Marcelino Camacho ha protagonizado Este fin de semana sendos actos * en Soria, su tierra natal. El viernes 18 de marzo, se presentó su obra Apuntes sobre el Movimiento Obrero en el Casino Amistad Numancia en el que intervinieron Juan Gascón, de Izquierda Unida de Castilla y León, Vicente Andrés, de Comisiones Obreras de Castilla y León, Marcel Camacho y Manuel González, como responsables de la edición del libro. El sábado, representantes del Partido Comunista de España, de Comisiones Obreras y de Izquierda Unida, las tres organizaciones en las que militó Marcelino Camacho, participaron en la colocación de una cerámica conmemorativa en su casa natal, en la localidad soriana de La Rasa. Ricard Juan, Henar Moreno y Unai Sordo glosaron distintos aspectos de la vida del primer secretario de Comisiones Obreras. Estuvieron presentes Marcel y Yenia Camacho, hijos de Marcelino Camacho y Josefina Samper. La placa conmemorativa es una preciosa cerámica realizada por Rafaela Castro Gómez, ceramista de la localidad cordobesa de La Rambla.

En la presentación del acto, Javier Moreno, secretario general de CCOO de Soria, explicó el ambiente en el que creció este “defensor incansable de los derechos y libertades de la clase trabajadora” que había nacido en “el seno de una familia humilde de trabajadores ferroviarios”. En aquellos años, La Rasa era un lugar “en el que había muchísima conciencia de clase”, hasta el punto de que se la conocía como “Rusia la Chica”. “El 14 de abril de 1931”, narra Moreno, “son los ferroviarios, son los jornaleros y son los trabajadores de la azucarera los que suben al Burgo de Osma, ciudad episcopal, a proclamar la Segunda República”. Cuando se produce el golpe de Franco de julio de 1936, varios ferroviarios, entre ellos Marcelino y su padre, “estampan una máquina de tren” para bloquear la vía y retrasar el avance de las tropas fascistas. La llegada de los golpistas obliga a Marcelino y a su padre a huir hacia Madrid, donde se suman a la defensa de la República.

Henar Moreno, responsable de Izquierda Unida, recalcó el empeño de Marcelino en defender la necesaria unidad de clase y en “aglutinar a la izquierda transformadora, fuera o no comunista”. Para Henar, además de luchador sindical, Marcelino representaba “la necesaria unidad entre la lucha sindical y el salto político”. Recordó su experiencia personal cuando, con 16 años, militaba en el sindicato de estudiantes: “Marcelino siempre tuvo un amor enorme hacia los jóvenes. Era el invitado de referencia en todos los actos del sindicato de Estudiantes”.

Henar Recordó la curiosidad de Marcelino por todo lo nuevo: “Solemos decir que no pudo estudiar porque no tuvo recursos; yo creo que no es verdad, Marcelino no dejó de estudiar nunca; otra cosa es que no tuviera título que lo acreditara”. Henar finalizó recordando a Josefina Semper, “su compañera de vida, su compañera de lucha. Marcelino no habría sido lo que fue sin el apoyo y la lucha de Josefina a lo largo de toda su vida”.

Ricard Juan, responsable de movimiento obrero del PCE, calificó a Marcelino como “uno de los imprescindibles”, y resaltó “la originalidad del sindicalismo de nuevo tipo, del sindicalismo sociopolítico, desde lo social en las empresas, en los centros de trabajo, a lo político”. Ricart apeló a la militancia comunista de Marcelino, “en estos momentos trágicos,” para convertirla “en un acto de reivindicación”. Recordó que el movimiento comunista surgió de la lucha contra la guerra: Paz, Pan y Tierra. Y que Izquierda Unida fue creada al calor de la lucha contra la OTAN: “Y porque somos solidarios con los pueblos que sufren, las guerras hay que pararlas. Tenemos que detener las armas para que hablen las palabras. Y en estos momentos de tanta virulencia, más que nunca reivindicar la figura de Marcelino Camacho, reivindicando la solidaridad con el pueblo de Ucrania, con el pueblo del Donbass, con el pueblo de Yemen, con todos los pueblos que sufren las guerras y especialmente y hoy más que nunca con el pueblo saharaui”.

Unai Sordo, secretario confederal de Comisiones Obreras dijo que a Marcelino Camacho “hay que recordarle siempre como el más genuino representante del sujeto colectivo más digno en la lucha por la libertad, por la democracia, por los derechos sociales y por los derechos laborales en España y fuera de España”.

Porque Marcelino, sintetizó Unai, “si algo representa es a la parte más consciente de la clase trabajadora” que tuvo que afrontar el golpe de Estado, la guerra, el abandono de las democracias, la dictadura y la represión.

Estos trabajadores, explicó, supieron analizar los cambios que aparejaba el desarrollismo y las contradicciones que generaba para convertirlas en “un ariete por el que romper las costuras de un régimen que era una dictadura y que acabaron constituyéndose en un movimiento sociopolítico, pero un movimiento sociopolítico que partía de reivindicaciones muy concretas, muy reconocibles: las huelgas más largas del franquismo empezaron por primas, por cobrar las primas y aquellas movilizaciones fueron las que de una u otra manera iban lastrando la legitimidad del régimen, que se la habían dado de alguna manera las fuerzas internacionales y los propios Estados Unidos”.

Unai explicó que también “hicieron una lectura inteligente del proceso que se abría en la transición, que no fue tal y como se nos ha contado, un pacto de elites que transitan de la dictadura a la democracia, de la ley a la ley, de una manera más o menos pactada, de una manera más o menos aséptica. Y no fue así. Hubo que pelearla. Hubo que lucharla. Hubo que desencadenar una galerna de huelgas, una movilización obrera sin precedentes en los años 75 y 76 para descarrilar el proceso de transición que pretendía pilotar Arias Navarro”

Fueron aquellas Comisiones Obreras todavía clandestinas, explicó Unai, “miles y miles de trabajadores, la parte más concienciada de la población trabajadora, junto con los movimientos vecinales, con el Partido Comunista y con una parte importante de la Iglesia de base los que de alguna manera fueron minando esa transición tutelada. Fue el sujeto colectivo que representó mejor que nadie, las Comisiones Obreras, las que fuimos capaces de cambiar el curso de la historia”.

Unai concluyó recordando el prólogo de las memorias de Marcelino. “La historia, escribía Vázquez Montalbán en el prólogo de Confieso que he luchado, estaba predestinada por los ganadores de la Guerra Civil y Marcelino Camacho y otras personas se rebelaron contra ese destino prefijado por lo vencedores. Y Marcelino representa muchas cosas, representa la memoria brillante de las Comisiones Obreras”.

* Los dos actos se pueden visionar en You Tube:

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