Mundo Obrero: Finalizadas las elecciones sindicales y consolidada la posición de CCOO como primera fuerza sindical, el IX Congreso pasa a ser la prioridad del sindicato. ¿Cuál considera que debe ser el elemento central del debate congresual?.
José María Fidalgo:
En muchas ocasiones lo que es prioridad para los cuadros del sindicato no lo es para los trabajadores. Es una idea en la que insito mucho, el sindicato no se puede interiorizar y el hecho de que haya congreso en diciembre de este año, no quita para que perdamos la referencia de lo que es importante en este momento. Los próximos nueve meses van a ser fundamentales para los trabajadores de este país: existe una desaceleración económica evidente en un marco económico internacional muy complicado, tenemos un nuevo gobierno, comienzan las discusiones de los convenios y la mesa de diálogo. Es aquí donde se debe situar la prioridad de nuestro sindicato.
En cuanto al congreso, no creo que haya debates novedosos respecto al anterior. Hace cuatro años aprobamos un Programa de Acción en forma de decálogo, el cual centraba la actuación de CCOO.
En el mismo se definían objetivos claros y evaluables, cuyos resultados deben analizarse en el próximo IX Congreso. Lo que si cambia es el marco económico en el que se va a desarrollar el congreso. Ya no estamos en un momento económico álgido como hace cuatro años, sino que, más que un cambio de ciclo, estamos experimentando un agotamiento de nuestro modelo de crecimiento.
Ahí es donde se sitúa, en mi opinión, el elemento central del debate congresual: cuál es la alternativa de CCOO ante la nueva situación económica.

M.O.: ¿En qué elementos se centra esa alternativa económica defendida desde CCOO?.
J.M.F.:
Todavía no ha comenzado a trabajar la Comisión de Ponencias del IX Congreso, así que documentos no tenemos aún. Lo que si tenemos es el trabajo «Aprovechar el cambio de modelo de crecimiento y construir nuevas redes de protección», que presentamos en octubre ante la evidencia que teníamos dentro de CCOO de que entrábamos en un momento de desaceleración. Ese documento se lo hemos presentado a todos los partidos y es la postura del sindicato ante la nueva situación económica del país. En él analizamos que la pérdida de empleo producto de la crisis en el sector de la construcción residencial e inmobiliario, deriva en la generación de desempleo en sectores de trabajadores que por su situación de irregularidad y precariedad, apenas si van a contar con mecanismo de protección social.
El modelo español no está preparado para esta nueva realidad, para lo cual es necesario la creación de nuevos derechos para estos trabajadores como forma de proteger la cohesión social del país. Estos nuevos derechos requieren de más recursos lo que sólo es posible por medio de un cambio en el modelo productivo. Se necesita una política estratégica en inversiones, en política fiscal, en política industrial y tecnológica para hacer posible ese cambio en la estructura económica del país, y de esta manera acercarnos al objetivo de ser capaces de afrontar los tres grandes problemas económicos y sociales que tenemos ahora: el empleo precario, no digo sólo temporalidad, sino precariedad que es una cosa más amplia; la falta de competitividad de nuestra economía, que tiene el segundo déficit exterior más grande después de EE.UU.; y la cohesión social. Esta va a ser nuestra postura en la mesa de diálogo social que se va abrir y a la cual acudiremos con una actitud exigente.

M.O.: ¿En qué se va a concretar esa actitud exigente del sindicato?.
J.M.F.:
Para CCOO la prioridad pasa por exigir que la discusión se centre en los dos problemas principales que tenemos en estos momentos: la necesidad de aumentar la protección social y la adopción de un modelo productivo que lo permita. Por tanto CCOO no va a acudir a la mesa de diálogo para hablar de nuevas reformas laborales. Las reformas laborales son medidas que se adoptan en momentos puntuales como una especie de parche, como una medida de urgencia. Lo que se necesitan ahora son cambios de alcance relacionados con el cambio productivo.

M.O.: ¿Qué le exigirá por tanto CCOO al nuevo gobierno central?.
J.M.F.:
Vamos a exigir que cumplan con aquello que no hizo en la anterior legislatura. El principal de los incumplimientos ha sido en materia de inspección de trabajo, lo cual inhabilita cualquiera de los objetivos fijados en la reforma laboral pactada en 2005.
Junto a la exigencia de que el gobierno cumpla con los acuerdos a los que llegó con los sindicatos, la segunda exigencia se refiere a la necesidad de afrontar de manera seria lo que para CCOO es uno de los principales problemas económicos que tiene España; me refiero a la falta de un sector público fuerte. España no tiene un sector público, sino que tiene 18, diecisiete por cada Comunidad Autónoma y uno, el más pequeño, dependiente de la Administración central. En España hay muy poco sector público y así es imposible acometer lo cambios económicos que necesitamos para aumentar los recursos dirigidos a la protección social, la educación o la sanidad. Esto es imposible sin políticas económicas de alcance, mantenidas en el tiempo y por tanto, de carácter estratégico. Antes he dicho que estos nueve meses son fundamentales para los intereses de los trabajadores; estas son nuestras exigencias y desde ellas tomaremos posiciones frente al nuevo gobierno, lo cual puede llevar a una situación difícil en las relaciones de CCOO frente a las políticas sociales que emanen del nuevo gobierno.

M.O.: Sin embargo ésta exigencia de una política económica estratégica y activa en sectores donde el sector público estatal es prioritario, puede verse dificultada por la relación del gobierno con partidos nacionalistas conservadores.
J.M.F.:
El resultado electoral es el que ha sido y no otro. Nosotros no somos los que tenemos que formar gobierno, somos un sindicato. En nuestra opinión, es imprescindible que el Presidente del Gobierno lidere una actitud que ponga en «fila» a cada una de la Comunidades Autonómicas en función de la política económica que antes he descrito. España tiene un problema de cohesión económica que afecta a su cohesión social, lo cual hace imprescindible afrontar de otra manera el debate territorial en España. Nuestro país necesita asumir como cuestión de Estado el apoyo a los sectores productivos, la necesidad de un sistema fiscal coherente con las necesidades sociales y sobre todo, la mejora del sistema educativo.
En este país se necesita partitura, orquesta y director de orquesta, y en materia territorial el nuevo gobierno tiene mucho que demostrar. Lo que debe quedar claro es que Comisiones Obreras no responde a más identidades y conflictos que los que se deriven de los intereses de los trabajadores.
M.O.: ¿Cómo resumiría entonces la propuesta central de CCOO frente a la actual situación económica?.
J.M.F.:
Construir un modelo económico y de crecimiento que tome como su elemento central el trabajo. Para CCOO el trabajo es la fuente principal de riqueza de un país y que España no haya entendido esto, ha provocado que nuestro modelo económico dependa tanto de actividades especulativas, poco estables y escasamente generadoras de valor añadido. Tomar el trabajo como el elemento central de un nuevo modelo productivo requiere de una fuerte inversión en educación e inversión tecnológica, para lo cual es necesario un sector público fuerte.

M.O.: El modelo económico y de relaciones laborales en España no sólo plantea retos sociales importantes al sindicato, sino también grandes retos organizativos. ¿Cómo afronta organizativamente CCOO una realidad laboral basada en la temporalidad y la rotatividad?.
J.M.F.:
Por medio del desarrollo de una fuerte acción sindical en la empresa y en el sector, sobre todo en el sector de servicios privados. En mi opinión, no es un debate de cambio organizativo del sindicato, sino ser más eficientes con nuestro actual modelo. CCOO es un sindicato con grandes recursos humanos, económicos y organizativos y lo que debemos hacer es dirigir la mitad de los mismos hacia el sector de servicios privados, sector en el que se concentran los problemas que habéis descrito, sector en el que además, nuestro sindicato tiene un potencial muy grande.

M.O.: ¿En qué medida, el asumir como prioridad el debate económico y de cambio de modelo productivo, se compagina con el carácter sociopolítico del sindicato?.
J.M.F.:
La consideración de CCOO como un sindicato sociopolítico es el elemento principal de la identidad de Comisiones Obreras como sindicato de clase. Tener carácter sociopolítico es entender la centralidad del trabajo, y tomar como central el conflicto capital/trabajo lleva a que lo prioritario sea la definición de qué modelo productivo debe dotarse un país. La capacidad de CCOO de encabezar un proyecto de transformación social en España es consecuencia por tanto, de la defensa de un proyecto social que toma como eje central el mundo del trabajo.

M.O.: Usted se declara un hombre de izquierdas y preocupado por la situación de la izquierda en España y esto remite al pasado 9 de marzo. ¿Qué valoración realiza de los resultados electorales?.
J.M.F.:
A nivel general me parece positivo que las fuerzas políticas de carácter estatal se hayan fortalecido en comparación con la anterior legislatura. En cuanto a la situación de IU he de decir que ha sido un resultado que me ha afectado especialmente. Las necesidades del país requieren de fuerzas políticas de izquierda que tengan carácter centrípetas, es decir, que sean de ámbito estatal. Por eso es necesaria la reforma del sistema electoral. En mi opinión, IU tiene capacidad para superar esta situación, más viendo como a pesar de todo mantiene una base electoral tan grande, votantes ya muy bregados y por tanto muy identificados con la organización. Para ello creo que es necesario que Izquierda Unida tenga un debate sereno, de fondo y templado.

M.O.: Usted intervino en un mitin electoral de IU en Madrid el pasado 1 de marzo. En él usted señaló que la recuperación de la izquierda pasaba por recuperar la centralidad del mundo del trabajo en el discurso y por defender una política de estado coherente. ¿Considera qué los resultados electorales de Izquierda Unida revalidan este diagnóstico?.
J.M.F.:
Es una afirmación que requiere de alguna matización para que se comprenda, pero en líneas generales me reafirmo. Cuando me refería a que Izquierda Unida debería recuperar la centralidad del mundo del trabajo como su discurso principal, no lo decía en el sentido de convertirse en un partido obrero, sino en el sentido de defender una alternativa económica y social propia. Esta centralidad de lo social requiere de una política de Estado homogénea, y para ello la izquierda necesita que se la vea capaz de encabezar un modelo de gobierno creíble y reconocible. Una propuesta económica y social que permita ser vista como una alternativa de gobierno propia y creíble. En mi opinión es aquí donde se debe centrar la izquierda para recuperar credibilidad social.

* Consejo de Redacción
de Mundo Obrero