Un 8 de Marzo local. Un año más, este 8 de marzo desde los ayuntamientos los y las concejal@s comunistas de IU, desde los gobiernos o desde la oposición debemos continuar defendiendo políticas que acaben con la discriminación y la violencia hacia las mujeres, basadas prioritariamente en modificar los valores sociales que permiten y potencian la desigualdad entre las mujeres y los hombres.
No obstante, en España vivimos ante una realidad local, que no es favorable a legislar políticas destinadas a la mejora de las condiciones de vida de las mujeres que son más del 50% de la población. Esto es reflejo de un mapa político masculinizado y, en consecuencia, poco representativo de las necesidades de más de la mitad de la ciudadanía.
El 69,5% de los 66.099 concejales españoles son hombres frente al 30,5%, mujeres. La distancia entre sexos es mayor en el caso de los alcaldes: un 85% son hombres y sólo el 15% mujeres, y esto teniendo en cuenta que en las elecciones de 2007 se aplicó la paridad legal en los municipios mayores de 5.000 habitantes y las mujeres ediles aumentaron un 23% con respecto a la legislatura municipal anterior y las alcaldesas en un 15% más.
Sin embargo en la mayoría de los municipios españoles (en concreto 15.056 localidades, el 84%,) el número de concejalas y alcaldesas es testimonial ya que no rebasan los 5.000 habitantes.
Por otro lado, la oferta se ve restringida por el elevado coste personal de asumir una tercera jornada cuando la actividad política no está remunerada y las prestaciones de cuidado a la infancia y a los mayores están subdesarrolladas, como sucede en los municipios más pequeños.
De este modo, la paridad legal, aunque impulsa la presencia femenina, sobre todo en los partidos de la derecha, no se traduce en una representación efectivamente igualitaria y tampoco anula las diferencias entre los partidos, por lo que las cuotas voluntarias no se han convertido en un mero duplicado de la ley, sino que siguen generando efectos visibles.
Llega el 8 de marzo, y nuestros concejal@s sienten la soledad de ser minoría y la falta de sensibilidad hacia la igualdad real entre mujeres y hombres, de la mayoría de concejal@s miembros de los diferentes consistorios.
Una vez más, volveremos a presentar mociones, que no se limitarán a meras intenciones, sino a acuerdos reales que potencien ese cambio y esa transformación de la sociedad que posibilite ciudades habitables para las mujeres en igualdad de condiciones que los hombres.
También somos conscientes de que en la mayoría de consistorios, por la falta de sensibilidad y para evitar el voto en contra, tendremos que reducir nuestras aspiraciones, con el fin de consensuar acuerdos que mejoren las condiciones de vida de las mujeres y que una vez tomados los acuerdos por los plenos, tendremos que hacer, en solitario, seguimiento para que se cumplan, pues en la mayoría de localidades se quedan en buenas intenciones que jamás se llevarán a cabo.
Para que nuestras propuestas sean efectivas, debemos de garantizar candidaturas que aseguren la paridad, fomentando una distribución netamente paritaria, las listas cremallera, que se ajuste mejor a los criterios de representatividad social, pues la presencia de mujeres comunistas cambia la política, no sólo la feminiza, sino que la hace más igualitaria y, por tanto, más justa.
Necesitamos más concejalas comunistas en los ayuntamientos para que avancen las políticas de igualdad, movilizando los medios institucionales como pueden ser las concejalías de la mujer y los consejos de participación de mujeres, para poner en marcha planes de igualdad locales.
Y para ello es necesario, que en cada municipio se organice un movimiento asociativo de mujeres, que sea el motor de todos esos cambios que queremos promover.