El problema de Chipre raramente encuentra espacio en los titulares de la prensa internacional. Sin embargo, en noviembre y diciembre de 2016 y enero de 2017, se ha escrito mucho de las dos reuniones en Mont Pelerin y en Ginebra suscitando mucho interés. Declaraciones y análisis provenientes de diversos sectores habían generado expectativas muy altas con respecto a la solución del problema de Chipre que, sin embargo, no se materializó en estas reuniones.

Partiendo de la base de los consensos alcanzados en 2008-2011 entre el entonces Presidente Christofias y Talat -entonces dirigente de la comunidad turcochipriota-, los actuales líderes de las dos comunidades, el presidente Anastasiades y Akinci han logrado avanzar en las conversaciones entre las dos comunidades. Estas conversaciones tienen lugar bajo los auspicios del Secretario General de la ONU. Tratan sobre los aspectos internos del problema de Chipre, que son los capítulos de la gobernanza, economía, UE, propiedad, territorio, mientras que el capítulo restante, el de seguridad y garantías, se refiere al aspecto externo del problema: la ocupación, la presencia de tropas turcas, así como el sistema de garantías de 1960 (en 1960 es cuando Chipre se independizó de Gran Bretaña).

Antes de ir a Mont Pelerin, en noviembre de 2016, los dos líderes se implicaron en la intensificación de las negociaciones encaminadas a lograr más convergencias y cerrar la brecha de tantos temas como fuera posible. Si las dos comunidades estuvieran ante la posibilidad de un acuerdo sobre los aspectos internos, entonces sería posible proceder a la discusión del capítulo de seguridad y garantía. Esto incluiría las tres potencias garantes, es decir, Grecia, Turquía y Gran Bretaña.

En la primera reunión de Mont Pelerin se han logrado algunos avances. Desde nuestro punto de vista, sin embargo, no fue suficiente para llevar a las partes dentro del alcance del acuerdo y, por lo tanto, es prematuro celebrar una conferencia sobre el aspecto externo. La reunión de Ginebra del 9 al 11 de enero vio algunos progresos adicionales en cuestiones relativas a la gobernabilidad, así como sobre cuestiones secundarias.

Debe hacerse especial mención al hecho de que los dos dirigentes presentaron mapas sobre el aspecto territorial. Para hacer esto más comprensible: Desde 1974 Turquía ocupa el 37% del territorio de Chipre. Parte del acuerdo debe ser el porcentaje de territorio que esté bajo administración turcochipriota, es decir, el estado federado turcochipriota.

Las partes parecen estar próximas a un acuerdo sobre el porcentaje, la parte grecochipriota propone un 28,2% y la parte turcochipriota defiende el 29,2%. Por supuesto, mucho depende también de cuál es el territorio a ser devuelto en el ámbito de la administración grecochipriota, permitiendo, por lo tanto, que los refugiados grecochipriotas regresen a sus hogares y recuperen sus bienes bajo administración grecochipriota. Si llegan a un acuerdo en el aspecto territorial, ayudaría enormemente a la solución de la cuestión de la propiedad. Esto último tiene una importancia vital para un acuerdo.

La Conferencia de Chipre fue convocada el 12 de enero en Ginebra en presencia de las tres potencias garantes y la Unión Europea. Esta fue la primera vez desde 1974 que se discutió el tema de la seguridad y garantías y además con la presencia de Turquía. No podía esperarse que en esta primera reunión se resolvería el problema, sino más bien que sería el punto de partida de las conversaciones sobre seguridad y garantías. Las reuniones de los grupos de trabajo de los especialistas, celebradas una semana después, dejaron claro que las decisiones sobre este tema son principalmente de naturaleza política. Esto, consideramos, requiere un sustantivo trabajo preliminar.

Ahora se conocen las posiciones de los dos lados. Sin renunciar a nuestras posiciones de principios necesitamos elaborar alternativas que puedan conducir a convergencias.

Dicho esto, reiteramos la posición del AKEL en la cuestión de seguridad y garantías. No podríamos aceptar de ninguna manera una solución del problema de Chipre que permitiera a Turquía consolidar de cualquier modo su presencia en Chipre; ya sea por medio de presencia militar o por medio de garantías.

Librar a Chipre de las tropas turcas de ocupación sigue siendo para nosotros una parte consistente de la solución. Lo mismo sobre la desmilitarización de la isla y el final de las garantías por los tres Estados antes mencionados. Las garantías son anacrónicas y su continuación no puede ser aceptada de ninguna manera. Fueron impuestas a la República de Chipre en 1960 y el resultado ha sido desastroso para nuestra isla y su gente. Por otra parte, Chipre tiene el estatus de un Estado miembro de la ONU y la UE no necesita mayores garantías.

Junto a esto, es necesario reconocer la necesidad de tener ciertos acuerdos en respuesta a las inquietudes de ambas comunidades en cuanto a su seguridad. Para los grecochipriotas esta preocupación viene de peligros externos, es decir, Turquía, mientras que para los turcochipriotas esta preocupación proviene de una supuesta inestabilidad interna.

La voluntad política de Turquía todavía está por verse en la mesa de negociación. La situación actual en Turquía, y en particular el proceso de reformar su Constitución, que concluirá con la celebración de un referéndum en abril, está pesando sobre los esfuerzos para solucionar el problema de Chipre. Debe ejercerse presión sobre Turquía en relación a los esfuerzos para alcanzar una solución sobre la cuestión de la seguridad y garantía.

Para AKEL la presencia y contribución de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU en la etapa final, cuando la Conferencia sobre Chipre adopte las decisiones finales, es extremadamente útil y necesario. Esto es debido al papel que esperamos que jueguen en la adopción e implementación de la solución y la contribución de las Naciones Unidas a garantizar la seguridad de Chipre.

La parte grecochipriota demanda una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que prevea la aplicación de todo lo que se acordó. Consideramos que esto también responde a las preocupaciones de nuestros compatriotas turcochipriotas. Por lo tanto, si estos Estados han de ser llamados a votar sobre una resolución de este tipo deben estar en la conferencia para expresar sus opiniones. Además, el Consejo de Seguridad de la ONU es el guardián de la paz y la seguridad internacional, y no puede estar ausente de esta conferencia internacional.

El problema de Chipre está en una etapa crítica. Seguimos trabajando de un modo constructivo a fin de contribuir a los esfuerzos para una solución federal bicomunal bizonal a pesar de todas las dificultades. Para AKEL “ninguna solución no es una solución”.
Agradecemos la solidaridad y el apoyo a la lucha del pueblo chipriota y estamos convencidos de que podemos contar con él en este difícil período que tenemos por delante.

Responsable del Departamento de RR.II y miembro del CC de AKEL [Traducción Gema Delgado]