Primero en el seno de la UE con los «criterios de Maastrciht» para la adopción del Euro, el Pacto de Estabilidad, la independencia del Banco Central Europeo, la «Estrategia de Lisboa» del año 2000 para «convertir la UE en la región del mundo más competitiva», el intento del Tratado Constitucional de 2005 derrotado en los referenda de Francia y Holanda, la directiva Bolkestein, el Tratado de Lisboa de 2008, derrotado así mismo en el referéndum de Irlanda, la directiva de las «65 horas», igualmente derrotada en la votación del Parlamento Europeo del 17 de diciembre de 2008, la directiva de la «vergüenza» o del retorno para los inmigrantes, y termina con el crack financiero y del modelo neoliberal de octubre de 2008.
En su acción exterior se convierte la UE con sus principales países del G7 (Gran Bretaña, Alemania, Italia, Francia) en protagonista de primera magnitud, junto a Estados Unidos, con la creación en 1994 de la Organización Mundial del Comercio, de la dinámica globalizadota neoliberal aplicada a todo el mundo. Ésta dinámica internacional globalizadota de la UE se refleja en la urgencia por crear «zonas de libre comercio», Acuerdos de Asociación, «partenariados», la «Unión del Mediterráneo», la implicación junto con Estados Unidos en todas las guerras destinadas al control geoestratégico, ya energético o de rutas comerciales de vital trascendencia, con las guerras de Yugoslavia, de Iraq, de Afganistán, etc., la unilateralidad en el conflicto israelí-palestino, la sumisión a la postura estadounidense en la cuestión del Sáhara, la colaboración con las instancias norteamericanas en la política hacia América Latina, tanto hacia Cuba, Venezuela, como el Plan Colombia, la incapacidad para adoptar una postura propia en el conflicto del Cáucaso, entre Georgia y Rusia, alentado desde Estados Unidos, etc.
Modelo neoliberal
La ausencia de una política alternativa a la de Estados Unidos se ha puesto en evidencia en este capítulo sobre el modelo neoliberal con la participación europea en la reunión de Washington de noviembre de «refundación» del capitalismo, el G20. La imagen patética de unos dirigentes mundiales, incapaces de dar una explicación lógica sobre lo ocurrido ni de ofrecer una alternativa eficaz es la mayor demostración de ese fracaso. Se lleva a cabo una reunión previa de la UE bajo la dirección de Sarkozy, como presidente semestral de la UE, para preparar la postura en Washington, y no aparece ninguna iniciativa seria y valiente frente a lo ocurrido. Sólo hay un lugar común, aportar dinero público a las entidades financieras, autoras del desaguisado, para que todo vuelva a ser como antes. Sólo la Izquierda Europea habla con claridad de crisis sistémica, del modelo capitalista, y de que la solución va en el camino del socialismo, cambio de modelo, intervención pública, planificación democrática, modelo de sostenibilidad, creación de empleo, satisfacción de necesidades básicas, etc
Si la dimensión económica es la más llamativa hay que señalar que se refleja en todas las otras facetas, sean estas las de defensa y política exterior, la de cumplimiento de los compromisos de Kyoto, la de la política energética, la de orientar la política agraria y el comercio internacional, o sean las del propio modelo europeo tras la ampliación, o en fin la política cultural o de libertades democráticas y derechos humanos.
Política exterior
De esta forma en política exterior sigue siendo pieza angular la centralidad de la OTAN. No es de extrañar que sea Solana el que siga al frente de tal política tras haber sido Secretario General de la misma y declarado la guerra a Yugoslavia. La aquiescencia y complicidad con las aventuras estadounidenses en Iraq y Afganistán, el respaldo a los escudos antimisiles en el este europeo dirigidos contra Rusia, en contra de nuestros intereses, muestran la incapacidad para una estrategia propia de largo alcance con este país, tan vital para la UE. En este mismo sentido son igualmente graves las ausencias de estrategias propias con China, pieza clave en el futuro desarrollo económico mundial, con África, para acabar con tanta guerra y sufrimiento y contribuir a la eliminación de la tragedia de las emigraciones masivas, con América Latina, cuando inicia un proceso de emancipación respecto a la bota yanqui. Probablemente sea en el conflicto de Israel contra el pueblo palestino en donde es más evidente el fracaso de la UE, cuando el año 2008 era el de la creación del Estado Palestino. Sin embargo la mayor incapacidad en política exterior se ha puesto en evidencia en propia casa, en el conflicto de Chipre y la persistencia de la invasión turca al norte de la isla, es decir la invasión de una parte de la UE por un país que pretende ser miembro de la UE.
Medioambiente y energía
Inherente al modelo económico neoliberal europeo es la política medioambiental y energética. Se ha visto con claridad que es incompatible la liberalización del sector energético, empujado a aumentar cada año el consumo y así procurar más ganancias, con los compromisos de control y descenso en las emisiones del efecto invernadero. La introducción de porcentajes mínimos y subvencionados de energías renovables, no ha podido evitar la crisis energética del año 2008, con precios abusivos para los combustibles fósiles. Ello ha llevado a la introducción significativa por sus dimensiones de los llamados «biocombustibles» con la consecuencia de agravar la sempiterna crisis alimentaria y de hambre mundial. El fracaso de la reunión de la ONU en Poznan del mes de diciembre de 2008 sobre cambio climático evidencia tal deriva.
Política agrícola
De la misma forma ese modelo neoliberal está condicionando algo tan sensible como la seguridad y soberanía alimentarias. La apuesta de las grandes trasnacionales de la alimentación ha disparado la carrera por la adquisición de inmensas superficies para el cultivo privado y su control en países del Tercer Mundo ya agobiados, con lo que se aseguran futuras hambrunas y enfrentamientos. En lugar de llevar a cabo una reforma progresista de la PAC, que favorezca estos principios de soberanía alimentaria, defienda a los pequeños y medios agricultores, proteja la naturaleza, se ha optado por prescindir de todo ello y aumentar la entrada de productos agrarios controlados, que casualidad, no por los agricultores del Tercer Mundo, sino por la multinacionales de la alimentación, norteamericanas o europeas, y beneficiar a las grandes explotaciones agrarias.
Deslocalización
y desregularización laboral
En 2008, con las sentencias del Tribunal Superior de Justicia Europeo ante los litigios enfrentando a los sindicatos en la defensa de los trabajadores con los empresarios acogidos a los beneficios que la Ampliación ha proporcionado con la directiva Bolkestein y similares ha mostrado bien a las claras cuál era el real objetivo de esa Ampliación: favorecer la deslocalización y aumentar la desregulación laboral.
Las sentencias del TSJE con los casos Viking (Finlandia) y Laval (Suecia) en diciembre 2007 y Ruffert (Alemania) abril 2008 y Luxemburgo en junio de 2008, al darle la razón a las empresas frente a los derechos de los trabajadores, sitúa como primer principio el de la competitividad por encima del de los derechos nacionales protegiendo a los trabajadores. Se puede afirmar que el tan cacareado «modelo social europeo» está tocado de muerte. Este panorama antiobrero ha sido completado con la política europea frente a la inmigración. En lugar una defensa cerrada de los derechos humanos sin más de estas personas se opta, con la «directiva del retorno» o mejor calificada «de la vergüenza», por la «Europa fortaleza».
Extrema derecha
Todo este panorama da lugar a un incremento sin precedentes de las posturas racistas, de extrema derecha, con su doble expresión política, la irrupción de los partidos de corte fascista y el hundimiento de las posturas más comprometidas con la solidaridad y las propuestas colectivas. En este sentido es elocuente lo ocurrido en Francia con el PCF, en España con IU y en Italia con la desaparición parlamentaria de Refundación Comunista. A esta deriva ha contribuido de forma decisiva el penduleo político de los países del este europeo, anteriormente en la órbita soviética y ahora pronorteamericanos, claramente de derechas o de extrema derecha y entregados a la corrupción. La Ampliación de la UE ha traído esta consecuencia, quizás deseada, junto con la ya mencionada a partir de la directiva Bolkestein. Pero la tendencia no se limita a los países del este europeo. La irrupción con fuerza de partidos extremistas en Austria, la victoria de Berlusconi en Italia, las tendencias en Dinamarca y Holanda, etc., unido a la debilidad de la izquierda transformadora en muchos países europeos muestra esta gravedad. Cuando la juventud ve desesperada la ausencia de perspectivas, no sorprenden reacciones como las de Grecia o las protestas contra el proceso de Bolonia.
Déficit democrático
La mejor expresión de este panorama de déficit democrático lo tenemos con lo ocurrido con los referenda de Francia, Holanda e Irlanda. Excepto en España, cada vez que se ha debatido y consultado al pueblo europeo sobre lo propuesto por las instituciones, llámese Tratado Constitucional o Tratado de Lisboa la respuesta ha sido de rechazo. Es por esa razón que la Izquierda Europea en su reunión de Berlín de finales de noviembre de 2008 ha propuesto una alternativa completa a este estado de cosas. (ver el recuadro página anterior)
* Responsable del PCE
para Europa
Alternativa del PIE
La alternativa está basada en los cuatro pilares:
1. Una Europa de paz, sin la OTAN.
2. Una Europa de pleno empleo, servicios públicos europeos y planificación democrática, e inversión pública importante.
3. Una Europa comprometida con la protección a la naturaleza y con un modelo sostenible y de austeridad.
4. Una Europa de la igualdad, los derechos humanos, las libertades democráticas y la plena participación democrática, empezando por la construcción alternativa y la Carta de Derechos Humanos.