El monumento se enmarca dentro de los proyectos subvencionados por el Ministerio de la Presidencia para el presente año y de los que la Asociación se ha beneficiado para hacer cumplir uno de sus planteamientos más queridos: poder dejar constancia de la represión ejercida durante casi cuarenta años por la dictadura a todos aquellos que pensaban de diferente manera.
Burgos, ciudad castellana sede de la residencia de Franco durante la guerra en cuyo penal se concentraron a la mayoría de los presos políticos durante tiempo casi infinito, fué el lugar elegido y a él se desplazaron tanto antiguos presos, como familiares, amigos y los representantes de la Administración (guardaespaldas incluidos) que no quisieron dejar de participar en la foto de familia.
La propia cárcel, hoy reconvertida en centro penitenciario donde se aplican y desarrollan políticas modernas de educación y reinserción de presos -según palabras de la directora general de Prisiones, Mercedes Gallizo, que participó del evento- fué el punto de encuentro de los asistentes a los actos programados. Varios autocares venidos de diversos puntos de la geografía penínsular (Cantabria, Asturias, Madrid, Cataluña, Aragón…) se concentraron a las puertas del penal para ser testigos de la instalación de una placa en la misma puerta de entrada. En ella se hace mención a los presos y presas políticos y se deja constancia del agradecimiento a la labor de ayuda y solidaridad de las mujeres burgalesas con los familiares y encarcelados políticos en esas instalaciones.
Pero el plato fuerte de la jornada estaba preparado para el mediodía en un jardín colatelaral a la antigua cárcel de mujeres, hoy rehabilitada para menesteres sociales no represivos. Allí quedó instalado un diseño escultórico, que Alejo Otero Besteiro realizó para tal fin, en el que en dos figuras de hombre y mujer enlazan sus manos derechas y se liberan de las rejas del oprobio. Quiere ser símbolo de libertad en una ciudad en la que habitan aún intransigentes y retrógrados que pocas horas antes habían manchado la peana con pintura, demostrando su intolerancia y miopía vital.
Desde Ex presos, los organizadores, tomó la palabra Gervasio Puerta, su presidente quien, en un discurso emotivo, agradeció a cuentas organizaciones y entidades sociales habían apoyado el proyecto, rodeado de los representantes de la Administración central, regional y local, que también se dirigieron al público congregado. Se rompió el protocolo institucional dando la palabra a Candido Méndez, el Secretario de la UGT, que, desde el público asistía al acto junto a los representantes regionales de Comisiones Obreras y al mismísimo Secretario Gral. del PCE, que ni siquiera fueron mencionados en el acto. Discursos planos, llenos de buenas intenciones, sensibles y cortos, sólo Méndez cogió el toro por los cuernos:»los presos antifranquistas eran la verdadera España; los otros, los que ganaron la guerra, no». Aplausos entre las decenas de personas presentes. La única reivindicación republicana.
Muchas fueron las organizaciones allí convocadas que acudieron a participar de este día tan especial, como muchos fueron los veteranos comunistas que dieron lustre al encuentro, como Marcos Ana, Armando López Salinas, Concha Carretero, Navarro Ballesteros, Angustias Martínez o Trifón Cañamares. Y mucha participación de gente joven que acudió libremente a este ejercicio de memoria, a título personal o representando a diversas entidades como la Asociación Foro por la Memoria, Tierra de Fraternidad, Amigos de las Brigadas Internacionales o a la Mesa per Catalunya.
El broche final consistió en una comida de confraternización, ya más privada, en un hotel de la capital, donde, a los postres, si hubo un abanico más amplio de intervenciones.
* Responsable de la Secretaría de la Memoria Histórica del PCE.