La izquierda ha conseguido imponerse en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas. François Hollande, el candidato socialista, ha sido elegido con un 51,24% de los sufragios frente al 48,76% de los votos obtenidos por el presidente saliente Nicolás Sarkozy.

François Hollande, gracias al apoyo de los verdes y sobre todo de un muy movilizado Frente de Izquierdas, ha conseguido convertirse en el segundo presidente de izquierdas de la quinta república francesa. Este resultado abre las posibilidades de la izquierda en Europa y es además un antecedente esperanzador para una izquierda que en las elecciones legislativas puede consolidarse.

La victoria de Hollande, incomprensible sin el apoyo del Frente de Izquierdas, cambia la correlación de fuerzas en Europa y permite la puesta en práctica de un programa diferente para hacer frente a la crisis de la eurozona. Medidas tomadas del Frente de Izquierdas como la instauración de un tipo de gravamen del 75 % para las rentas superiores al millón de euros permiten vislumbrar la puesta en marcha de una política de crecimiento e inversión pública frente al dogma austeritario impuesto por la canciller Merkel y Sarkozy.

Este resultado está cargado de consecuencias. En primer lugar se acaba de dibujar la derrota de la estrategia extremoderechista del UMP, el partido de Sarkozy. Además, la derecha, concurrirá muy dividida a las elecciones legislativas de junio.

De cara a las legislativas
Tras conocer los resultados oficiales Jean-Luc Mélenchon ha apuntado a las elecciones de junio: “Si hay una mayoría de diputados del Frente de Izquierda el partido socialista se verá obligado a hacer una auténtica política de izquierdas”. Por su parte, Pierre Laurent, secretario general del PCF, considera “decisivo” el apoyo comunista en la elección de Hollande. “Las elecciones legislativas serán de gran importancia para reforzar las ideas de izquierda que se han sembrado durante la campaña. Nuestro trabajo consiste en prolongar esta victoria para que el cambio político sea real”.

Fiesta en la Bastilla
Como ya había anunciado Jean-Luc Mélenchon que haría si una hipotética victoria de la izquierda se producía, simpatizantes socialistas, verdes e integrantes del Frente de Izquierdas se han reunido en la Bastilla para celebrar el histórico resultado como ya ocurrió en 1981. En aquél momento el acuerdo entre Mitterand y Marchais dio lugar al llamado programa común. Cuatro ministros comunistas entraron en el gobierno, se nacionalizó la banca, un tercio de la industria y se consiguieron distintas conquistas sociales que aún hoy forman parte del patrimonio del estado social francés.

Corresponsal de Mundo Obrero en París