocupación, que no es tanto por la ley de amnistía, y sí, el contenido de los acuerdos de investidura del gobierno progresista, tal y como se sitúa en el comunicado de la Confederación empresarial en referencia a:

1) Las políticas económicas que cargan el coste fiscal de los acuerdos de investidura sobre la espalda de las empresas.

2) La necesidad de volver a la ortodoxia económica y el rigor presupuestario que nos sigue reclamando la UE y que no admite demora si queremos garantizar la sostenibilidad del Estado.

3) La falta de respeto a la autonomía de las partes en el seno de la negociación colectiva y, en general, el menosprecio del diálogo social que subyace en los acuerdos alcanzados en materia laboral. Acuerdos estos últimos que suponen, de facto, una vulneración del marco de relaciones laborales y de espacios de consenso.

La patronal quiere que gobierne la derecha

En otras palabras y para entenderlo mejor: la patronal no quiere que se invista a este gobierno porque quiere seguir pagando pocos impuestos (al contrario que hacemos la mayoría trabajadora de este país), quieren volver las políticas neoliberales, de austeridad, a los recortes sociales y laborales, y, ante todo, que los sindicatos no tengan tanto peso en la negociación colectiva y que el gobierno no tome parte a favor de la mejora de las condiciones materiales de la clase obrera.

La patronal española quiere que gobierne la derecha y la ultraderecha porque defiende mejor sus intereses contra la clase obrera y el sindicalismo de clase. Lo mismo ocurre en Catalunya o el País Vasco, donde sus burguesías quieren que gobiernen sus partidos de la derecha. Para ellos lo ideal es que pudieran pactar con el PP, pero este partido está tan escorado hacia el españolismo y el centralismo con VOX que lo hace imposible.

El PSOE también estaría más cómodo con un PP menos beligerante, pero ante la peligrosa ola ultra reaccionaria, fascista y golpista que se extiende por todo occidente en estos años, y la utilización de las derechas de la cuestión nacional catalana con fines electorales, se ve obligado a gobernar pactando con fuerzas de izquierdas y soberanistas, sobre cuestiones sociales y laborales o libertades políticas que antes eran impensables.

Un dique de contención contra la derecha, una ventana de oportunidad para la izquierda

Es esencial que la izquierda movilice todas sus fuerzas para desbaratar las maniobras desestabilizadoras de la derecha reaccionaria. En estas condiciones, la izquierda debe aprovechar esta ventana de oportunidad para que sea posible la investidura del gobierno de coalición progresista, como dique de contención de la ultraderecha y para profundizar en políticas sociales, laborales y democráticas, acumulando fuerzas para preparar a la clase obrera y los sectores populares para dar las próximas batallas en mejores condiciones.

Era importante buscar una salida para normalizar la situación de Catalunya con la amnistía, porque es una cuestión justa y democrática y para evitar que siga siendo utilizado como azote por la derecha. Pero una vez logrado, es imperativo poner por delante la agenda social y laboral. Es momento de subir el SMI y las pensiones con el IPC, de mejorar las condiciones de vida de la clase obrera y las familias trabajadoras.