Las emociones están garantizadas. Ya que no hay política, nos toca ilusionarnos con las «salidas» del coordinador general de IU. Desde la VII Asamblea (parece que ha pasado un siglo) asistimos al gratificante espectáculo de una «mayoría de la mayoría» que intenta embridar a un coordinador que, una y otra vez, hace lo que le parece rompiendo guiones previos y provocando decepción y estupor entre los suyos. Como casi siempre, la historia se repite: una y otra vez el coordinador pide disculpas, promete que cambiará y que se someterá a las durísimas constricciones y servidumbres del trabajo colectivo y del funcionamiento democrático.
Lo que ocurrió en el Consejo Político Federal del pasado 25 de septiembre superó todas las previsiones y demostró que el coordinador no se arredra, que tiene capacidad para combatir en todos los frentes y que no aceptará jamás las ataduras de un equipo dirigente, por muy mayoritario que sea, que le impida cumplir con la sagrada misión de dirigir a unos, casi siempre ingratos, militantes de IU. Cuando la «mayoría de la mayoría» intentaba vender la idea de que había encontrado la varita mágica de la unidad política interna y de la coherencia externa, haciéndose valer ante el gobierno de ZP tras las inadmisibles concesiones realizadas, de nuevo, por el coordinador general, éste comenzó la reunión del CPF con una intervención dedicada a la caza del conejo (será por su inclinación ambientalista) y a su pretensión de no dejarse amilanar y plantar cara, empleando, frente a todos y todas, la consigna de que «nos ganará y además democráticamente». Esta exhibición de testosterona tan viril causó, cuando menos, indignación y los suyos, engañados una vez más, después de reunirse en casi todos los rincones posibles de la sede federal, salieron disciplinadamente a decirle a su coordinador que si no rectificaba lo dicho no le apoyarían en la votación del informe y los documentos.
O sea, o rectificar o coger las maletas e irse a su pueblo. Ni que decir tiene que el coordinador rectificó (y vaya si lo hizo pues dejó entrever que quizá no sería candidato a la coordinación general de IU) y prometió que iba a ser bueno en el futuro, aunque bien es cierto que insinuó que de continuar quería a su equipo con él. ¡Tremenda la negociación que tiene que afrontar la «mayoría de la mayoría»!
En definitiva, más de lo mismo. Si no fuera por la situación límite que vive hoy Izquierda Unida podríamos tomárnoslo a broma.