Celebramos el centenario del Partido Comunista de España.

Nos reconocemos en todas las luchas por la liberación de los explotados y nos comprometemos con todas las que están por venir hasta que cese la explotación de unas personas por otras y vivamos en una sociedad fraternal y solidaria, una sociedad socialista.

Esta celebración también es un homenaje para las mujeres y los hombres de todo tipo y condición (trabajadoras, campesinos, profesionales, estudiantes o intelectuales) que a lo largo de la historia, no sólo en España sino en todo el mundo, han cobrado conciencia de que estaban explotados, de que vivían en sistemas injustos que no garantizaban la dignidad ni los derechos de las mayorías sociales.

Fruto de esos innumerables sacrificios y combates, la historia de la lucha de clases fue madurando distintas formas de organización de la clase trabajadora hasta que nuestro país parió a este joven y centenario partido.

Los y las comunistas nos negamos a aceptar que la injusticia sea el estado natural de las cosas. La conciencia siempre se ha transformado en organización para hacer avanzar la historia en una perspectiva de progreso social y humano, para construir sociedades donde la justicia social sea una realidad y la felicidad sea posible para todas las personas. Ese ha sido el anhelo de nuestro trabajo y la fuerza que nos ha guiado en todos estos años.

El PCE nace de la entraña de la clase trabajadora de todos los pueblos de España y en este centenario tenemos que felicitar y agradecer a toda nuestra militancia, a los que han sido durante estos años, a quienes lo son y a todas las personas dignas y coherentes que en cualquier momento han compartido las luchas y los esfuerzos con nuestro partido.

Durante estos cien años hemos formado parte de un proyecto colectivo de emancipación de toda la humanidad integrado por la gran familia comunista internacional y también junto a innumerables expresiones organizadas de resistencia y confrontación contra cualquier sistema social o político injusto.
Nos comprometemos a seguir haciéndolo, a continuar en la primera línea de combate, forjando las más amplias alianzas sociales, políticas y nacionales hasta acabar con el último explotador, hasta que en nuestra patria más extensa, la humanidad, no haya ninguna persona explotada.

El Partido Comunista de España puede proclamar con orgullo que siempre ha estado en la primera línea de las luchas por la democracia y las libertades.

La democracia, los derechos y las libertades que hoy disfrutamos nunca fueron permitidos de buena gana por las oligarquías y las fuerzas conservadoras. Lo hemos conseguido con huelgas y movilizaciones, mediante la defensa del orden constitucional frente a los golpes de Estado y las dictaduras, en la legalidad y en la clandestinidad, en las instituciones del Estado y en las trincheras, en las calles y en las cárceles, en el interior y en el exilio, en las fábricas y en las universidades. Porque la inmensa desgracia de nuestro pueblo es que España ha padecido y padece a una de las oligarquías más reaccionarias de Europa que ni siquiera ha sido capaz de realizar una revolución burguesa modernizadora y que siempre ha despreciado la democracia y el progreso por considerarlos una amenaza para sus privilegios.
En cien años, cuatro veces ha tenido que ser legalizado nuestro partido porque tres veces nos han ilegalizado y perseguido. La dictadura de Primo de Rivera, el gobierno radical-cedista del bienio negro republicano, que tanto reivindican hoy algunas fuerzas políticas, y la dictadura de Franco. Además de la ilegalización padecida en Francia en 1950 por el gobierno anticomunista de la época.

Tanto sacrificio acredita al PCE como el principal constructor de la democracia y las libertades públicas, dejando en evidencia el ridículo permanente de las fuerzas reaccionarias de este país cuando mienten descaradamente atribuyéndose una historia y un compromiso democrático del que carecen o se esfuerzan en negarnos el reconocimiento y el agradecimiento que todas las personas demócratas saben que el PCE se merece.

Y nos queda mucho por hacer. Nuestro partido tiene hoy más razón de existir que nunca porque este planeta no soporta más la forma de producción capitalista ni los niveles de consumo irresponsable que actualmente padecemos. Si queremos invertir el cambio climático y la degradación de los ecosistemas, es hora de decir con contundencia que el capitalismo es incompatible con la vida en nuestro planeta. Es un sistema que ha sido injusto a lo largo de la historia y hoy es además temerario y suicida. La única alternativa que hoy tiene la humanidad es abandonar un sistema tan depredador y poner en marcha otra forma de producción y de vida que planifique la actividad económica con el objetivo de atender las necesidades reales de la gente, compaginándolo con las limitaciones y las posibilidades del planeta. Solo es posible mediante un cambio de mentalidad en los modelos de consumo y con la intervención pública en los sectores estratégicos por parte de los gobiernos democráticos, la única forma de garantizar el acceso justo a todos los recursos para todas las personas. Nunca el mercado ha garantizado la justicia social. Solo los privilegios de una minoría. Ese es el programa económico y medioambiental que hoy defiende el Partido Comunista de España. También tenemos un programa de defensa de la democracia porque, como no nos cansamos de repetir, las libertades democráticas en España han llegado gracias a las luchas de las fuerzas políticas progresistas, y en especial del PCE, mientras los recortes de las libertades y de la democracia son el resultado de las intervenciones de los gobiernos de las fuerzas reaccionarias.

El PCE va a seguir siendo una barrera contra los intentos de la reacción de acabar con la libertad y los derechos de nuestro pueblo.

En pleno auge de un neofascismo populista que pretende crecer retorciendo la palabra libertad, la democracia necesita otra vez a las y los comunistas para seguir defendiendo de forma contundente las libertades y los derechos de todas las personas y de todos los pueblos de España.

Las ideas no viven sin organización. El objetivo del PCE será siempre la unidad de quienes coinciden en torno a una idea progresista y transformadora de España. En torno a un proyecto que tenga al ser humano y al planeta en el centro de su acción política.

Hoy la clase trabajadora, las personas humildes, los más vulnerables, deben seguir disputando sus derechos, peleándolos frente a los poderosos y los explotadores que ponen todos los obstáculos posibles para que la clase trabajadora no recupere los derechos cercenados durante años de políticas neoliberales, de recortes y de sufrimiento. Además de para intentar impedir el reconocimiento de nuevos derechos.

Los derechos laborales, las conquistas sociales, las libertades públicas alcanzadas no se consolidan ni se mantienen si no se defienden día a día frente a las amenazas de las minorías privilegiadas. Y así continuará siendo hasta que vivamos en una sociedad justa y solidaria, en una sociedad que para nosotros tendrá que ser socialista. La organización de la clase obrera es su más poderosa arma, quizás la única hasta que no hayamos alcanzado el poder real que permita por fin garantizar todos los derechos para todas las personas.

Demasiadas veces hemos visto qué ocurre cuando pretendemos alcanzar gobiernos sin ser acompañados por un pueblo organizado.

Hoy militantes del PCE están en el Consejo de Ministros.

Además de gestionar la peor pandemia de la humanidad en cien años, priorizando las medidas para garantizar la conservación del empleo y del tejido productivo, para no dejar a nadie atrás, estamos trabajando desde Unidas Podemos para devolver los derechos y las libertades arrebatadas por los gobiernos del Partido Popular. Y estamos poniendo las bases para modernizar España.

Es posible conseguir la derogación de la reforma laboral como tanto ha reclamado Izquierda Unida, de la que orgullosamente formamos parte, gracias a la acción de Unidas Podemos y en especial de nuestro Ministerio de Trabajo. Que se acabe la precariedad, que haya trabajo digno para todas las personas y se erradique ese sufrimiento inaceptable de las trabajadoras y los trabajadores que viven en la pobreza. Para conseguirlo necesitamos el esfuerzo de nuestro partido, de Izquierda Unida, de Unidas Podemos y en especial de Comisiones Obreras, la UGT y todos los sindicatos de clase de este país que son el motor del cambio hacia las mejoras y las transformaciones. Una estrategia de país para un desarrollo sostenible que contribuya a un consenso internacional para conseguir un mundo en paz y un planeta habitable.

Nuestro principal problema es que la derecha y la extrema derecha se oponen a algo tan elemental e imprescindible. Se oponen radicalmente a que haya derechos para todas las personas. Se oponen a que haya un concierto internacional de paz y de cooperación multilateral para que a todos los pueblos se les pueda garantizar su soberanía sin injerencias externas. Se oponen a un modo de producción sostenible que sea respetuoso con el planeta y preserve la vida de los ecosistemas y de las siguientes generaciones.

El PCE seguirá trabajando por un futuro de derechos y bienestar para nuestros compatriotas, construyendo los más amplios consensos sociales en torno a una idea de España abierta, plural e igualitaria. Una España republicana y solidaria donde convivan todos los pueblos en una organización federal que garantice todos los derechos para todas las personas. Para alcanzar estos objetivos, el PCE va a seguir trabajando, como siempre en su historia, para lograr la máxima unidad de la izquierda, los demócratas y las gentes progresistas. Es un objetivo compartido por el conjunto del espacio de Unidas Podemos que solo haya una candidatura a la izquierda del PSOE en la próximas elecciones generales.

Nadie resta, todo suma. Esa fue la esencia del proyecto de Izquierda Unida que pensó Julio Anguita, la base de Unidas Podemos y el ejemplo a seguir en la construcción del nuevo espacio. Y siempre ha estado el PCE como herramienta para la unidad y pieza facilitadora de los encuentros. En ese proceso, liderado por Yolanda Díaz, la persona sin duda más capacitada para ello, el PCE está muy comprometido y trabajando intensamente. Seguro que ese proceso de escucha que impulsa Yolanda Díaz nos llevará a un espacio aún más amplio.

El PCE siempre trabajara con todas las personas que quieren alcanzar una sociedad mas justa, con toda la humildad y con todas nuestras capacidades como militantes comunistas.

Todas estas razones justifican no sólo la existencia del PCE sino también un llamamiento a las trabajadoras y a los trabajadores de nuestro país para que engrosen nuestras filas y nos ayuden a construir el Partido Comunista del futuro, contribuyendo a hacer realidad todas las aspiraciones de justicia social y ambiental que hoy reclama la humanidad.

Por nuestro pueblo, por la democracia, por el planeta y porque seguimos siendo el partido.

Felices cien años más, compatriotas. Viva la lucha de la clase obrera y viva el Partido Comunista de España.

Salud y República.