Mil quinientas organizaciones de la resistencia social y popular se han unido en el nuevo movimiento político Marcha Patriótica con un programa común que reclama la negociación con la guerrilla en la democratización de Colombia, la defensa de la soberanía nacional, la reducción de las desigualdades y la integración de América Latina y el Caribe en la segunda y definitiva independencia.
Sesenta mil manifestantes se concentraron en la Plaza de Bolívar, en el centro de Bogotá, al concluir la marcha nacional de la esperanza, la alegría y la dignidad. En su primera declaración pública, la Marcha Patriótica denuncia “las estructuras autoritarias, criminales, mafiosas y corruptas que caracterizan al régimen político colombiano y prolongan indefinidamente el conflicto social y armado, con la creciente intervención de Estados Unidos, criminalizando la resistencia popular para imponer un modelo económico que sólo beneficia a las compañías transnacionales y a los grandes grupos económicos colombianos”.
En un proceso de convergencia hacia la unidad popular para defender la soberanía y la autodeterminación, se anuncia la preparación de un gran Paro Cívico Nacional contra el gobierno del presidente Juan Manuel Santos, continuador de la política de imposición e impunidad que dirige la guerra contra la insurgencia como un negocio y que provoca “la creciente degradación de la soberanía nacional, una mayor concentración de la riqueza, el aumento de las desigualdades, la precarización de los trabajadores, la depredación socioambiental y el despojo popular mediante el desplazamiento forzado de la población”.
La Marcha Patriótica propone la convergencia con la izquierda parlamentaria del Polo Democrático Alternativo para romper el bloqueo político que impone desde hace sesenta años el bipartidismo de liberales y conservadores.