URUGUAY

El Frente Amplio lleva gobernando 10 años en Uruguay, y en las elecciones del domingo 27 de octubre obtuvo una clara victoria. El centroizquierdista Tabaré Vázquez logró algo más del 47% y disputará la presidencia en segunda vuelta, con Luis Lacalle, postulante del derechista Partido Nacional, que logró el 30,5%. A Tabaré Vázquez le acompaña como posible vicepresidente Raúl Fernando Sendic, hijo del recordado líder guerrillero de los años ’70 Raúl “Bebe” Sendic fallecido en 1989. Además el Frente Amplio consigue 50 de los 99 escaños de diputados y 15 de los 30 senadores.

La legislación uruguaya no permite el voto en el exterior, por lo cual en estas citas electorales se produce un gran movimiento desde los países limítrofes, sobre todo Argentina. Más de 37.000 personas se desplazaron para votar, y teniendo en cuenta que mayoritariamente son votantes del Frente Amplio, esa movilización ha sido fundamental para lograr el diputado número 50.
Para el 30 de noviembre, fecha de la segunda vuelta, se plantea que se reeditará la disparidad de proyectos sociopolíticos entre el progresismo inclusivo y el neoliberalismo, con sus correspondientes traslaciones a la política interna y externa. La línea de José “Pepe” Mújica tuvo un impulso social en lo interno e integrador regional en lo externo. El que ya fuera presidente uruguayo entre 2005 y 2010, Tabaré Vázquez, aparece como menos de izquierdas que su predecesor, recordar el veto que realizó a la Ley del Aborto. La posible caza del voto centrista puede alejar al de izquierdas y por tanto favorecer un repunte de la derecha uruguaya.

MÉXICO

El Estado de Guerrero es una de las zonas más pobres de México, con un alto índice de desplazamientos y emigraciones. Allí, el pasado 26 de setiembre se produjo la desaparición forzada de 43 estudiantes “normalistas” y el asesinato de otros tres. Esta acción fue ejecutada por las Policías Municipales de Iguala y Cocula. Hay informaciones que vinculan esas policías con las bandas narcotraficantes de la región. Considerando las estructuras que han participado, así como quienes con su acción u omisión permiten y alientan esas prácticas, estamos ante un claro ejemplo de Terrorismo de Estado.

No es la primera vez que en México se producen masacres luego silenciadas, como el caso de los más de 200 estudiantes asesinados en la plaza de las Tres Culturas, Tlatelolco, en 1968. Los “normalistas” desaparecidos se dirigían en autobús a participar de la conmemoración reivindicativa de esa matanza.

Dicen que los estudiantes fueron entregados a grupos de narcotraficantes. Irónicamente, ésa es la esperanza de los familiares y amigos, ya que es probable que los mantengan con vida para canjearlos. Si eso no es así, los Escuadrones de la Muerte ya habrán realizado su “encargo”. Los jóvenes querían ser maestros y estudiaban en una pequeña Escuela Normal Rural, en cuya fachada hay pintadas con los rostros de Lenin, el Che Guevara, y una frase «A nuestros compañeros caídos no los enterramos, los sembramos para que florezca la libertad». Aprendían a ser críticos y a razonar, y eso el Poder Neoliberal no lo perdona.

VENEZUELA

Continuando con los intentos desestabilizadores, agotadas las algaradas callejeras, los estrategas de la contrarrevolución han pasado a una nueva fase. La de los actos terroristas para provocar no sólo la reacción del gobierno, sino también la desesperación de las capas medias de la sociedad a efectos de crear un clima de ingobernabilidad y violencia. En ese marco se produce el asesinato del joven diputado chavista Robert Serra y de su esposa, María Herrera.

Las investigaciones sobre actividades de la extrema derecha venezolana vinculada a los paramilitares colombianos y al ex presidente Álvaro Uribe, han conducido a la detención del joven venezolano Gómez Saleth, quien estaba recibiendo instrucción en la Escuela Superior de Guerra de Colombia, y de varios sicarios colombianos, responsables directos de la muerte de Serra que se habían infiltrado en territorio venezolano.

Por su parte, y en una acción casi coordinada, el presidente del gobierno de España, Mariano Rajoy, se salta a la torera las normas diplomáticas internacionales y ataca a la Justicia venezolana. El Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela se propone revisar las relaciones con España. Los títeres del Departamento de Estado USA, responden al movimiento de hilos.

Mientras tanto, Nicolás Maduro y su equipo continúa trabajando para hacer irreversible la Revolución, tal como pregonaba Robert Serra. Y eso significa no sólo descubrir, detener y enjuiciar a los terroristas, profundizar la presencia bolivariana en las calles y en las organizaciones sociales y, tal como señaló el vicepresidente Ejecutivo Jorge Arriaza, “radicalizar el proceso de cambios”.