En las últimas horas hemos visto cómo la violencia en Ecuador ha alcanzado cotas inimaginables para una sociedad que vivió años de esplendor bajo los gobiernos del expresidente Correa.

A una de las campañas electorales más violentas que se han conocido en la historia del país con el asesinato del candidato oficialista, Fernando Villavicencio, ahora, se suman el enfrentamiento de diferentes bandas criminales que ponen en jaque la supervivencia de un Estado herido de muerte.

La espiral de violencia se ha visto incrementada tras la fuga de prisión hace unos días de Adolfo Macías Villamar, «Fito», cabecilla de una de las bandas más peligrosas del crimen organizado en el país. En ese momento se decretó el Estado de Excepción por parte del Gobierno de Daniel Noboa. Los hechos se han recrudecido en las últimas horas con numerosos motines carcelarios, y bandas han asaltado armadas el canal de televisión TC Ecuador, produciéndose una estampida en la Universidad de Guayaquil, además de sembrar el terror en diferentes puntos del país.

Y es que esto demuestra que la fórmula ultraliberal que podrían defender Moreno o Lasso de «menos Estado más libertad» es totalmente falsa ya que la realidad y los datos demuestran que con menos Estado y con la ruptura del contrato social, solo se puede obtener más miseria.

Durante los gobiernos de Correa se consiguió reducir la violencia a mínimos históricos, cifras que el gobierno de Moreno arruinó de un plumazo eliminando el Ministerio de Justicia, el Sistema Nacional de Inteligencia y reduciendo el gasto de seguridad penitenciaria a un tercio.

Lasso como Ministro de Economía fue el encargado de dolarizar la economía ecuatoriana, hecho que también puede facilitar el aumento de la violencia entre bandas criminales, así reconocido también por el actual presidente Noboa.

A todo esto hay que unir el control de los medios de comunicación por parte de las oligarquías junto con el control judicial.

Puerta abierta hacia el autoritarismo

El deterioro de lo público puede convertir al que fue uno de los países más seguros de la región en un modelo autoritario, en una suerte de democracia militar que intente atajar, al menos de forma provisional, la crisis de seguridad que vive el país que ha decretado el conflicto armado interno.

Además, esta situación de terror puede ser aprovechada para la merma de derechos y el recorte de libertades, sin olvidar que puede ser la base para que el Gobierno ponga en práctica el llamado Plan Ecuador: Un acuerdo firmado el pasado 6 de octubre con el gobierno de Estados Unidos que autoriza la presencia de tropas militares y personal del Departamento de Defensa estadounidense.

Ante estas cuestiones es fundamental que dejemos claro que los Milei de turno solo pueden traer dolor y miseria. Por eso, y como afirma el presidente colombiano, Gustavo Petro: «Más seguridad es más Estado. Menos Estado es más inseguridad. La destrucción del Estado por la política neoliberal solo constituye el mundo de la barbarie y de la fuerza bruta».

ENLACES DE INTERÉS

>> [Comunicado PCE] Condenamos la situación de violencia sin precedentes que vive Ecuador

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