La Asamblea Extraordinaria de IU exige del conjunto de las personas afiliadas a esta formación un esfuerzo por hablar claro y tratar de encontrar la terapia adecuada que nos permita salir de la profunda crisis en que nos encontramos.

1.- Removilización social

Desde nuestro punto de vista ello implica, en primer lugar, saber analizar bien las características y la evolución del nuevo ciclo político en que nos encontramos con el fin de valorar las posibilidades y las limitaciones, las discontinuidades y las continuidades respecto al ciclo anterior. De esta forma podremos prever las ventanas de oportunidad que pueden ir abriéndose en el futuro para una removilización social de los sectores más críticos y oprimidos de la sociedad y de IU con ellos.

Esa será la condición para conseguir un mayor anclaje social de nuestra formación y para ir construyendo un bloque social, político y cultural alternativo en los próximos años.

2.- Autonomía política

En segundo lugar, nos obliga a encontrar una estrategia adecuada en relación tanto con el nuevo gobierno como con los movimientos sociales, partiendo de la centralidad estratégica de éstos y de la subordinación a la misma de nuestra política en las instituciones. IU ha de recuperar su autonomía política y ha de afirmar netamente su rechazo del capitalismo y de las fórmulas dirigidas únicamente a gestionar ese sistema dentro de la mera alternancia en los gobiernos. En ese marco ha de situarse nuestra oposición al proyecto de Tratado Constitucional Europeo.

3.- Una misma realidad

En tercer lugar, IU ha de superar falsos debates y dilemas sobre la prioridad de uno u otro de los colores emancipatorios. La cuestión social, la crisis ecológica y las relaciones de dominación entre géneros no pueden ser abordadas de forma separada puesto que en la realidad misma están estrechamente unidas; por eso hemos de buscar la mayor coherencia en la articulación programática y práctica de las luchas que giran alrededor de esos conflictos con el fin de ofrecer un proyecto de sociedad capaz de crear las mejores condiciones posibles para la emancipación y supervivencia del conjunto de la humanidad y de la biosfera planetaria.

4.- Plurinacionalidad

En cuarto lugar, IU ha de ser firme partidaria del reconocimiento de nuestra realidad plurinacional y multicultural y, por lo tanto, apostar por la defensa del libre derecho a la autodeterminación de los pueblos, por el derecho de ciudadanía basado en la residencia y por una reforma constitucional que instaure un modelo federal republicano libremente asumido por todas las partes a escala tanto nacional como internacional (española y europea).

5.- Movimiento político-social

Izquierda Unida, en fin, tiene que dar un giro radical frente a la tendencia actualmente dominante a convertirse en un partido electoral-profesional homogéneo en detrimento de su proyecto original de «movimiento político-social».

Para ello hace falta recuperar el protagonismo del conjunto de su afiliación y, con él, del estímulo de la democracia participativa interna, la pluralidad inherente a la misma y un funcionamiento lo más horizontal y colegiado posible.