Un siglo de comunismo en España (I). Historia de una lucha
Francisco Erice (Dir.)Akal, 2021

Narrar y explicar las luchas por la igualdad y la libertad es siempre el mejor homenaje que los historiadores podemos hacer a quienes se han implicado en ellas a lo largo de la historia. Precisamente esta es la idea que guía la amplia obra en dos volúmenes que se publica con motivo del centenario del PCE a partir de una iniciativa de la Sección de Historia de la Fundación de Investigaciones Marxistas. Se trata de ofrecer a los lectores y a las lectoras una historia de las diferentes vertientes y experiencias de la lucha del comunismo español a lo largo del último siglo.

Siguiendo este objetivo, Francisco Erice ha dirigido una obra colectiva muy ambiciosa que sin duda constituirá la referencia fundamental sobre la lucha comunista en la historia española. La obra consta de dos volúmenes. El primero orientado a presentar una historia general del PCE (incluyendo en buena medida al partido hermano, el PSUC) desde sus antecedentes y su fundación hasta el siglo XXI, siguiendo la clásica estructura narrativa. El segundo analiza la experiencia comunista desde diferentes ángulos y temáticas, de la militancia obrera a la femenina, desde la cultura a la guerrilla. Todo esto contando con la colaboración de 42 especialistas, incluyendo en este empresa colectiva -sin exagerar – a los mejores expertos y expertas en el estudio del tema, quienes en los últimos años han escrito muchas de las obras más interesantes sobre nuestra historia: Carme Molinero, Pere Ysas, José Luis Martín Ramos, Fernando Hernández, Mercedes Yusta, Juan Andrade, Mónica Moreno, Emanuele Treglia, David Ginard, José Carlos Rueda, Irene Abad, Carlos Fernández, Diego Díaz, Claudia Cabrero, Sandra Souto, José G. Alén y otros colegas que -espero me disculpen- no puedo nombrar para no alargar más la lista. La cantidad de personas implicadas en esta obra -que no agota la nómina de las que trabajan sobre el tema- es una excelente muestra de la buena salud con la que cuentan los estudios sobre el movimiento comunista en muchos trabajos de primer nivel, en especial en las dos últimas décadas.

Los dos volúmenes de Un siglo de comunismo en España son una historia escrita por especialistas, rigurosa, crítica y alejada de toda tentación hagiográfica, de toda mirada rosa o autocomplaciente. Pero ese rigor se hace compatible con el objetivo de llegar a un público mucho más grande que el de los especialistas, evitando un academicismo para círculos iniciados y optando, en cambio, por una escritura y un enfoque que pueda conectar con todas las personas interesadas en saber más sobre el intento de construir la potente fragua destinada a cambiar nuestra sociedad.

Una historia rigurosa y amena del Partido Comunista de España

No pretende ser una anécdota la mención a La Internacional, un poderoso rito simbólico y toda una declaración de principios. No podemos olvidar que la historia del comunismo nace de una tradición internacionalista y de una organización internacional. Como se señala en la introducción de la obra y explica con mayor detalle Martín Ramos en el primer capítulo, centrado en la historia inicial del PCE, el partido nació estrechamente vinculado a la Tercera Internacional. Fue ésta la que instó a la unión de las dos primeras formaciones comunistas (el Partido Comunista Español y el Partido Comunista Obrero Español) para crear en noviembre de 1921 el PCE que permaneció en los años siguientes bajo la estrecha tutela de los enviados de la Komintern. Martín ilustra bien los problemas, los roces internos y las debilidades en la trayectoria del partido a lo largo de los años veinte y los primeros treinta. Tanto ese capítulo como el siguiente, de Fernando Hernández, destacan la relevancia del giro frentepopulista, un hito fundamental en su trayectoria, en el desarrollo de una política unitaria antifascista y de masas, en la conformación del comunismo español como una gran fuerza popular y sostén decisivo del esfuerzo de guerra en defensa de la República democrática.

No se trata ahora de explicar todo el contenido del libro, lo que sería inviable, pero sí de dejar algunos apuntes al lector. Destaca, por ejemplo, la capacidad de los capítulos de Hernández (dedicados a la guerra y la primera posguerra) y de Erice (en el periodo 1954-1965) para mostrar en toda su crudeza los aciertos, los éxitos y el heroísmo militante pero también los puntos oscuros y los errores en la trayectoria del PCE en unos años tan duros. Aquel enorme esfuerzo en la lucha contra la dictadura, así como los frutos de las políticas de reconciliación nacional y de lucha de masas, en las comisiones obreras sobre todo, también lo recoge el capítulo de Molinero e Ysas que sintetiza espléndidamente cómo el PCE y el PSUC se convirtieron en la gran fuerza capaz de desafiar al tardofranquismo y de impulsar y canalizar los anhelos populares de justicia, libertades y democracia.

No fue fácil pasar de ser el partido del antifranquismo al progresivo desencanto de los años finales de la transición y la crisis de los años ochenta. Andrade explica con buen tino -y sin complacencia- tanto las difíciles decisiones tomadas en aquellos años como las complejas razones que pueden explicar la crisis de los primeros ochenta. Treglia se ocupa a continuación de una fase menos estudiada, de la dimisión de Carrillo al auge de la Izquierda Unida de Anguita, analizando el desarrollo de una apuesta unitaria novedosa, un periodo de cambio atravesado por crisis y polémicas -a veces aún muy vivas entre nosotros- que es imprescindible estudiar. Otro tanto puede decirse del esfuerzo realizado en el capítulo final del primer volumen, en el que Jaime Aja y Eddy Sánchez presentan una cuidada explicación tanto de la evolución ideológica y programática del PCE desde finales del XX hasta nuestros días como de la cultura política de la militancia.

La pluralidad y las múltiples caras de la experiencia comunista

Tratar de acercarse a la historia del comunismo no puede quedarse en la narración y el análisis de la trayectoria general del PCE, por más que en la misma se incluyan referencias a las luchas desarrolladas por la militancia. Porque la historia del partido pero también la de los y las comunistas sin partido no se puede entender sin contar con las personas que pasaban Mundo Obrero clandestinamente, que combatían en el monte o eran enlaces en el llano, que colaboraban con La Pirenaica o la escuchaban a escondidas, sin las mujeres que impulsaron la lucha feminista, sin quienes hicieron frente a las torturas. Todos estos temas, y otros muchos, deben estudiarse cada vez más y mejor pero en esta obra se ha hecho un gran esfuerzo para acercarse a ellos.

Más allá de cómo están organizados los capítulos, existe un hilo conductor en esta parte que es la implicación y la lucha de la militancia, desde algunos dirigentes y cuadros más conocidos a miles de personas anónimas. Un siglo de comunismo en España permite aproximarse al valor y el sacrificio de varias generaciones vinculadas a un partido que se volcó en la defensa de la democracia republicana frente al fascismo y la reacción y que ha pasado la mitad de su historia ilegalizado, perseguido y en la clandestinidad. Por ello, sus capítulos se detienen en aspectos como la autorrepresentación de la militancia, donde era tan importante la disciplina y la capacidad de resistir a las torturas policiales como la guerrilla y el impacto de la represión franquista o la movilización de las mujeres de preso y la toma de conciencia de su doble condición de oprimidas de muchas compañeras.

Por supuesto, encontramos a la militancia en el movimiento obrero desde la clandestinidad antifranquista hasta las primeras luchas contra las reformas neoliberales de los años ochenta. Los hombres y las mujeres del PCE estuvieron presentes en las luchas campesinas, en las reivindicaciones vecinales y asociativas, en el movimiento estudiantil y juvenil y en el feminismo… Aparecen también los fuertes vínculos del partido con el mundo de la cultura, el diálogo entre marxistas y cristianos y, desde luego, la relevancia de la memoria y de los símbolos en la cultura política comunista. También se aborda un asunto complejo y polémico como ha sido la posición del PCE ante la cuestión nacional, insoslayable en un contexto tan plural cultural y nacionalmente como el español.

Esta historia no pretende ser solo del PCE sino del comunismo en el sentido más amplio, de ahí que se haya procurado atender también a los otros comunistas: hay varios capítulos dedicados a los partidos disidentes o antiestalinistas de preguerra (incluyendo al POUM), el comunismo neoortodoxo o prosoviético desarrollado a partir de 1968 o las tendencias consejistas, trotskistas y maoístas de la guerra fría. Por supuesto, no falta un análisis específico sobre el PSUC, que también se hace presente en muchos de los capítulos.

En suma, un recorrido fundamental por la historia del movimiento comunista en el último siglo, a su vez heredero de una larga tradición de luchas plebeyas, populares y radicales por la igualdad y la libertad. Como decía el lema de Togliatti, adoptado por el PSUC, venim de lluny i anem más lluny encara.

Dept. d`Història Moderna i Contemporània
Universitat de València