La Semana Negra de Gijón acogió ayer martes en su Carpa de encuentros, la presentación de un nuevo libro que tiene como coordinador al historiador Rubén Vega y como autores a diversos especialistas en varias áreas como Elena Toral Alonso, José Gómez Alén o Ángel Alonso Domínguez, estos dos últimos presentes en el acto de ayer junto al propio Vega.

?El texto en cuestión, Astilleros en el arco atlántico. Trabajo, historia y patrimonio, pone de relieve cómo los astilleros transforman la ciudad no sólo urbanística, sino también económica y socialmente, y lo que, por tanto, supone su desaparición de las ciudades que poseen “fábricas de barcos”.
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?A través de casos como los de Lisboa, Ferrol, Gijón o Nantes, se nos conduce a un mundo ya perdido en el que los astilleros conformaban una especie de microcosmos para quienes en ellos trabajaban.

?Ruben Vega señalaba la idónea y triste paradoja que se daba en el acto mismo de la presentación, pues no hay que olvidar que la Semana Negra está ahora emplazada en el lugar que hasta hace poco ocupaban los astilleros de Naval Gijón; unos astilleros, decía, cerrados por la “miopía y la desidia de algunos”. Para contraponer lo que sucedió en Gijón, Vega apuntaba al caso de los astilleros de la ciudad francesa de Nantes. Allí, tras el cierre de los astilleros, hubo un gran movimiento social para que al menos no se perdiera la esencia de esa poderosa industria. “En Nantes, el lugar que ocupaban los astilleros lo ocupa ahora un centro de interpretación y documentación sobre esa misma industria, y son los trabajadores del astillero quienes trabajan ahora en ese centro; incluso se organizan visitas guiadas de escolares”.

?También se recordaron casos como la gran conflictividad de los astilleros de Lisboa a principios de los años setenta y el desaprovechamiento que sufre hoy el gran astillero de Ferrol.

?A través de la desaparición progresiva de los astilleros y su papel en la vida urbana, los ponentes y autores del texto, intentan reflejar la enorme pérdida de tejido industrial que sufren muchas ciudades de nuestro país e incluso de Europa, en aras de una pujante industria asiática o americana.