Trabajo, eje vertebrador de la sociedad

El informe político parte de la realidad económica, social y política que impone el capitalismo, en su vertiente más agudizada, antisocial y antidemocrática: el neoliberalismo. El neoliberalismo acentúa todas las desigualdades existentes e intenta impedir el desarrollo de una alternativa diferente.

El neoliberalismo, en sus distintas expresiones territoriales y culturales en lucha por el dominio global, es consciente de su fracaso como estructura ideológica y como modelo general de política económica y social. En consecuencia busca nuevas vías para reconstruir su dominio y evitar que se amplíe la conciencia, existente ya en amplios sectores, de que es necesaria una alternativa con cambios básicos en los elementos centrales de la economía y de la política. Por ello se centra en imponer la idea de que la crisis es un hecho histórico inapelable, que exige la competitividad internacional y en cada país, la reducción de derechos y condiciones laborales, sociales y salariales, las privatizaciones y deslocalizaciones, la subordinación del trabajo a la competitividad, la precarización de éste y la individualización de las relaciones laborales, destruyendo el sentido colectivo y unitario de los trabajadores en la defensa de sus intereses y derechos, conquistados en un largo proceso de reivindicación y lucha.

El partido arranca su discurso político situando el trabajo como eje vertebrador de toda sociedad y explicando todo lo que ocurre en el mundo: egoísmo económico, guerras, miserias, enfrentamientos étnicos e identitarios… a través de la continuación objetiva de la lucha de clases y de intereses. Es decir, situando el concepto materialista de la historia en primer plano, detrás del cual se producen los fenómenos culturales, religiosos y de todo tipo. Unido a ello, reforzar el sentido ecológico de izquierdas como parte inseparable de una economía instrumental al servicio del desarrollo social y de la radical eliminación de las causas que destrozan la vida en la tierra.

Resumiendo, no aceptar en ningún caso el intento de liquidar el carácter sociopolítico de la cuestión del trabajo, de descalificar el conflicto social, como si éste fuera un cáncer de la sociedad y de reducir el papel de la política, la democracia y del propio estado a instrumentos de apoyo y de impulso para las políticas neoliberales que impulsan los grupos dominantes en el mercado, de forma monopólica u oligopólica, según convenga en cada momento y situación, sin importar el coste social y ecológico de esas políticas.

El informe sitúa este análisis en el frontispicio de los debates del congreso, tanto en el balance de gestión política (el partido ha impulsado todo tipo de propuestas y acciones para la movilización social, en la cual las organizaciones del PCE han jugado un papel importante: Huelga General del 20 de junio del 2002, movilizaciones contra la guerra, contra el Tratado Europeo y por una Constitución democrática, movilizaciones contra el neoliberalismo y por otro mundo posible…), como en la fundamentación ideológica para la existencia de un partido comunista.

Discurso fuerte, claro

El momento político en que se celebra el congreso está caracterizado por la situación descrita y tiene dos ejes para la reflexión: el primero es que el neoliberalismo domina pero no convence porque no es una solución, lo cual no significa que el capitalismo está agotado y en su última fase; y segundo, que el considerable movimiento alternativo contra la globalización neoliberal y la guerra no tiene todavía suficiente impulso cuantitativo y cualitativo para desarrollar una alternativa a corto y medio plazo. Necesita avanzar más y mejor en el mundo, en Europa y en cada país en cuestiones básicas: acuerdo político de fondo, dentro de la pluralidad y diversidad, capacidad organizativa para impulsar conciencia y acción para un cambio político de tendencia y convergencia de los esfuerzos en hacerlo posible sin sectarismos ni claudicaciones paralizantes.

En la próxima etapa el partido deberá dedicar una especial atención a ordenar, organizar e impulsar un trabajo hacia el desarrollo del movimiento. Para ello, lo primero será disponer de un acuerdo político de fondo para que todas las organizaciones y militantes conozcan y debatan sobre las iniciativas de acción de carácter general y su aplicación en cada ámbito de responsabilidad y trabajo, con el objetivo de que el conjunto del partido actúe coordinadamente y cohesionadamente en el desarrollo de las propuestas congresuales y de los órganos de dirección elegidos.

Esta acción de carácter general, podríamos calificar de social e ideológica, no sólo no está reñida con las actividades más concretas y parciales, sociales e institucionales, en defensa de las reivindicaciones populares, sino que forma parte de ellas.

Este congreso es para el partido un trampolín de reforzamiento y relanzamiento de su política, entendiendo que estamos en una etapa, ninguna etapa es totalmente nueva o totalmente vieja, en la que es imprescindible que todo militante que la quiera seguir tenga conciencia de que las viejas certezas o verdades deterministas y absolutas no sirven: el partido es necesario, como lo es IU, sin militancia comunista no hay partido, sin política comunista aferrada a comprender la realidad y cambiarla no es posible influir en lo social, cultural y político.

Hoy es más necesario que nunca un discurso político fuerte, con alternativas claras y entendibles. Un discurso fuerte no lo será por la utilización de palabras gruesas, sino por la capacidad de estar en todos los sitios donde se produce la lucha social y cultural, con propuestas que se vean posibles por necesarias, por su capacidad de entender la realidad con todas sus contradicciones, sin dejarse llevar por el triunfalismo ni por el derrotismo. La conciencia real no se puede cambiar a golpes de voluntarismo, de la misma forma que sin voluntad y convicción no se puede convencer a nadie de la justeza de las propias propuestas.

Líneas de actuación

Las propuestas más concretas y pormenorizadas deben venir, como siempre, de la capacidad política para formularlas y defenderlas ante cada situación. En todo caso las grandes líneas de actuación del partido deben centrarse en:

1.- Desarrollo de alternativas y propuestas hacia el movimiento obrero, emanadas de una amplia y fuerte comisión del mundo del trabajo que abarque todo el territorio. Coordinación, debate y acuerdo para su aplicación, y que dote a la dirección del partido de líneas claras de actuación.

2.- Impulsar el encuentro, coordinación y movilización del movimiento obrero organizado con el resto de movimientos por otro mundo posible. Que el movimiento obrero organizado se impregne cada vez más de un sentido alternativo de izquierdas y que el resto de movimientos, en especial el antineoliberal y pacifista tiendan a englobar al movimiento obrero en su complejidad, sin difuminar sus propuestas alternativas y sin caer en la tentación de fugas minoritarias hacia delante.

3.- El partido tiene un reto en el llamado mundo de la cultura, entendiendo este concepto de manera amplia, no reducida a pronunciamientos de tal o cual figura del espectáculo, sino a una fluida relación con las personas y sectores que, por su profesión cualificada (profesores, médicos, científicos y profesionales en general) o por su elaboración intelectual, crean opinión y/o son transmisores de ideas sobre aspectos sociales que afectan a la sociedad.

4.- Recuperar la relación con las personas proclives a un trabajo regular y sistemático que, como fue en el lejano pasado de la transición, intervengan en la vida del partido con sus análisis, reflexiones y propuestas, sin necesidad, al menos inicialmente, de estar organizados de una forma regular que exige una militancia, ahora mismo difícil de practicar, pero que tengan una permanente relación con las direcciones del partido que no sea una pura instrumentalización para la firma de un documento.

5.- Desarrollar un trabajo exhaustivo para poner en consonancia la política económica de desarrollo social que defendemos con las más sólidas y contundentes elaboraciones del movimiento ecológico de izquierdas y sus protagonistas, buscando una síntesis que, situando el trabajo en el centro de toda reflexión y acción, permita superar las contradicciones que aparecen entre la producción material, los puestos de trabajo y el respeto a la tierra. No hay, no puede haber crecimiento ilimitado de productos de consumo, muchas veces inducido por el puro beneficio, sino una reestructuración productiva que se fundamente en las verdaderas necesidades humanas, entendiendo, además, que un desarrollo social global exige cambios en las pautas de consumo del mundo desarrollado y distribución y redistribución más justa de la riqueza creada. En esta línea, sólo programas de desarrollo que tengan en cuenta las diversas realidades, rentas y niveles de bienestar, o malestar, humano, acordados en el marco de las grandes organizaciones mundiales (NN.UU. y sus instituciones, UE…) podrán reconducir el mundo hacia objetivos de justicia social beneficiosos para todas las personas y pueblos.

6.- La sociedad española necesita que la política dé una definitiva solución al problema de la construcción territorial, sin menoscabar los derechos de nadie y fortaleciendo, o creando, una unidad basada en el acuerdo político y en la voluntad de todas las partes. Para el PCE se trata de que el actual estado de la autonomías culmine en una España federal con el horizonte de una 3ª República a construir en un proceso, tras el cual será necesaria una consulta popular para determinar el tipo de Estado por el cual se inclinan los españoles.

7.- Y, finalmente, en esa línea de hacer frente a la globalización neoliberal con alternativas internacionalistas de transformación y cambio, contribuir a tejer una Europa de los pueblos desde la realidad que representan actualmente los partidos comunistas y socialistas de izquierda en el marco del Partido de la Izquierda Europeo, de otros partidos de similar orientación política no presentes en el PIE, de sectores de la socialdemocracia y, de manera especial, con los movimientos alternativos que trabajan por otra Europa posible.

IU, proyecto unitario

No hemos variado en lo sustancial de considerar a IU como un proyecto unitario para el cambio. Desde luego, la actual realidad de IU no da para muchos optimismos. Su realidad política, organizativa y electoral debe variar mucho para que de nuevo pueda ser el embrión de un movimiento político y social organizado y referencia política para una parte importante del movimiento social y de la ciudadanía de izquierdas.

El PCE debe trabajar para que se recupere su identidad y capacidad política y que eso sea percibido así por sus potenciales adherentes y votantes. Sin inventarse nada y sin competir por un espacio las claves están dadas: independencia e imagen de independencia, propuestas desde una oposición de izquierdas, impulso a la participación, organización y aumento de sus efectivos, democracia para decidir su política y la aplicación de la misma, federalismo, pluralidad y unidad de acción.

Las decisiones del partido deben ser defendidas por sus militantes de forma coherente, entendiendo que las decisiones son las que aprueban los congresos y aplican sus órganos de dirección, de acuerdo con las decisiones congresuales.

En el pasado inmediato, los cuatro últimos años, el PCE ha impulsado todas las actividades y acciones decididas en sus órganos y por IU y, en algunos casos como la constitución europea, se ha adelantado y ha empujado en un sentido correcto para que no hubiera una actitud secundaria de la izquierda en relación con la construcción social y política de Europa. Así continuará, procurando mejorar su trabajo, en relación a IU y en todos los ámbitos de actuación. La dirección que salga elegida en el congreso tendrá una gran responsabilidad y por ello es imprescindible que estén en ella las personas más capacitadas y convencidas del papel del partido y de sus convicciones comunistas.

Manifiesto-Programa

La elaboración de un Manifiesto-Programa es el intento de reconstruir una línea estratégica de actuación que tenga en cuenta los nuevos datos de la situación, para corregir o rectificar lo que no sirve y para ratificar e impulsar lo que siendo válido, deba enriquecerse con nuevas elaboraciones y decisiones.

En el XIII Congreso se aprobó un Manifiesto-Programa en el cual, además de participar la militancia, lo hicieron comunistas no afiliados al partido que tienen una reconocida capacidad de análisis y elaboración intelectual y política. Las grandes líneas de acuerdo se centraron en la necesidad de recuperar plenamente un camino que, en la transición política, a veces haciendo de la necesidad virtud, dejamos a medio hacer. Decidimos que no había tabús ni pactos secretos y que la democracia lo discute todo, incluida la monarquía y los poderes fácticos, o no es democracia.

Decidimos también que era necesaria una alternativa desde la izquierda y que IU debía tener voluntad de mayoría, rechazando cualquier idea de subordinación o complementariedad con el PSOE. Que IU debía desarrollarse como movimiento político y social democrático, ideológicamente plural, y organizado. Y que el PCE, adecuado a una IU-movimiento, tenía tareas precisas muy importantes, que es preciso, en la línea de los acuerdos del pasado XVI Congreso y de la Conferencia política de Organización, reforzar y potenciar.

Ahora, en el momento de abordar la elaboración de un nuevo Manifiesto-Programa, que dé al partido unas grandes líneas de actuación estratégica y política, es necesario señalar objetivos a medio y largo plazo, controlables y verificables sistemáticamente:

1.- Afiliar nuevos militantes. Dar cohesión ideológica al partido. La idea del socialismo como alternativa concreta y actual al capitalismo no está presente como opción real para las grandes mayorías sociales, siendo hoy más necesaria que nunca. Los hechos que han conducido a esta situación están presentes en nuestro ánimo, pero debemos entrar en la comprensión total del fenómeno, porque, a pesar de los hechos, continúa habiendo y, a mi entender, en fase de ascenso, una percepción de que sin el desarrollo de una democracia con sentido socialista, continuará imperando la dictadura del capital. Simplificando: democracia o dictadura del capital, socialismo o barbarie.

Especial atención de todo el partido en la organización y cohesión de la militancia y en su ampliación, será en trabajo de plena incorporación de las militantes del partido a todas las tareas de dirección, organización y representación pública.

El partido no tendrá credibilidad en un amplio sector de la sociedad y, de forma especial, entre las mujeres a las que se dirige, si la imagen que da no refleja la participación real, no retórica, de la mujer en todas las tareas y responsabilidades, incluyendo las máximas.

No se trata de continuar inventando cupos, sino de avanzar efectivamente en la cuestión, que no es interna solamente, sino de proyección hacia el movimiento de emancipación social, laboral y político de la mujer.

2.- Todo lo que ocurre en los planos económicos, sociales, ecológicos, bélicos, de confrontación entre culturas, de fanatismos identitarios, tribales, religiosos, exige objetivamente una nueva realidad que construya o recomponga el sentido civilizatorio que la democracia y el socialismo han intentado construir. Primera tarea, pues, de carácter ideológico.

3.- Derrotar a la derecha y a las políticas de derechas no sólo exige denunciar su política por los efectos sociales nocivos que tiene, sino también explicar y defender nuestros grandes objetivos y las propuestas concretas para alcanzarlos, teniendo siempre la perspectiva de la construcción de una alternativa de sociedad, que no nacerá de un golpe mortal que en un momento determinado se aseste al neoliberalismo, sino que será fruto de una labor paciente que, de acertar en su proceso de realización, irá creando una mayoría consciente en la defensa de valores y realidades culturales, sociales y políticas. Este proceso está en marcha, a pesar de las apariencias. Lo que ocurre es que lo viejo no muere de golpe ni lo nuevo nace de súbito, como a veces determinadas teorizaciones voluntaristas o dogmáticas han creído.

4.- Para aterrizar en la situación más concreta que vivimos en España, debemos tener en cuenta el momento y los desafíos: el PP fue derrotado, fundamentalmente por su participación en la guerra de Iraq. El PSOE ganó por la imagen que dio en la guerra y en otros acontecimientos, y porque era la alternancia ante millones de ciudadanos, que vieron la matanza de Atocha como una consecuencia directa de la guerra de Iraq y no se dejaron engañar por los intentos desesperados del PP de encaminar las responsabilidades hacia otro lugar que el real. Caracterizar bien el nuevo ciclo político que se abre con el gobierno del PSOE y con Zapatero y las decisiones que éste toma y las que no toma, subrayando la realidad difícil de IU, es una de las tareas importantes del congreso. Saber hacia dónde vamos y cómo.