Griñán, Presidente de La Junta de Andalucía, refiriéndose a la incorporación de Rosa Aguilar, ha dicho que él la ha «contratado» (sic) y eso es normal. Viene a decir, como nueva configuración neoliberal de la política española, que los cargos públicos están en el mercado, son valores de mercado, y hay quien puede vender y quien, como él, puede comprar en un momento determinado, y que eso de las ideologías debe mirarse ya de otra manera en la modernidad: un periodista ha dicho que se debería de cambiar uno de ideología con la facilidad con que se cambia de empresa operadora en el uso del móvil (aunque en este caso la gestión, «de la noche a la mañana», ha sido mucho más rápida). A su vez, Rosa Aguilar ha dicho que es una opción personal, estrictamente personal, y pide que se respete este derecho individual, argumentando en la misma línea de cara a un nuevo concepto de democracia, en esta perspectiva en la que, como ha dicho Clooney (sí, me refiero al actor) cada vez se confunden de manera más intensa democracia y capitalismo.
Pero Griñán, felipista de pro, ha ido mucho más allá, pidiendo que los dirigentes no nos irritemos porque tiene cuatro nombre más de IU que hubiesen aceptado un cargo. Y lo dice y se queda tan fresco. ¿Cuál es el fondo de lo que ha dicho? Pues que para desestabilizar a IU está dispuesto a utilizar el dinero público que cobran los cargos oficiales que él se dedica a ofrecer a unos y a otros, intentando, en este sentido, crear una lista de espera de acceso a la casa común. Es decir, si es verdad lo que ha dicho Griñán, estamos de hecho ante una gran operación de transfuguismo organizada con dinero público.
Porque se trata de eso: desestabilizar a IU, drenarla ahora que empieza a recuperarse. El PSOE no acepta que exista un cuerpo electoral de IU que ronde el millón de votos, y la operación que ha iniciado va a cabalgar a lomos de la creación de un pánico político a que Zapatero pierda las próximas elecciones, sabiendo que hay dirigentes en IU que están dispuestos a que ésta desaparezca con tal de que no gane el PP, en lugar de dar la batalla contra la derecha a través de una existencia cada vez más sólida de IU en torno al discurso anticapitalista, republicano y federal.
Y no son fantasmas. Los datos afloran sin rascar demasiado en esta costra de mercadeo disfrazado de derechos personales y privados. Recuerden las palabras, no hace mucho, de Bono (Rosa sería una buena ministra), O lo que nos han comentado dirigentes provinciales del PSOE: se les dijo que lo de Rosa era un tema de Griñán, pero también de Madrid (Griñán y Moratinos son diputados por Córdoba, y Zapatero no ha dejado de alabar a Rosa en semipúblico, insinuando su fichaje).
En todo caso ha sucedido algo que nunca se había dado en la democracia española (y luego dicen que no avanzamos): Rosa, de la noche a la mañana, ha saltado de un partido a otro siendo alcaldesa de Córdoba, representante de IU en la Federación de municipios, y responsable institucional de IU al máximo nivel. Es decir, no ha existido un tiempo intermedio, de reflexión, con el abandono previo de cargos y responsabilidades. La innovación de Rosa es algo que hay que tener en cuenta, para los futuros textos de «politología», ya que caracterizan el doble salto mortal, con total desparpajo, del gato en una matanza, cambiando al mismo tiempo la filosofía que reside en la base de su corriente, IU-ABIERTA, de la que era la número dos; es decir, no ya abierta para recibir a gente, sino para correr hacia el PSOE con el paquete bajo el brazo, eso sí, dejándole a Cayo Lara un mensaje de móvil. Menudo favor les ha hecho a sus compañeros de corriente y al nombre de la misma.
Y en cualquier caso, junto a la deslealtad profunda de ella, y la Opa hostil del PSOE, dirigido por Griñán «el contratador», es preciso lamentar la imagen que va a contaminar de lleno la política, sobre todo en una etapa de crisis imparable, en la que vamos a seis parados más a cada minuto. Habrá que empezar a estudiar con seriedad, si así se produce, la epidemia de abstención que puede darse el próximo día siete de junio, para agradecerle a Rosa no sólo su contribución al fortalecimiento de la democracia participativa y ética, sino la gran mano que nos echa de cara a los resultados electorales. ¿Para cuándo la foto de Zapatero, Rosa Aguilar y el candidato del PSOE López Aguilar?
En fin, el aviso de una operación contra IU está dado, incluso mucho antes de lo previsto, y rompiendo posiblemente otros calendarios. Ahora nuestra respuesta política (política y argumental: el odio agota a quien lo siente) debe ser intensa y coordinada, sin olvidar nunca nuestra lucha anticapitalista, federal y republicana (hay pánico a que agarre la planta del republicanismo, que nosotros regamos con tanto mimo). Una respuesta dialéctica que no excluya en todo caso un componente de determinación y seguridad, ya que, hagan lo que hagan, no van a poder con nosotros, y muchos menos a través de la creación de una bolsa de valores políticos.
Felipe Alcaraz, Presidente Ejecutivo del PCE