“Es la primera vez que nuestras propuestas alternativas se han llevado al gobierno, y lo ha hecho el gobierno de Syriza en Grecia”. Así abrió el plenario de clausura del Foro Europeo de las Alternativas Elisabeht Gauthier, directora del Espace Marx (Francia) y de la dirección de la Fundación Transform Europe.
Ahora el desafío está en cómo desarrollar esa lucha en la izquierda, en el mundo sindical, en los movimientos sociales, entre los intelectuales y entre todos. Cómo construir una alianza, lo más amplia posible, en cada país pero también a escala europea, para construir la alternativa y hacer ganar al pueblo griego que ha puesto sus esperanzas en Syriza. Ese fue el eje del debate del plenario con el que concluyó este encuentro: Después de la victoria de Syriza, ¿una alianza para ganar el pulso europeo?
“La experiencia griega no será sostenible si no hay un cambio en la correlación de fuerzas”, anunció Haris Golemis, director del Instituto Nicos Poulantzas (Grecia). Explicó los ataques que Syriza recibió en todas las elecciones, desde 2009, en los se identificaba la victoria de Syriza con la catástrofe para Grecia. Y cuando Syriza ganó la batalla, continuó el economista griego, ese ataque se ha intensificado en una alianza de la Troika con los gobiernos europeos de Francia, Italia, Holanda… ataques que vienen también de la socialdemocracia y de la llamada izquierda. Golemis argumentó que “el gobierno griego no ha sido derrotado, que la solidaridad internacional y el activismo es importante, “pero lo más importante ahora es luchar contra el autoritarismo y el neoliberalismo en todos los países”.
“Los partidos comunistas, la izquierda, las nuevas organizaciones políticas, los sindicatos, los movimientos sociales, todos tienen que luchar juntos para defender la democracia, la dignidad, los derechos humanos y combatir la pobreza, la xenofobia y los nacionalismos” arengó Golemis, destacando el buen trabajo realizado en esa lucha contra la austeridad que está llevando a cabo Alter Summit, los sindicatos italianos, belgas, austriacos, irlandeses, portugueses… y hasta la Iglesia, según detalló.
Ante la ausencia del Secretario General de Syriza, Tasos Koronakis, que no pudo participar debido a la coyuntura griega, fue Yiannis Bournous, responsable de internacional de Syriza en el Partido de la Izquierda Europea, quien explicó que el problema de las negociaciones no es económico sino político. Tratan de asfixiar a Grecia para demostrar que nadie puede escapar al memorandum, a la austeridad y al marco neoliberal, sobre de todo de cara a las próximas elecciones europeas.
“Estamos aquí para prometer que Syriza no traicionará las aspiraciones del pueblo griego y las expectativas de todo el movimiento europeo. Estos días estamos poniendo todo nuestro esfuerzo, pero tenemos nuestras líneas rojas” que van desde el compromiso a no reducir pensiones ni salarios a un plan de reestructuración de la deuda, la reforma fiscal…. Y enumeró todo lo que el gobierno ha hecho durante sus primeros tres meses de trabajo.
“En este periodo de polarización social y política” Bournous pidió reforzar la Alianza Anti Austeridad para un proyecto antihegemónico, no sólo de resistencia sino de alternativas y demostrar que otro mundo existe, que es posible cambiar las cosas. “Así podremos cambiar el poder en cada país para cambiar Europa”. Concluyó anunciando una semana de movilizaciones europeas del 20 al 26 de junio, donde “vamos a probar que Grecia no está sola y que Europa se moviliza, porque ésta es una oportunidad histórica”.
El debate quedó abierto y las ideas para esa alianza empezaron a ponerse sobre la mesa. Gus Massiah, coordinador del Foro Social Mundial -un espacio mundial de convergencia y diversidad de movimientos sociales-, reivindicó la necesidad de redefinir la alternativa, entendiendo ésta como transformación económica, política y social. Argumentó que estamos en un momento de grandes contradicciones que se reflejan en las relaciones entre los pueblos y los partidos, y que hay una nueva generación con una nueva visión política que demanda la reorganización de la democracia. Hoy el principal desafío, añadió, es reinventar la política.
La portavoz de Ensamble, Clémentine Autain, continuó en esa línea reivindicando la descolonización del imaginario de la hegemonía dominante, pero también de la izquierda, ya que la federación sindical hoy ya no está en los mineros, y en la metalurgia sino que hay que hacerla en las plazas públicas, en los supermercados y en las trasnacionales de comida rápida. “Hay que crear convergencias. Hay que trabajar juntos No sirve copiar modelos porque la historia de cada país es diferente, pero sí que tenemos los mismos elementos estructurales”, preciso. Autain abogó por la reconstrucción de un imaginario de transformación social a través de los movimientos políticos y los partidos, y también porque la gente se meta en política para cambiar el mundo.
Fue Maite Mola, de Izquierda Unida y vicepresidenta del Partido de la Izquierda Europea, la que dió una salida concreta a las demandas de reconstrucción de la izquierda: la Construcción de la Unidad Popular, en Europa, en España y otros países, como han demostrado los resultados de las elecciones locales y regionales en España. “Hay que unirse y hacer un programa contra la austeridad, por la banca pública y por los servicios públicos” para vencer al bipartidismo neoliberal.