Cuenta la cantautora mallorquina María del Mar Bonet que siente una especie de vértigo cuando tiene que interpretar sólo con el acompañamiento del piano. Ella lo llama ‘desnudez’. Así debe ser pues los matices de sensibilidad, fuerza, sosiego y ternura salen exclusivamente de las cuerdas vocales con el único colchón de las armonías que va trazando Manuel Camp. El éxito de la colaboración exige máxima entrega y una absoluta complicidad, la misma que encontraron hace 23 años, entre el 4 y el 21 de febrero de 1988, María del Mar Bonet y Manuel Camp en el Teatre Lliure de Gràcia, fructífero encuentro plasmado en el disco ‘Ben a prop’.

En septiembre pasado, los mismos protagonistas se reúnen para grabar el repertorio de aquel disco más otros temas, algunos inéditos, bajo el título de ‘Blaus de l’ànima’ (Picap). Doble CD con exquisitas composiciones como ‘Cançó de l’amor petit’, `Què volen aquesta gent?’, ‘L’águila negra’, ‘La barbera’, ‘La balanguera’, ‘Cançò del bes sense port’ o ‘Dolça remor de cada tarda’. Las piezas instrumentales sirven de interludios ahora arrebatados, ahora cálidos, luego ensoñadores, como la preciosa creación que cierra el álbum, ‘La meva petita terra’.

Los tiempos que corren son duros y, no obstante, el sello barcelonés Picap ha editado la obra como debe ser. Una preciosidad de portada; dos CD de sonido limpio y claro; todas las letras de las canciones en su idioma original, luego traducidas al castellano y al inglés, más una breve introducción donde María del Mar Bonet dice de Manuel Camp: «Me gusta adentrarme por las resonancias de su piano, donde siempre descubro cosas nuevas. A su lado soy también una espectadora deslumbrada». El cumplido es devuelto: «María del Mar Bonet es capaz de poner sobre el escenario y sobre cada interpretación la más personal y bella de las voces».

El que firma este artículo siente una placidez rebosante de felicidad mientras el alma se deja impregnar por las notas del piano y una voz con sublimes aromas del Mediterráneo. Sensaciones similares a otros discos bajo igual enfoque. Caso de Mayte Martín con las hermanas Labèque al piano en ‘De fuego y agua’, o Carlos do Carmo acompañado del pianista Bernardo Sassetti en la obra que lleva el nombre de ambos.

No puedo finalizar este artículo sin mencionar dos hechos relevantes del pasado mes. Uno, ha muerto Cesaria Evora, la voz de Cabo Verde, el corazón de las ‘mornas’. Tenía 70 años. Murió en su isla de San Vicente. Ya se había retirado en septiembre de los escenarios, motivo que centró uno de los artículos de esta sección. Y dos, Joan Manuel Serrat ha recibido el premio ‘Ojo crítico’ en reconocimiento a su dilatada carrera, concedido por el programa cultural de Radio Nacional del mismo nombre, el cual se emite de lunes a viernes entre las 7 y 8 de la tarde. Algún día habría que destacar la gran labor que desde hace más de dos décadas realizan los periodistas de este espacio radiofónico, el mejor programa cultural de la radio española.