Las recientes elecciones rusas ponen en cuestión la legitimidad democrática del partido de Putin/Medvédev, Rusia Unida (RU). Tras una noche electoral llena de irregularidades, el Jefe de la Comisión Electoral Central (Churóv) no compareció hasta que los resultados fueron ajustados favorablemente al partido del gobierno.

Mientras los resultados oficiales ofrecían un 40% para RU y un 25% para el PCFR el Kremlin se quedo mudo, produciéndose un nuevo apagón informativo en la Rusia “democrática” de Vladímir Putin. Los rumores de “pucherazo” se extendieron rápidamente y ante la posibilidad de que las calles se convirtieran en un nuevo problema para el Gobierno se decidió presentar unos datos cuidadosamente “tratados”: Rusia Unida, casi el 50% (49,67%) y el Partido Comunista menos del 20% (19,13%)

El Partido Comunista de la Federación Rusa, KPRF en sus siglas rusas, surgido de la refundación del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), ilegalizado, fue la segunda fuerza más votada en las recientes elecciones legislativas con el 19 % de los sufragios. Le siguen Una Rusia Justa, 13 % y el Partido Liberaldemócrata con el 11% de los votos.

La sorpresa es generalizada entre los/as expertos/as en ciencias políticas y los analistas rusos que esperaban, dentro del guión, una nueva mayoría absoluta aplastante de Rusia Unida. Aunque, como señala el parlamentario del PCFR Serguéi Óbujov: “Los resultados no reflejan la voluntad popular”, el paso del 11% de las pasadas elecciones legislativas al actual 19% convierte al PCFR en referente de la oposición y alternativa de Gobierno.

No sólo los comunistas dudan de la legitimidad de los resultados electorales obtenidos por Rusia Unida. Según publica en su edición digital de hoy The Moscow Times, activistas de derechos civiles y observadores electorales de la oposición cifran el fraude electoral entre el 20 y el 25 por ciento. Las mismas fuentes, en rueda de prensa, señalan que Rusia Unida no habría superado el 30% de los votos y, por consiguiente el 20% restante sería un fraude “fabricado por el Gobierno”.

Por su parte, el Partido Comunista acudirá a los tribunales para impugnar los resultados en más de 1.500 colegios electorales y, en caso de que no se haga justicia, tomarán las calles. Según Óbujov, el PCFR trabajará para consolidar una política de alianzas parlamentaria que desaloje a Medvérev y Putin del poder en Rusia: «Estamos dispuestos a forjar una alianza parlamentaria con Causa Justa y el Partido Liberal Democrático. Debemos tomar ese camino para que los rusos vean que somos una auténtica oposición a Putin».

Todo hace pensar que las elecciones presidenciales de marzo del próximo año serán una oportunidad histórica para que los y las trabajadoras de Rusia recuperen su dignidad.

Más información sobre los datos del “pucherazo” denunciados por los activistas de derechs civiles rusos en: HYPERLINK http://www.themoscowtimes.com/index.php.

Mundo Obrero Redacción