Alcaraz comenzó su intervención hablando de la lucha por una segunda legalización, la que estamos intentando conseguir con una Ley de la Memoria integral, (tema que desarrolla, actualizado, en la sección de Nacional de este número). Y esa segunda legalización «es por la que estamos luchando y en la necesidad que conectar con el hilo rojo de la II República para que esta democracia, superando al borbón, tenga la legitimidad que se merece después de la lucha de la II República en la conquista de la actual democracia. Y la vamos a conquistar con un Partido fuerte, organizado y sin complejos. Con un partido comunista cada vez más serio, más firme, más reconstruido, más decidido ateniéndose a todo.

Sin dilación, Felipe Alcaraz expuso los dos pilares del programa y del manifiesto del Partido. El primero la construcción de una democracia republicana participativa frente a una democracia autoritaria, una democracia participativa frente a la democracia mediática, una democracia de ciudadanos y ciudadanas, de gente crítica, de gente que cuestiona que la jefatura del Estado se ejerza por herencia: «¿Por qué el rey tiene una superprotección que no admite sentido del humor, ni admite responsabilidades penales?. Tenemos que ir a una situación clara de democracia plena, participativa. Y ese debe ser uno de los ejes fundamentales de nuestro programa y manifiesto de nuestras señas de identidad, de lo que queremos ser en función e nuestra historia y del diseño que estamos haciendo de nuestro futuro»

Y junto a esas señas expuso el segundo pilar: un discurso anticapitalista claro que conecte con esa sociedad que no tiene un referente claro como lo tienen en Grecia, Portugal, Francia en Italia y en Alemania.

Ironizó con la paz social que disfrutamos en este país y la falta de movilización ciudadana: «Aquí parece que no se mueve ni una brizna, disfrutamos de paz laboral. Parece que no hay justificación para ninguna lucha, para ninguna protesta, para ningún debate social que afortunadamente ya se está levantando.» Y fue exponiendo los datos oficiales que demuestran que la riqueza generada en este país se acumula en unos pocos bolsillos mientras los trabajadores pagan las consecuencias de un enriquecimiento minoritario y altamente concentrado: «Un estudio de la OCDE dice que en los últimos diez años, la acumulación de beneficios capitalistas en España ha sido del 73%. En el resto de los países de la OCDE la acumulación capitalista ha sido del 33%, menos de la mitad. Y España es el único país donde han bajado los salarios 4 puntos. En el resto de los países de la OCDE han subido un punto y medio. Y la culpa de esa bajada es del gobierno Zapatero y del de Aznar. Por lo tanto nos encontramos con un proceso de acumulación capitalista superior al de la Europa de los 15 y al de los 28 países de la OCDE. Aquí el paraíso de las cifras económicas que vende Zapatero de que todo va bien, está ocultando el infierno de la economía diaria y ahí están los datos: el 50 % no llega a final de mes; el 50% no puede irse de vacaciones; el 33% vive en precariedad, los salarios muy por debajo de la media de la Europa de los 15; hay 700.000 inmigrantes trabajando y cobrando un 30% por debajo del salario de convenio; sólo uno de cada tres inmigrantes se apuntan a la Seguridad Social; las mujeres cobran un 30% menos que los hombres. Una vivienda por la que pagan 300.000 euros debería costar 100.000 euros, pero si la banca se lleva 100.000 y la constructora otros 100.000, ¿va bien la economía?

El Presidente Ejecutivo del Comité Federal del PCE explicó que no hay ninguna justificación para esta paz social. «Hay que ir a una democracia de ciudadanos que critican, que distinguen la verdad. La distancia entre macroeconomía y microeconomía no es soportable.

El euro ha elevado un 60% el precio de los artículos de primera necesidad. El fracaso escolar es de un 29,9. Estamos subvencionando a la Iglesia en 500.000 millones de pesetas anuales cuando la enseñanza pública se está viniendo abajo. Hay que reaccionar. Los comunistas tenemos que difundir este discurso. Hay que hablar con la gente, hay que ser gente. No basta sólo representarla.»

«A veces, cuando nos despistamos» continuó Alcaraz «hay que retroceder para de dónde venimos, lo que éramos y lo que queremos ser de cara al futuro». Y esa recuperación de referencias de la propia identidad política, Felipe Alcaraz invitó a regresar para tomar impulso, a la revolución soviética de 1917, al 40º aniversario de la caída en combate del Ché Guevara, al 30º aniversario del asesinato de los abogados laboralistas de Atocha, a la II República y al papel de los comunistas junto a Negrín, a los comunistas que participaron en la guerra de España.

Y en la necesidad de ese viaje para volver a los principios perdidos, no faltó IU. «También debemos regresar a la Izquierda Unida con carácter de movimiento político y social, a la Izquierda Unida con perfil propio, a la IU de Julio Anguita, por ejemplo, para salir adelante, para reforzarla, para darle impulso. Y que se sepa que nadie nos va a echar de Izquierda Unida, porque IU es nuestra también» Finalizó diciendo que España necesita una izquierda transformadora «y nosotros estamos dispuestos a luchar en esa dirección».