Más de 75.000 trabajadoras y trabajadores del mayor proveedor sanitario de Estados Unidos, Kaiser Permanente, han iniciado la mayor huelga sanitaria de la historia del país. El paro que se ha iniciado este miércoles durará 4 días por el momento y ha tenido especial relevancia en California, Colorado, Washington, Virginia, Oregón y Washington DC.
Los trabajadores y las trabajadoras de la salud demandan entornos de trabajo más seguros ya que, después de la pandemia, afirman, la escasez de personal está comprometiendo la atención al paciente y llevando al personal sanitario al límite. La convocatoria ha sido lanzada por ocho sindicatos que suponen el 40 % del personal total de Kaiser Permanente y ha sido secundada por enfermería, dietistas, recepcionistas, optometristas y farmacéuticos, que se han declarado en huelga después de que sus contratos expiraran sin haber llegado a un acuerdo de mejora con la compañía.
Esta empresa opera 39 hospitales y más de 700 consultorios médicos y presta servicio a 12,7 millones de pacientes, ha obtenido más de 3 mil millones de dólares en ganancias en el primer semestre de 2023 y ha pagado al menos a 49 ejecutivos corporativos salarios superiores a un millón de dólares al año.
Con la protesta se quiere presionar en la negociación del convenio colectivo tras haber finalizado su vigencia. Frente a la inflación, los recortes y la precariedad, reivindican aumentos salariales y de plantilla, garantías frente a las subcontrataciones y mejoras del seguro médico (en EEUU no hay sanidad pública y la cobertura sanitaria es por seguros privados o por convenio colectivo).
Está huelga se suma a la victoria de los escritores de Hollywood tras cinco meses de lucha, o a la impresionante huelga del sector de automóvil organizada por el sindicato United Auto Workers, poniendo de relieve que tras décadas de represión y neoliberlalismo salvaje, renace con fuerza el movimiento obrero y sindical en EE. UU.