La Patronal de Comercio de Grandes Almacenes continúa con su política de reducir las plantillas a pesar del importante crecimiento del consumo en España, que en 2015 se ha situado en tasas del 3,1% interanual, el mayor ritmo de crecimiento desde el año 2007, antes de la crisis, según las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística. Desde la implantación de la reforma laboral y la firma del convenio colectivo firmado por la patronal ANGED y sus sindicatos tutelados FASGA y FETICO, estas empresas están poniendo en práctica el más profundo desprecio por sus trabajadores y trabajadoras.

No les importan las personas, solo el negocio. No les importa dejar tirados en el camino a un gran número de trabajadores y trabajadoras, algunas con más de 25 años de servicio en esta empresa sin recibir ni una sola palabra de agradecimiento. ¿Acaso no ha sido suficiente el sacrificio de la plantilla de Alcampo en estos últimos años? El salario está congelado desde el 2013 y los complementos desde 2008. La jornada la han aumentado hasta 1798 horas, siendo 28 horas más. Penalizan a las trabajadoras cuando caen enfermas. Los domingos y festivos es de trabajo obligatorio y sin remuneración. Se puede seguir enumerando más pérdidas de derechos y condiciones y todos estos sacrificios tenían “supuestamente” como objetivo mantener el empleo en estas empresas, pero la realidad es muy distinta: las plantillas de los centros de trabajo están bajo mínimos y la poca contratación que se ha realizado es a tiempo parcial.

Una de estas empresas, concretamente la multinacional francesa de la distribución Auchan, conocida como Alcampo en España, es un claro ejemplo. Esta empresa ha despedido a Mª Carmen, Rosana, Esperanza y Lidia del centro que tiene en la localidad zaragozana de Utebo, por causas objetivas centradas principalmente en causas económicas, teniendo beneficios millonarios. Solo en el año 2014 obtuvo a nivel nacional una cifra de ventas de más de 3 mil millones de euros. La rentabilidad económica en el 2014 alcanzó un nivel positivo del 6,87%, y un beneficio de 55 millones de euros netos en sus 55 centros que tiene en España. Un millón de euros limpios en cada centro.

Los representantes de CCOO en el Comité de Empresa, con mayoría absoluta, elaboraron rápidamente un calendario de movilizaciones y de entrevistas con todas las fuerzas políticas con representación en el Ayuntamiento de Utebo, para explicar en primera persona cómo está la situación de las compañeras despedidas y buscar el apoyo y la solidaridad de los representantes políticos del municipio. Fruto de esas reuniones, el Ayuntamiento de Utebo ha remitido un escrito a la dirección del centro comercial Alcampo para pedirle que reconsidere el despido de las cuatro trabajadoras y con el objeto de evitar nuevos despidos.

Se han realizado asambleas con las trabajadoras y los vecinos de la localidad y se ha puesto en marcha nuevamente la campaña de “Los Lunes al Sol” y todas las semanas se convoca una concentración en las puertas del centro comercial exigiendo la readmisión de las trabajadoras despedidas.

El pasado viernes 26 de febrero se celebró una reunión con la empresa en el SAMA (Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje) en el que la dirección de la empresa ofreció a las trabajadoras la improcedencia del despido reconociendo que no había motivos para despedirlas, ofrecimiento que las trabajadoras rechazaron puesto que consideran que no hay motivos y las tienen que readmitir en su puesto de trabajo.

¿Por qué has rechazado la oferta de la empresa sabiendo que te han ofrecido el máximo de indemnización que marca la ley por un despido improcedente?

Lidya: Me han despedido por causas económicas y Alcampo es una multinacional. No me creo que tengan pérdidas, si no al contrario. Lo he rechazado porque quiero trabajar y porque estoy muy dolida con las formas. Después de 14 años trabajando en la empresa nos han tratado de una forma inhumana. Me subieron a la oficina, me leyeron la carta de despido y me dijeron “mañana no vengas”. Creo que no son maneras, somos personas y llevamos muchos años trabajando.

Esperanza: Estoy separada y necesito trabajar. Llevo toda la vida peleando y voy a seguir peleando. Además con el apoyo que tenemos de los vecinos de Utebo, del Ayuntamiento y sobre todo del Comité de Empresa de CCOO, creo que vamos a ganar.

Rosana: Yo me enteré que estaba despedida porque al mirar mi cuenta corriente en el banco me dí cuenta que tenía una cantidad de dinero que no tenía unos días antes. Le pregunté al trabajador del banco y me dijo que era un finiquito; me quedé muy mal, no me esperaba un trato así después de llevar trabajando en Alcampo 17 años. Ahora me siento desbordada y muy agradecida por el apoyo que estamos recibiendo y sobre todo por el apoyo del Comité de Comisiones Obreras.

Mari Carmen: Tengo 56 años y estoy con la baja. Cuando me recupere seguramente ya habré agotado la prestación por desempleo. ¿Qué quieren? ¿que viva de mis hijos? En Alcampo he trabajado mucho y muy duro. Hacía todo lo que me ordenaban porque necesitaba trabajar, tenía un contrato a tiempo parcial y necesitaba que me aumentaran la jornada para llegar a fin de mes y así me lo han pagado.

Con la fuerza que nos da su ejemplo al decirle a la cara a la empresa que la dignidad no se vende, exigimos a la dirección de Alcampo la inmediata readmisión de las compañeras despedidas. Hoy es más necesario que nunca unirnos y luchar para echar abajo la reforma laboral que permite estas cacicadas y por un Convenio Colectivo de Grandes Almacenes que nos sirva a la Clase Obrera y no al patrón como el actual.

Secretario de Movimiento Obrero del PCE Aragón y Presidente del Comité de Empresa de Alcampo Utebo