Llega el Mundial de Fútbol Qatar, que se disputará entre el 20 de noviembre y el 18 de diciembre de 2022. La elección del lugar, muy inapropiado por las altas temperaturas, se produjo en 2010 y vino rodeado de gran escándalo por la corrupción. 32 selecciones participarán por primera vez en un país musulmán de Oriente Próximo y los partidos serán retransmitidos por RTVE. 

La polémica se produjo durante la nominación de Qatar en 2010, al escoger la FIFA de forma sorprendente a un país sin tradición futbolística, sin estadios de fútbol, y con un gobierno familiar que manda en el emirato desde el siglo XIX, cuyo régimen no es sino una monarquía absoluta donde están prohibidos los partidos políticos y se violan los derechos humanos. Los homosexuales, por ejemplo, son condenados a pena de muerte. Sin que estas cosas afecten nunca a la diplomacia de Zarzuela, el emir de Qatar, Tamin bin Hamad Al Thani, mantiene una excelente relación con Felipe VI a pesar de que incluso su gobierno ha sido acusado de apoyar el terrorismo islamista. Esa relación es también inmejorable con todas las tiranías del Golfo Pérsico, desde Juan Carlos de Borbón, que sigue por allí.

La FIFA fue acusada entonces de corrupción por aceptar sobornos millonarios de Qatar, y su dirigente Michel Platini fue detenido tras investigación judicial al saberse que él -en nombre de la FIFA-, el presidente Sarkozy y el emir de Qatar habían mantenido un almuerzo en el Elíseo donde se cocinó todo y estuvo presente el club PSG. La Federación Española, impulsada por el Real Madrid y el FC Barcelona, contribuyeron lo suyo a la elección de Qatar ya que los patrocinadores de ambos equipos son los petrodólares; y el respaldo español permitió que Qatar obtuviera el apoyo de otros países latinoamericanos -en los que también se denunciaron existencia de sobornos- para su nominación definitiva. 

Qatar, hasta entonces un país sin estadios, afirmó que levantaría doce estadios de fútbol antes de 2021, e inició la contratación de inmigrantes extranjeros para un proyecto megalómano y delirante que debía realizarse en tiempo record. Se construyeron finalmente solo ocho estadios con una capacidad entre 40.000 y 80.000 personas. Qatar, que tiene una población tan solo de 3 millones de personas de las que el 80% son inmigrantes, escogió trabajadores de India, Bangladesh y Nepal como carne esclava y de cañón para levantar la infraestructura de un Mundial con el que pretende hacer negocio y lavarse la cara mediáticamente de las acusaciones como régimen despótico. 

Terrorismo laboral: huele a sangre pero nos tapamos las narices

La Confederación Sindical Internacional estimó que dada la violación de derechos laborales en el país, morirían cerca de 7.000 trabajadores antes del inicio del Mundial y ya van reconocidos al menos 6500 tras las denuncias de la prensa internacional, entre otros, The Guardian. Amnistía Internacional ha denunciado durante estos últimos años prácticas de abuso y explotación contra los trabajadores que han conducido a esas muertes y a miles de heridos por trabajar en horarios sin fin, a destajo y en condiciones infrahumanas. Los trabajadores no pueden abandonar los estadios ni los campamentos hacinados donde duermen, y se les ha retirado el pasaporte. El salario medio que cobran es de 220 euros y se les paga con meses de retraso. ¿No es esto esclavismo en pleno siglo XXI? Sin embargo ninguna denuncia, a pesar de lo escandaloso, ha hecho que la FIFA, una organización siniestra donde solo importa ya el negocio, de marcha atrás o exigiera el cumplimiento de derechos laborales. Los bolsillos llenos y la boca callada. Los gobiernos de medio mundo, también calladitos.

Sin embargo, quienes sí han obtenido ingentes beneficios han sido las empresas de construcción nacionales y extranjeras, así como la FIFA, el órgano internacional de gobierno del fútbol, y sus patrocinadores. Cuando muy pronto veamos los partidos, antes de jugadas y goles, no olvidemos todo esto, camaradas. 

Y pensemos en esas miles de personas trabajadoras, más pobres que nosotros, que llegaron de India, de Nepal o Pakistán con la esperanza de encontrar un trabajo para sacar adelante a sus familias y fueron víctimas de un régimen tiránico, de una organización inmoral como es la FIFA, y de todos los que apoyaron la celebración de este Mundial de la Vergüenza. Acordémonos de todos los que miraron y miran para otro lado. Y especialmente, es obligado, de Zarzuela. 

(*) Secretario General de Izquierda Republicana.

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