“Mercadona subirá los sueldos un 6,5 tras la subida del IPC” (1), “Supercor se suma a Mercadona y subirá los sueldos hasta un 5,9% en 2022” (2), “VW Navarra subirá un 6,9% el salario a la plantilla en 2022 al cerrar el IPC estatal en el 6,5%” (3). Estos titulares tendenciosos, son solo tres ejemplos de cómo los medios tratan de presentar las subidas salariales a algunas plantillas como méritos de sus empresas y patronos, justo en estos días en que, tanto la patronal como la derecha se oponen a negociar incrementos salariales generalizados ni aumentar el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), tras varios meses de fuertes subidas del IPC.

Estos mismos medios que adulan la figura del empresariado, sobre todo si es muy importante y poderoso, pretenden reforzar en la sociedad esa imagen impoluta del «emprendedor» que se ha “hecho a sí mismo”, que “arriesga su patrimonio” por amor al prójimo con el fin de “crear empleo”, lo que le convierte en la figura que «produce la riqueza» y al que los demás le debemos la vida y nuestros puestos de trabajo.

Es natural, la mayoría de los medios son también empresas privadas (con propietarios que también tienen trabajadores susceptibles de sindicalizarse y reivindicar sus derechos), por lo que comparten la misma intereses de la gran patronal, y si son medios públicos, la práctica totalidad también se rigen por la lógica del mercado y comparten su ideología, además de ser el precio por recibir cuantiosos ingresos en publicidad.

Las subidas salariales salen de los convenios pactados con los sindicatos

El caso del señor Roig y Mercadona es extremadamente paradigmático e ilustrativo. Titulares a toda página, para resaltar que es la generosidad del patrón quien otorga un importante aumento salarial del 6,5% para la plantilla, ocultando descaradamente que los incrementos salariales se deben a la activación de los Convenios Colectivos, negociados y pactados con los sindicatos. Para estos medios, cuando hay mejoras salariales o laborales en una empresa son debidas a la gran magnanimidad de la Patronal, jamás a la capacidad de los trabajadores y trabajadoras para organizarse en sindicatos, luchar, negociar y arrancar derechos a la patronal.

Es paradójico que cuando es la clase trabajadora la que reivindica y actúa, como en la huelga por el convenio del metal de Cádiz, esos mismos medios estigmaticen las huelgas, criminalicen las movilizaciones sindicales y las reivindicaciones obreras, tildándolas de violentas, o como irresponsables e imposibles porque «ponen en peligro» a las empresas y los puestos de trabajo. Jamás pondrán en valor ni reconocerán que la afiliación, la organización en los sindicatos y la acción de los comités de empresa, la herramienta más útil de la clase obrera para mejorar sus condiciones laborales y sociales, no vaya a ser que cunda el ejemplo, la clase trabajadora se organice, reivindique y pueda avanzar en derechos.

Incremento del IPC y subidas salariales en 2022

La inflación se disparó un 6,7% en diciembre, situando el incremento la tasa interanual en el 6,5% y la media en el 3,1%, su máximo en casi tres décadas, principalmente impulsado por el precio de la energía, consecuencia de la ola especulativa y la fuerte disputa que se está desatando a escala internacional para controlar las principales vías de suministro y los recursos materiales y energéticos, lo que también se amplifica en nuestro país, debido al pulso que el oligopolio energético trata de mantener contra el gobierno central, utilizando como rehén a toda la sociedad, para hacer frente a sus intentos de regular sus abusivas tarifas, limitando sus escandalosos beneficio.
A la vez que se ha incrementado el IPC, es importante resaltar que durante 2021 la media de las subidas salariales pactadas en convenios colectivos fue del 1,47%, además de tener presente que muchos convenios carecen de cláusulas de revisión que actualicen los salarios con las subidas inflacionistas, lo que está significando una importante pérdida de poder adquisitivo. Está claro que la vigencia de la reforma laboral del PP del 2012 ha debilitado a los sindicatos y pasado factura a los salarios y los convenios.

Es fundamental que salga adelante en el trámite parlamentario la actual normativa laboral acordada en el diálogo social e impulsada por la vicepresidenta Yolanda Diaz, para reforzar a los sindicatos en la negociación colectiva y para poder librar la batalla por el incremento de los salarios. El año 2022 debe ser un año para dar la pelea para la recuperación del poder adquisitivo ligado al IPC y para terminar con la fuerte devaluación salarial que impulsaron la patronal y la derecha en la pasada década.

La patronal y sus acólitos se resisten a subir el SMI

Es cuanto menos chocante, que los medios otorguen a la patronal estos importantes incrementos salariales y oculten que ya estaban pactados con los sindicatos en sus convenios, y más, cuando es la CEOE quien muestra una furibunda oposición a negociar mejoras generalizadas en los salarios y un incremento significativo del SMI para 2022.

La derecha, la ultraderecha y la mayor parte de los medios del régimen, encabezados por su principal azote del Gobierno en el de España, Pablo Hernández de Cos, siempre se han puesto en contra de los incrementos del SMI (incluso votando en contra en la UE), y los ha confrontado con la creación de empleo, cuando todos los datos les han quitado la razón, especialmente en estos últimos meses, ya que se ha superado el nivel de empleo de antes de la pandemia, con la creación de 776.000 puestos de trabajo en 2021, dato que representa el mayor aumento desde el año 2005.

Esas resistencias a incrementar el SMI también se extienden al PSOE, sobre todo al área económica del Gobierno liderada por Nadia Calviño, e incluso, con el apoyo del propio Pedro Sánchez. Siempre han puesto palos en las ruedas con sus “reticencias” a las subidas del SMI, muy temerosos de las reacciones de la patronal, incómodos por la presencia de Unidas Podemos en el Gobierno y preocupados por la creciente popularidad de Yolanda Díaz y las políticas implementadas por el Ministerio de Trabajo.

La ministra de trabajo siempre ha mostrado sin complejos su amplia coincidencia con CCOO, UGT y su claro compromiso con la clase trabajadora, llegando a acuerdos sociales con los sindicatos, incluso con el descuelgue de la patronal, tal y como quedó de manifiesto en septiembre del 2021, con el acuerdo para incrementar el SMI hasta los 965 euros en 14 pagas, además de comprometerse a alcanzar el 60% del salario medio al final de la legislatura para cumplir el acuerdo del programa de gobierno y el mandato de los ministros de Trabajo de la UE, para garantizar unos salarios mínimos adecuados con ingresos suficientes para los trabajadores y las trabajadoras.

La negativa de la CEOE a negociar los salarios

Es muy curioso cómo las noticias de los incrementos salariales en algunas empresas popularizados en los medios oculten la negativa de las patronales a negociar subidas generalizadas. Es curioso cómo se oculta que la CEOE no se haya sentado aún con los sindicatos para negociar un nuevo Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), el acuerdo marco estatal que sirve de referencia para las empresas y trabajadores a nivel estatal.

CCOO y UGT han denunciado en varias ocasiones las negativas e incumplimientos de los acuerdos por parte de las organizaciones empresariales para negociar la negociación colectiva y los aumentos salariales. Hay que recordar que el último AENC caducó en 2020, y es curioso, porque en ese acuerdo se establecía un salario mínimo por convenio de 1.000 euros para alcanzar en 2020, algo que la patronal se ha saltado sistemáticamente.

¿Quién defiende la subida de nuestros salarios?

Empieza el año 2022 con varios retos importantes para la clase obrera, el sindicalismo de clase y la izquierda en materia laboral y social. Se han aprobado unos Presupuestos Generales del Estado expansivos y muy sociales, van a llegar miles de millones de euros de los fondos europeos (PERTE) que deben servir para cambiar nuestro modelo económico y productivo que potencie el sector industrial, la generación de empleo de calidad y una transición ecológica justa, está vigente por decreto ley la importante reforma laboral (que tiene que aprobarse en el Congreso de Diputados a primeros de este año), y que puede situar al movimiento obrero a la ofensiva en las empresas y la negociación colectiva, pero la primera batalla, ya se está librando en torno a los incrementos salariales y del SMI.

Una vez nos vayamos recuperando de la sexta ola del Covid-19, la clase obrera no puede quedar excluida de la recuperación económica. En plena subida inflacionista el poder adquisitivo de los salarios es una primera batalla para recuperar derechos, hay que romper la dinámica perversa que impuso el neoliberalismo, sobre todo en esta última década, para que acabar con la enorme transferencia de las rentas del trabajo al capital, por medio de la devaluación salarial y el incremento de los precios. Este año se debe abrir un ciclo movilizador, que ponga en el centro los intereses de la clase obrera y de la mayoría social trabajadora, frente al poder de las grandes fortunas y empresas. La izquierda y el sindicalismo de clase nos jugamos mucho. Y los salarios son una importante prueba para demostrar quien defiende los salarios y los derechos de la clase trabajadora.

NOTAS:

1. Mercadona subirá los sueldos un 6,5% tras la escalada del IPC | Distribución y Consumo (expansion.com)

2. Supercor se suma a Mercadona y subirá los sueldos hasta un 5,9% en 2022 (eleconomista.es)

3. VW Navarra subirá un 6,9% el salario a la plantilla en 2022 al cerrar el IPC estatal en el 6,5% – Diario de Noticias de Navarra