Lo que hace esta Constitución es trasladar a su contenido los tratados económicos previos (Maastricht, Amsterdam…). No hay novedades; existe lo que ya teníamos, aunque con algunas diferencias. Por ejemplo, llamarlo Constitución supone un blindaje del Tratado de Maastricht, o el endurecimiento de determinadas políticas económicas mediante la renacionalización. Y cambia la configuración económica de la UE: con la ampliación al Este ha creado países de segunda división y pone un límite al montante total de presupuesto comunitario. Teóricamente, el presupuesto de la UE podría haber alcanzado el 1,27% del Producto Interior Bruto de la UE; en la práctica nunca se ha llegado a ese tope máximo, y ahora se autolimita al 1%, de lo que se deriva el recorte en las políticas agrarias comunes, etc.
Nunca ha habido intención de hacer una verdadera Constitución en la parte económica. En el proceso de elaboración de lo que ha quedado, surge la ampliación a los países del Este, por lo que ante la entrada de países con grandes desigualdades convenía tapar esas diferencias bajo el manto de una Constitución con declaraciones de principios altisonantes, pero sin entrar a la parte económica real.
Esta opción económica para la UE proviene de la aplicación desde hace muchos años de un modelo neoliberal único y común, que se corresponde con la hegemonía del capital financiero: inflación cero, preservar el valor del capital, la libre circulación de capitales, la liberalización y privatización de los servicios públicos…, es decir, el mercado por encima de todo. Eso es lo que consagra esta Constitución. Eso, acompañado de la rigidez absoluta en la política monetaria y la autonomía del Banco Central Europeo.
Es sorprendente la respuesta sindical a través de la Confederación Europea Sindical. Esta Constitución no recoge ninguno de los aspectos que los sindicatos planteaban como ‘no negociables’. Todo lo que se avance en la defensa de los derechos de los trabajadores, los derechos democráticos de los pueblos, será una medida de cómo vamos cambiando la correlación de fuerzas en la UE.