Agentes de la Policía Local de Málaga han descubierto una organización de skinheads que estaba llevando a cabo una campaña de pintadas y carteles en los que reivindicaban la libertad del militante neonazi y soldado profesional Josué Estébanez, en prisión por matar a puñaladas al joven de 16 años, Carlos Javier Palomino, en la estación de metro madrileña de Legazpi.
La Policía localizó la sede de la organización que se encuentran detrás de la campaña, en concreto el Movimiento Patriota Socialista (MPS), también denominado Skinheads-Málaga, en la que detuvo a varios integrantes de dicho grupo.
La investigación comenzó después de que el 30 de julio, Izquierda Unida presentara una moción en el pleno municipal en la que se instaba a actuar contra los grupos de neofascistas responsables de toda esta apología neonazi y racista.
El agosto sorprendieron a menores de ideología nazi realizando pintadas con la leyenda Josué libertad, acompañado de un círculo con una cruz gamada. Tras indagaciones localizaron pintadas similares realizadas en la capital, las cuales eran promovidas por el mencionado grupo a través de su página web, en las que se jactaban de haber llevado a cabo unas 90 pintadas.
Los responsables de dicha organización, cuya cabeza visible es Raúl R. B., residente en Málaga y de 36 años, fueron detenidos y denunciados a la autoridad judicial, apreciándose la posibilidad de que estén incurriendo en un delito, por el artículo 607 del Código Penal.
También se comprobó que varios de los detenidos, tres de ellos menores, participaron el pasado mes de noviembre en una intervención tras un suceso en el que un grupo de skinheads agredieron a un ciudadano marroquí.
En aquel suceso, agentes de la Policía Local arrestaron a 11 jóvenes de ideología neonazi que viajaban en la parte trasera de un autobús, al que retuvieron bajo amenazas al conductor y sus 63 pasajeros rociándolos con gases lacrimógenos, para bajar a dar una paliza a un marroquí que había descendido en la parada huyendo de los neonazis.
El 14 de septiembre, precisamente, comienza el juicio contra el asesino del Carlos Javier Palomino. La familia de Carlos confía en que en el juicio se confirme que el asesinato se produjo por motivos ideológicos y políticos al pertenecer el agresor a un grupo de extrema derecha.