Llegó el día esperado y tantas veces demandado. “Hoy creo que puedo ser útil para nuestro país. Hoy voy a dar un paso adelante”. Fue ahí cuando los aplausos de un público entregado ensordeció a todos y taparon las siguientes frases de Yolanda,  aunque sí se pudo oír lo fundamental, lo esperado: “Quiero ser la primera presidenta de este país ”

Con esas palabra concluyó la puesta de largo de Sumar, el cierre del proceso de escucha por todo el Estado y el lanzamiento de Yolanda como candidata a la presidencia del país. La presentación se hizo en el Polideportivo Magariños, en Madrid, con una Yolanda arropada por la sociedad civil en el escenario y por las organizaciones políticas entre el público. No cupieron todos. Las puertas se abrieron a las 10 de la mañana y el espacio se fue llenando aunque el acto no estaba anunciado hasta las 12. Entraron 3.000 personas y otras 2.000 se quedaron fuera. En la zona de prensa no había suficientes asientos. Había mucha expectación y la puesta en escena no defraudó.

“Quiero presentar otra forma de hacer política en la que quepamos todas”. La base está en “dialogar, dialogar, dialogar” dijo Yolanda. Y también en escuchar, que es por donde empezó el proceso.  “El verbo escuchar lo transforma todo”. Escuchar a otra persona, saber lo que le pasa, lo que le preocupa, y tener voluntad de comprender. Y a eso se ha dedicado Yolanda y las voluntarias y voluntarios que le han acompañado en el camino. Han sido 9 meses,  con 25 actos territoriales en 17 comunidades autónomas, a las que hay que sumar las reuniones sectoriales. “35 equipos pensando el país que queremos” con sus respectivos coordinadores por áreas, y más de mil personas de la sociedad civil discutiendo un proyecto de país para los próximos 10 años.

Líneas programáticas

De ese trabajo colectivo y de esa puesta en común discusión han salido las líneas de trabajo que definen el proyecto de Sumar. La sanidad “es central. Y la joya de la corona, será la atención primaria; también se incluirá en la sanidad pública la salud buco-dental, la óptica y se pondrán recursos en la salud mental. Habló de democracia económica en los centros de trabajo; de reducir la jornada laboral sin reducir los salarios, de trabajar menos para vivir mejor. “Necesitamos una nueva carta de derechos”; de derechos y libertades para los jóvenes, para que tengan futuro y alternativas; para que las mujeres puedan abortar en centros públicos de forma libre y gratuita; para avanzar en los derechos del colectivo LGTBI; para los migrantes, “porque nadie puede morir por buscar un mundo mejor”.

Y hay muchas transiciones por delante que hay que definir. “Necesitamos una transición de los cuidados” ¿por qué somos las mujeres las que cuidamos? preguntó. Necesitamos redes públicas de educación infantil de 0 a 3 años, otro modelo de residencias porque no es decente que una persona pague el doble de lo que recibe por su pensión”. También demandó que la transición digital y los algoritmos, que no son neutros, estén al servicio de la democracia”.

Ecología y feminismo; justicia social de la mano de la crisis climática; la juventud y las mujeres como motores de un nuevo país, feminista, que no va a volver a abandonar a las y los jóvenes. Y tampoco a las personas de la cultura, ni al mundo rural al que “necesitamos vivo”. 

Un discurso de clase y feminista

Aunque el cartel de la jornada llevaba el lema “Empieza todo”, la vicepresidenta del gobierno puso de manifiesto que este proyecto de la sociedad civil no nace de la nada. Tiene una  historia plural y un compromiso generacional. “Muchos de nuestros padres, madres, abuelos lucharon por la democracia. A Sumar nos toca ensancharla, dijo”. Y volvió a recordarlo cuando explicó por quién asumir esta responsabilidad: “por nuestros padres y abuelos que mantuvieron la esperanza en la negra noche de los tiempo; por nuestras hijas, para que puedan seguir el hilo de la utopía y no se resignen a vivir en un planeta en llamas; por esa España de las mujeres: las madres invisibles de la Constitución, las maestras, las mariscadoras y las abogadas, las trabajadoras de la cultura y las peluqueras, las empleadas de hogar y las empleadas públicas, las periodistas, las autónomas, las agricultoras y las panaderas y por todas las mujeres cuyo trabajo no computa en las estadísticas oficiales».

Queremos ganar el país para transformarlo

Díaz, interrumpida constantemente con aplausos, se ha comprometido a «transformar la vida de la gente»: «Hemos venido a algo muy grande, que es ganar el país. Y eso es algo más profundo que ganar las elecciones. Queremos ganar el país para transformarlo.” Argumentó que el Neoliberalismo como pensamiento intelectual ha fracasado, como se ha visto en Francia con la reforma de las pensiones y los impuestos para los ricos en el Reino Unido, pero son fuertes en términos políticos y por eso “nos toca derrotarlos políticamente”.

Reivindicó la política útil, porque es la que mejora la vida de la gente, y la que recupera la esperanza. Y de política en mayúsculas, que es subir el SMI a los 1.08 euros; que las trabajadoras de hogar, que eran invisibles, tengan derechos; que se revaloricen las pensiones; que se limite el precio del alquiler; es decir a la gente que vamos a dar tranquilidad… También la única reforma laboral que se ha hecho en este país sin recortar derechos. Y aquí aprovechó para dejar en evidencia a ERC sin nombrarles. “La política de la grandeza no es votar contra la Reforma laboral con el PP y Vox. Eso es puro politiqueo».

Frente a ese politiqueo expuso lo que ella entiende por verdadera política, la política en grande, la grandeza de la política: es mirar directamente a los ojos de los humildes, pero también a los ojos de los poderosos; es honestidad; es pasión, convicción y compromiso; es entrega y generosidad sin olvidar la ternura, “porque no se puede hacer política sin ternura”; tampoco se puede hacer sin imaginación.

Agradecimientos a Garzón y Enrique Santiago

Al comienzo de su intervención Yolanda agradeció a las miles de personas que han hecho posible este proceso de escucha que ha durado nueve meses. Y también agradeció a las organizaciones política que están apoyando este proyecto. Comenzó por la alcaldesa de Barcelona y el alcalde de Valencia, y continuó por Alberto Garzón “por tu enorme generosidad y saber estar donde hay que estar” y por Enrique Santiago: “gracias Enrique por tu altura de miras”. Siguió con una amplia lista de mujeres y hombres, reconociendo su valía y sus aportaciones.

También dejó mensajes para quien se quisiera dar por aludido: “No somos de nadie”. Estallaron los aplausos: “Estamos cansadas de tutelas; muy cansadas”, dejando claro que no van a dejar que nadie les mande.

La candidata a la presidencia del país por Sumar dejó un mensaje: “El futuro está aquí. Está en vosotros. Y se llama Sumar”.