Arantza Gracia, Sª de la Mujer del PCE aragonés (@Arantza_Gracia), la concejala que se encarga de las políticas de juventud, mayor, igualdad, turismo, educación, bibliotecas y empleo en el Ayuntamiento de Zaragoza.
Mundo Obrero: Se cumple un año de las elecciones municipales del 24 de mayo de 2015. ¿Qué valoración haces del trabajo desarrollado en Zaragoza durante este año?
Arantza Gracia: Está siendo un año complejo, tanto político como personal, para todas las/os concejalas/es de ZeC. Partimos de una situación de minoría y de necesitar del apoyo de CHA y PSOE. Si tenemos en cuenta que el anterior gobierno era del PSOE, nos sitúa en que las cosas que queremos denunciar que se han hecho mal, han sido hechas por aquellas personas que necesitamos para aprobar cambios. Esto, unido al enorme agujero económico, hace que parezca casi un milagro que hayamos conseguido sacar adelante muchas de nuestras propuestas.
Un “debe” que nos queda es la conciliación. No estamos sabiendo encontrar el equilibrio entre la actividad política y la vida personal, asumiendo ritmos propios de personas que no cuidan ni se cuidan. Este cambio en la forma de hacer política todavía no lo estamos sabiendo realizar.
M.O.: ¿Cuál es o ha sido el mayor reto al que os habéis enfrentado desde que asumisteis la gestión del ayuntamiento y cuál la mayor satisfacción?
A.G.: Probablemente el mayor reto es ser capaces de cumplir con la expectativa generada y que no se pierda movilización social, que nos pueda reforzar y apoyar en algunas decisiones. Además, es complejo no perder el norte en la gestión administrativa diaria, y para ello necesitamos que los movimientos sociales estén ahí. Y la mayor satisfacción, tal vez sea romper con la imagen de que la gente que tomamos decisiones políticas somos seres alejados de la realidad. Una “alabanza” que nos dicen es lo “normales” que somos y un gesto importante es que los y las sindicalistas nos llaman para denunciar situaciones irregulares. Esa confianza, esa percepción de que la política son decisiones y acciones que hacemos entre todas y todos, es algo que tenemos que luchar porque se mantenga.
M.O.: ¿Qué medidas importantes habéis puesto en marcha y cuál es la valoración, si la conocéis, de los vecinos?
A.G.: La participación es nuestro ADN, por lo que una acción que hemos llevado a cabo han sido los procesos participativos para la elaboración de bases de subvenciones, sobre todo en cultura y en acción social. Estos procesos han tenido muy buena acogida y la participación ha mirado por el bien de la ciudad y no por los intereses particulares de quienes participaban.
Otra medida con muy buena acogida, ha sido el programa de captación de vivienda vacía, para aumentar el parque público de vivienda social en alquiler y facilitar el acceso a una vivienda a las personas en situación de necesidad habitacional.
Probablemente la acción más controvertida haya sido la resolución del conflicto laboral entre la empresa gestora de los autobuses urbanos y su plantilla. Este conflicto, que se daba anualmente y se solventaba con un aumento de la partida municipal, se ha resuelto sin dinero público, centrando el debate en quiénes son los agentes de un conflicto laboral y quiénes deben intervenir.
Además de medidas específicas, destacar el impulso a ciertos debates ideológicos. La posible remunicipalización de los servicios externalizados plantea el conflicto tanto de la forma de gestión más eficaz, como de la defensa de los derechos de las y los trabajadores.
Y otra batalla importante es introducir el discurso feminista en las políticas públicas. Por ejemplo, la campaña “No es no. Fiestas sin agresiones” ha tenido una acogida que ha superado nuestras expectativas. La gente se ha apropiado de la misma y ha incluido en su lenguaje y en sus acciones muchas de las ideas contra la violencia machista.
M.O.: ¿Cuáles son las próximas medidas que están en la agenda para esta legislatura?
A.G.: En los primeros meses de gobierno diseñamos un plan de actuación por áreas que recoge todo aquello que queremos hacer en los próximos tres años.
En la línea de lo realizado hasta ahora, algunas medidas significativas más inmediatas pasan por llevar a cabo un primer proceso de presupuestos participativos de ciudad; plantear modelos habitacionales diferentes, con la adecuación de viviendas sociales para usos compartidos; sacar adelante la remunicipalización de algunos de los servicios, obligando al PSOE a posicionarse; finalizar el II Plan de igualdad de ciudad, con medidas concretas para revertir situaciones de desigualdad desde políticas públicas o apostar por los comercios de barrio, con un plan de apoyo al pequeño comercio y los mercados de proximidad y la agricultura ecológica como modelo de desarrollo y de consumo, a partir de la rehabilitación del Mercado Central y su entorno.