Nancy Faeser, ministra del Interior alemana anunciaba a principios de noviembre la prohibición de Samidoun, la red internacional de solidaridad con los presos y presas en Palestina. “Esta prohibición viene —como denuncia la organización en su web— de la mano de las prohibiciones de manifestaciones, de las agresiones policiales a personas en la calle por llevar un kuffiyeh o una bandera palestina, de la prohibición de decir “Del río al mar, Palestina será libre”, de la imposición de prohibiciones políticas, de los esfuerzos por deportar a activistas o quitarles la residencia”.

Hace unos días diputados/as del Grupo Plurinacional Sumar se reunían con representantes de la organización Samidoum en España. Enrique Santiago, secretario general del PCE y diputado en el Congreso quien mostró su preocupación por la espiral de prohibiciones de la solidaridad con Palestina en Europa, explicó a los/as periodistas la labor que realiza esa asociación. Se trata de una “red de solidaridad con los presos y presas en Palestina”, tanto con los que están detenidos bajo orden judicial como, destacó, “el gran problema de las personas palestinas detenidas administrativamente en Israel sin presentación de cargos, sin conocerse acusaciones, detenidos por tiempo indefinido, en muchos casos, incluso, menores de edad que están en cárceles ordinarias junto a mayores de edad”.

Y es que si la franja de Gaza se considera la mayor cárcel a cielo abierto del mundo, la situación de los palestinos presos en cárceles israelíes no es mucho mejor. Hacinados en celdas, aislados del mundo exterior, sin acceso a abogados o familiares, con restricciones de luz o agua y «bajo brutal violencia», es la situación de miles de presos palestinos, que además ha doblado la cifra de encarcelados desde que comenzó la brutal ofensiva sionista.

Más de mil prisioneros palestinos han sido capturados por la ocupación en Cisjordania, Jerusalén y Palestina ocupada desde el 7 de octubre, que se suman a los casi 4.000 trabajadores palestinos de Gaza que trabajan con permiso y que han sido detenidos en masa en campos de detención, lo que eleva el número total de presos palestinos a más de 10.300.

Numerosos presos palestinos y sus familias denuncian un intenso asedio impuesto a los presos. Se han prohibido las visitas familiares y se ha cortado repetidamente el suministro de electricidad, agua y alimentos a los presos de múltiples cárceles, restringiéndose el agua a una hora al día. Se ha cortado la televisión, la radio y otras formas de acceso a los medios de comunicación a los presos para restringir su acceso al conocimiento del asalto genocida contra Gaza, así como de las acciones de la resistencia palestina. Además, se han cerrado las clínicas de las prisiones y se ha negado a los presos el acceso a tratamiento médico, y muchos presos han sido gravemente golpeados y torturados cuando se les llevaba a las vistas judiciales o a las salas de vistas virtuales de los tribunales en los últimos 18 días.

Hay presos palestinos que llevan ya largas condenas a sus espaldas, como es el caso de Ahmad Sa’adat, condenado en 2008 a 30 años de prisión por un tribunal militar ilegítimo de la ocupación israelí. Fue encarcelado por su papel como secretario general de una de las principales organizaciones de la resistencia palestina, el Frente Popular para la Liberación de Palestina, una organización revolucionaria marxista-leninista laica fundada en 1967 por George Habash. Varias campañas internacionales se han llevado a cabo para su liberación.

También se han realizado campañas por la liberación de otro preso, George Abdallah, que a pesar de llevar más de 39 años tras las rejas, sigue defendiendo de forma incansable su postura de defensa por la lucha del pueblo palestino. El reconocimiento a su lucha y la petición de su liberación estuvo presente en la última edición de la Fiesta PCE 2023.

El eurodiputado de IU y secretario de Relaciones Internacionales del PCE, Manu Pineda, denunciaba el pasado 6 de noviembre la detención, por parte del régimen de ocupación israelí, de la joven palestina Ahed Tamimi, símbolo de resistencia del pueblo palestino. Una semana antes habían arrestado también a su padre, Bassem Tamimi. “Los Tamimi —señalaba Pineda— son un ejemplo de lucha contra la ocupación. Una familia que ha consagrado su vida para conseguir una Palestina libre. Todo mi cariño para ellos, no pararemos hasta acabar con la ocupación y conseguir vuestra liberación y la de todas y todos los palestinos secuestrados por este régimen criminal”.

Fuente: Samidoun España