Las propuestas políticas, organizativos y estatutos presentadas para el debate del XVII Congreso del PCE representan en lo relativo al propio papel del partido y al que corresponde a Izquierda Unida, la ruptura con nuestra estrategia de convergencia política y social.

Desde el criterio de completar un proceso de redefinición de funciones supuestamente incompleto, se caracteriza un PCE que deliberadamente prescinde de Izquierda Unida salvo en la vertiente electoral y la obligada presencia institucional. Advierte de la dificultad objetiva que esto supone, a la hora de valorar aciertos y errores, pero la resuelve situando los aciertos en el PCE y los errores en IU.

De esta forma se asevera que Izquierda Unida se va separando de su proyecto inicial, que no tiene un discurso adecuado a la situación actual, que se ha desvirtuado en los últimos años, en suma, que solo es un mal partido, frente al cual esta el PCE, ajeno a los errores reseñados, con todas sus competencias y con la voluntad de corregir el rumbo de IU, para lo que no es una dificultad la competencia por el mismo espacio político.

Parece evidente que no se plasma bien, desde estos criterios, la política de convergencia política, que la misma es algo más que una definición, que no se pueden resolver los problemas que la misma pone de manifiesto, ni desde posiciones competitivas entre PCE e IU, ni desde la idea de dos organizaciones ejerciendo las misma competencias, ni entendiendo IU solo como un elemento más de nuestra política de alianzas.

Es por ello, que para muchos comunistas comprometidos con IU, aparece como importante defender en este Congreso la continuidad de la política de convergencia, para lo que es preciso reformular los apartados «El PCE. Que partido para esta nueva etapa», «9. IU un proyecto unitario para el cambio», con sus correspondientes referencias a los aspectos organizativos y mantener los estatutos como están, rechazando la inclusión de las nuevas propuestas que se proponen.

El PCE. Que partido para esta nueva etapa (Paginas 15 y 16)

El PCE, en su XI Congreso, al abrir un nuevo camino de renovación y autocrítica, puso de manifiesto la necesidad de recomposición del conjunto de la izquierda, sobre la base de articular una alternativa, necesariamente unitaria, donde el PCE se reconocía como pieza imprescindible y a la vez insuficiente para construir en sí mismo su referente exclusivo.

Se trataba y se trata como ya dijimos en el XII congreso, del desafío al que toda la izquierda esta llamada, el de la propia reformulación y redefinición de estrategias para recuperar la perspectiva de transformación social, abandonada por el PSOE, sin caer en la impotencia y la marginalización.

Definimos en el XIII Congreso la manera de participar en IU de acuerdo con la apuesta estratégica que para nosotros representa:

· Vinculación con las decisiones tomadas, entendiendo que el propio debate en IU enriquecerá o modificara positivamente las posiciones que puedan tener los comunistas en IU.
· Volcar todo el esfuerzo individual y colectivo en la construcción de IU.
· Apuesta irreversible por IU, actuando siempre según los acuerdos de la Asamblea Federal.

Reflexionamos en el XIV Congreso sobre la organización más adecuada para el PCE cuando ya no lo concebimos como un instrumento para la conquista por la vía democrática del poder, sino como un instrumento para la hegemonía que forma parte de otra organización más amplia en la que ha delegado las funciones electorales, programaticas, institucionales y lo fundamental de las relaciones internacionales y de la mediación con la sociedad.

Es desde la practica acumulada a lo largo de estos años y desde estos criterios y que el PCE, por su propia soberanía y decisión, adapta sus funciones políticas, se relaciona con IU a través del trabajo personal de sus militantes y pretende ser un intelectual colectivo, capaz de dotar a sus militantes de elementos teorico-politicos e ideológicos que posibiliten y permitan avanzar en el trabajo cotidiano, en IU y otros movimientos sociales, la perspectiva de emancipación social y transformación que defendemos.

Reafirmamos la necesidad de un PCE aglutinante y organizador de las ideas políticas de los comunistas, como aportación imprescindible al desarrollo del proceso plural y unitario de la izquierda.

Los comunistas tenemos el derecho y la obligación de discutir, analizar y actuar en todo lo que afecta a nuestro proyecto político, sin más limitación que no invadir competencias que, consciente y soberanamente, hemos acordado que son de IU.

La pasada 8ª asamblea general de Izquierda Unida aprobó con un amplio consenso, cercano en aspectos esenciales de la política al 80%, unas propuestas en torno a las cuales es preciso agrupar el trabajo del conjunto del partido, a la vez que se dan los pasos necesarios para reencontrar mayores espacios de entendimiento y confianza interna, que permitan a todos situar en la primera línea de nuestro trabajo, la recuperación y el relanzamiento de Izquierda Unida.

El PCE se propone trabajar en el próximo periodo en los siguientes objetivos: a) Impulsar y fortalecer Izquierda Unida; b) La participación organizada de los comunistas con su política en movimiento obrero y en los movimientos sociales, aportando sus propuestas y experiencias a esos y teniendo en cuenta las que emanen de su propia reflexión y practica social; c) La formación ideológica, en la que el análisis y el conocimiento de los procesos históricos tenga proyección en el trabajo actual y en la perspectiva futura d) Avanzar en el desarrollo de un partido en el que la mujer, de forma natural, asuma las mismos espacios responsabilidad que los hombres.

9. IU un proyecto unitario para el cambio (Pagina 45 y 46)

Uno de los momentos de mayor trascendencia en la puesta en práctica de la nueva política del PCE, tuvo lugar con la creación de IU. Donde los comunistas supimos favorecer un importante movimiento de confluencia política junto con otras realidades sociales, políticas, culturales y personas independientes de la izquierda, en un contexto de protestas sindicales, contra la política laboral y social del PSOE y particularmente de las potentes movilizaciones ciudadanas que se produjeron contra la entrada de nuestro país en la OTAN

Izquierda Unida ha sido durante estos años un elemento importante de la izquierda alternativa y transformadora, su programa político recoge hoy lo más avanzado del pensamiento de izquierda en nuestro país y los movimientos sociales pueden encontrar en Izquierda Unida un espacio político que conecta bien con sus propuestas.

Izquierda Unida está y ha estado en el pasado, en la inmensa mayoría de las acciones de resistencia frente al deterioro de nuestras condiciones de vida o de trabajo, sus representantes en las instituciones han vehiculizado las reivindicaciones de los sectores sociales más desfavorecidos.

IU es el lugar de agrupamiento de gentes que provienen de tradiciones políticas y culturales diversas, un espacio singular para el encuentro en nuevas condiciones de las tradiciones rojas, ecologistas, feministas, pacifistas y emancipadoras que habían vivido separadas, cuando no abiertamente enfrentadas.

En Izquierda unida favorecemos la síntesis programática, como el espacio en el que poder compartir y coincidir sin, por una parte, renunciar a la propia historia y, por otra parte, generando un proceso de reconocimiento que contribuya a dotar de significados la idea de IU como un movimiento político y social, que afirma con rotundidad su vocación de proyecto autónomo y soberano.

IU desde sus orígenes esta comprometida con la defensa de otro modelo de sociedad alternativo, de otro modelo de relaciones económicas, sociales y políticas. La oposición al capitalismo y la apuesta por el socialismo no son elementos de controversia hoy, y están ampliamente asumidos por el conjunto de la organización.

El buen trabajo que IU realizó tanto en ayuntamientos como en CCAA y en la calle con iniciativas como la ILP de las 35 horas, se vieron empañadas tras la crisis de nueva izquierda, y ya en las elecciones municipales de 1999, IU perdió un importante número de representantes tanto en Ayuntamientos como en las Asambleas Autonómicas. Paulatinamente IU ha venido perdiendo importante respaldo electoral. El acuerdo político electoral del año 2000 con el PSOE, aunque fue bien gestionado, supuso un giro brusco en nuestra estrategia que la ciudadanía no terminó de entender, más allá de que el resultado para IU que quizás supero las expectativas iniciales de respaldo electoral, abrió una nueva etapa en IU que no culminó con una gran recuperación de la organización. Los resultados adversos, que se han vuelto a confirmar año tras año, han hecho mella en la organización y han evitado un mayor impulso interno y externo, a la vez que se han puesto de manifiesto fuertes diferencias internas a la hora de concretar los métodos de expresión política de IU. Tras la mayoría absoluta del PP, las dificultades que han supuesto compartir la oposición con el PSOE no han sido fáciles de resolver.

La presencia de IU en todo tipo de movilizaciones nunca ha faltado, el PSOE, desde una visión más oportunista, se ha valido de las movilizaciones para borrar sus estigmas de gobierno, de las cuales, tras el desgarrador 11 de marzo de 2004, consiguió arrebatar, con mayoría simple, el gobierno al PP. En este escenario IU vuelve a perder fuerte respaldo electoral.

A pesar de todo IU hoy tiene por delante el reto de avanzar con perfil propio, fortaleciendo su presencia social, cultural y ciudadana, y buscando una influencia real desde la izquierda al gobierno de Rodríguez Zapatero, que tras un año de gestión aún no ha entrado en la política social, laboral y económica a fondo, espacios donde de forma natural IU puede ser útil y decisiva, para favorecer una exigencia ciudadana de movilización y contestación social que obliguen al PSOE hacer políticas que giren a la izquierda.

Para los comunistas se hace especialmente necesario el impulso organizativo y político, favoreciendo la unidad interna y una mejor presencia social de nuestra apuesta estratégica, intensificando este trabajo desde el conjunto de las agrupaciones del PCE.

Izquierda Unida celebro su Asamblea Extraordinaria para intentar dar respuesta a la crisis que se puso de manifestado con unos resultados electorales claramente insatisfactorios que amenazan nuestra representación institucional, coincidiendo todos en la necesidad de tomar iniciativas para remontar la situación.

Es por tanto un objetivo para todo el partido, trabajar en el relanzamiento de IU desde el amplio acuerdo que representan las propuestas políticas aprobadas en la 8ª Asamblea.

Estatutos

Las modificaciones propuestas tienen básicamente por objeto, abril espacio para desvincular a los comunistas de los acuerdos tomados en Izquierda Unida y terminar con la autolimitación de funciones que los congresos anteriores establecieron para desarrollar tomas las competencias propias de un partido, con la única excepción de la presentación a las elecciones, lo que dejaría de llevarse a efecto a IU únicamente como una plataforma electoral, deshaciendo y desandando toda la política de los últimos años.

En consecuencia con ello, se trata de mantener los estatutos anteriores y no dar la aprobación a las propuestas de modificación que se plantean en la propuesta.

Andrés Hidalgo (Miembro de la Comisión Permanente PCE)
Javier Alcázar (Miembro de la Comisión Permanente PCE)
Ruben Fernández (Miembro de la Comisión Permanente PCE)
Marga Ferré (Miembro de la Comisión Permanente PCE)

Mayo 2005