En primer lugar, todos apreciamos que el Foro Social Europeo contó en esta tercera edición con una participación importante, pero bastante menos que en París y mucho menos que en Florencia, lo cuál nos ha de hacer pensar sus porqués. A renglón seguido, y ya centrándome en los contenidos, veo que hay una gran dispersión. No planteo con esta afirmación nada que tenga que ver con la homogeneización; al contrario, tiene que haber pluralidad en el debate político, social, cultural, científico… Pero, al mismo, tiempo debe existir un elemento común a todos y todas los que participamos en este Foro, como es coincidir en un cuerpo básico, elemental, de los y las que estamos contra la globalización neoliberal y por esa ‘otra Europa posible’.
Ahí encontré un nivel de inconcreción muy grande, lo cual me suscita una pregunta: ¿no sería hora de que la dirección organizativa del Foro -y aquí debemos jugar un papel importante- envíe previamente, con tiempo suficiente, a todas las organizaciones que van a tomar parte del Foro unas líneas políticas de trabajo para todos, que puedan ser discutidas en cada una de las conferencias, independientemente del tema que trate cada una? Es decir, un hilo común. Esto no limita la pluralidad de temas, sino que crea una línea política de trabajo unitaria para todo el mundo.
Además, he recogido multitud de críticas -que comparto- a la repetición de debates. Debemos buscar, por tanto, nuevas aportaciones. Otro aspecto que he apreciado se refiere a un reduccionismo en la participación democrática, en un intento de encarrilar el debate para que no pasara unos determinados límites, e incluso el taponamiento de iniciativas.
Así, a mi juicio surgen dos necesidades: una, que el Foro busque la forma de centrar sus debates en dos grandes líneas de trabajo, que son: propuestas concretas fruto del debate en torno a grandes cuestiones presentes en la actualidad, como es, por ejemplo, el tema Palestino. ¿Qué es lo que se puede hacer desde el Foro ante este problema, con una Europa políticamente cobarde e incapaz de hacer valer todo su peso en la solución de este conflicto? Y, también, impulsar la lucha contra la guerra, porque es parte de todo ese intento de dominio político y comercial de los Estados Unidos y sus aliados.
Y, segunda línea, reforzar la capacidad política del Foro desbloqueando las actitudes sectarias y excluyentes. Se critica en ocasiones a los partidos políticos por estas actitudes; pues bien, el Foro está cayendo en lo mismo y a lo mejor algunos partidos políticos estamos saliendo de estas maneras. Claro está, entendiendo que no se permita en el Foro ningún veto a personas o colectivos que aceptan las políticas del mismo y respetan sus reglas de funcionamiento democráticas.
El PIE en el Foro
Enlazando el Foro de Londres con la reunión de Roma, una semana después, entiendo que el Partido de la Izquierda Europea (PIE) debe jugar un papel como colectivo. Ya no es posible ir a estos foros cada uno por su cuenta; no, el PIE tiene que decir ante el Foro lo que le preocupa, aquello por lo que trabaja y lucha, quiénes son las personas más adecuadas dentro del PIE para defender sus propuestas. Y, quiero recordar, que dentro de tres meses se celebra el Foro Social Mundial de Portoalegre; sería preciso llevar allí iniciativas del FSE, recuperar el espíritu del 15 de Febrero de 2003, fórmulas de coordinación de lucha y movilización.
En la reunión del PIE en Roma se vieron dos elementos: la continuación de la lucha contra la guerra, vinculando terrorismo y guerra, es decir, lucha contra la guerra y contra el terrorismo; la búsqueda de alternativas, por ejemplo, a través de conferencias de paz y, al mismo tiempo, organizar un encuentro específico que fije la posición del PIE en profundidad en torno a la guerra, la violencia, terrorismo y sus posibles salidas. En segundo lugar, profundizar también en otro tema que nos preocupa mucho: la deslocalización empresarial en Europa, ligada a la privatización, al desmantelamiento del sector público.
En esta reunión he notado avances respecto a meses anteriores dentro del PIE: más ganas de trabajar, más ilusión, mejor clima. Por ejemplo, los partidos comunistas de Chequia y Moldavia han pedido su participación como observadores. Pero, en conclusión, hemos de contrarrestar la tendencia al discurso y, a la inversa, concretar mucho más.