Extremadura es una tierra rica llena de personas pobres. Alrededor de 390.000 de sus habitantes, el 36,9 % de la población se encuentran en riesgo de pobreza y/o exclusión social, siendo la región que lidera este indicador (tasa AROPE) con casi once puntos más que la media nacional. Asimismo, el 10,2 %, de los hogares extremeños están en pobreza severa, es decir, que viven con un máximo de 560 euros al mes, la cuarta cifra más alta de todo el país.
No es nada nuevo, sino la consecuencia del papel de colonia de interior otorgada por el Estado y la aplicación de políticas neoliberales por parte de los gobiernos del PSOE y el PP que ha padecido la comunidad autónoma. A esto se suman que las pensiones y salarios son inferiores a la media estatal, la inflación, la carestía de la vida, el gasto en vivienda o el alza de los precios energéticos, dando como resultado que la región tiene la mayor proporción de personas en hogares cuyos ingresos están por debajo del umbral de la pobreza y donde la renta media por persona es más baja.
Son datos del estudio “El estado de la Pobreza 2022” de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN) de Extremadura que también desvela una brecha de género, las mujeres siguen sufriendo en mayor medida la pobreza, pues la tasa AROPE en mujeres es del 38,4 % frente al 35,3 % entre hombres.
Y si hablamos de la población rural en Extremadura, el 43,2 % de la población está en riesgo de pobreza y/o exclusión social, diez puntos porcentuales más que en el ámbito urbano. Según la edad, el grupo de mayores de 64 años presenta mayor incidencia de pobreza (35,4 %). De las 234.000 pensiones que se perciben en Extremadura, dos de cada cinco, presentan un importe inferior al umbral de pobreza severa (480 euros).
Asimismo, el 13,6 % de la población pobre extremeña tiene gastos en viviendas superiores al 40 % de su renta disponible, según refleja el citado informe, en el que se señala que Extremadura es una de las cinco comunidades autónomas que presenta una mayor tasa de privación de material y social severa, pues ha aumentado del 7,6 % al 9,7 %.
En Extremadura, un 23,1 % no puede mantener su vivienda a una temperatura adecuada, casi seis puntos porcentuales más que en 2021. Por lo que respecta al empleo, el 12,5 % de las personas ocupadas están en riesgo de pobreza y una de cada de tres personas pobres (32,9 %) tiene un empleo remunerado con un salario de miseria. En general, el 55,7 % de la población extremeña experimenta dificultades para llegar a fin de mes.