Mundo Obrero: Un año después del último 1 de mayo, ¿cómo ves la situación de los trabajadores de nuestro país y cómo ha cambiado en los últimos años, en cuestiones de condiciones de trabajo, salarios y contratos?
Paco Figueroa: Ha habido una pérdida del 7% del poder adquisitivo de los salarios, un mayor trasvase de las rentas del trabajo a las rentas del capital, ampliación de la diferencia del valor hora de trabajo con los trabajadores europeos -en Europa el valor media de la hora de trabajo es de 22 €, en España de 15-, aumento desmesurado de la contratación a tiempo parcial -que por cierto afecta especialmente a las mujeres-, 5 millones de desempleados, y una parte de los trabajadores que aunque tengan trabajo, no superan el umbral de la pobreza. Son datos llenos de crueldad que dibujan perfectamente la situación de los trabajadores y trabajadoras de nuestro país.
M.O.: El gobierno habla de rebaja del paro, ¿qué hay de cierto y qué de propaganda en esta campaña del PP?
P.F.: En las democracias burguesas, el capital ha aprendido a resolver sus fracasos con campañas de información de medias verdades. Haciendo un símil de matemáticas de EGB (cuando existía), si una persona tiene una manzana, come, pero si esa manzana la reparte entre cinco, el gobierno dice que han comido cinco. A peor, está aprovechando la pérdida de derechos de los trabajadores y el gran número de desempleados para que un trozo de la manzana sea además el aumento de los beneficios del empresariado.
M.O.: Rajoy también dice que estamos saliendo de la crisis. ¿Vemos ya la luz de ese túnel o son las ganas de limpiar expediente en un año electoral complicado?
P.F.: Con estas políticas los trabajadores no van a salir de la crisis. Sin matices, no van a salir de la crisis.
M.O.: Hay trabajadores que viven por debajo del umbral de la pobreza. ¿Qué está pasando con los salarios y la pérdida de la capacidad adquisitiva de trabajadores y pensionistas?
P.F.: El aumento de los contratos a tiempo parcial, con su consiguiente reducción de salarios, la pérdida de empleo, y por la tanto de ingresos, la pérdida de poder adquisitivo, el incumplimiento del PP en la actualización de las pensiones, y la destrucción del poder de intervención de los sindicatos en la negociación colectiva, han dibujado una clase trabajadora donde un porcentaje importante no supera con su salario el umbral mínimo de pobreza.
M.O.: Decíamos hace ya más de cinco años que no íbamos a pagar la crisis del capital. ¿No crees que eso es precisamente lo que está pasando?
P.F.: Dijimos y decimos muchas cosas con razón, y el tiempo nos la ha dado. Desde el fracaso de la concertación social, las erróneas políticas de reducción de impuestos o privatizaciones de servicios púbicos, por poner algunos ejemplos, han dibujado una situación que ya defendíamos en nuestros análisis, y entonces nos llamaban catastrofistas y negativistas. Ahora llevamos razón, pero nunca pudimos imaginar un siglo XXI, donde el futuro se situara en el XIX. Es necesario seguir con un proceso de movilización sostenida y revolucionaria, si queremos cambiar el signo de la situación.
M.O.: Primero el gobierno del PSOE y luego del PP, debido a la solución impuesta por la troika para el rescate bancario de nuestro país, impusieron su reforma laboral. ¿Crees que ha sido un instrumento útil?
P.F.: ¿Alguien lo cree?, Hasta la ministra del desempleo y la destrucción de la negociación colectiva, ha dejado de ir a la Virgen del Rocío, porque ni así le ha sacado utilidad a una reforma fracasada. Los sindicatos han elaborado un riguroso estudio del fracaso de las reformas impuestas por las políticas neoliberales, que comenzaron a aplicarse en el gobierno de Zapatero y han continuado con el de Rajoy. Los resultados son irrefutables, nada de lo que recogían los preámbulos de las leyes que han soportado las sucesivas reformas se han alcanzado. Es más, se ha conseguido empeorar la situación y alejar la salida de la crisis para la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas.
M.O.: En Europa no reconocen los supuestos triunfos de Rajoy y piden una cuarta reforma laboral, ¿hasta dónde quieren que lleguemos?
P.F.: El capital es insaciable y como por este camino ha visto que le va bien no va a abandonarlo. Ni siquiera los «gurús» de las políticas neoliberales, que se sientan en sus anatómicos sillones del poder, podían imaginar que a pesar de haber creado ellos la crisis, encima le iban a sacar tanta rentabilidad. Para colmo, tenemos un gobierno tremendamente débil y demasiado dependiente de las grandes corporaciones financieras y empresariales, que cuando legislan, piensan más en servir a los que fueron o serán sus grandes jefes que en la población a la que representan.
M.O.: ¿En qué se traduce esa propuesta de “contrato único” que quieren vendernos?
P.F.: En menos derechos. Es la segunda vía para bajar las indemnizaciones de los despidos improcedentes. Una legislación que cuantifica y permite los despidos ilegales, no puede generar empleo de calidad nunca y no está diseñada para crear empleo, sino para facilitar la eliminación de plantilla.
En el Estado Español, se ha demostrado que los empresarios solo contratan cuando les hace falta y nunca pensando en las subvenciones de Seguridad Social, o en el momento del despido. De hecho tenemos un catálogo de contratos temporales, que eleva al infinito las posibilidades de contratación de los empresarios.
M.O.: Tres huelgas generales convocadas por los sindicatos no han conseguido echar para atrás la reforma laboral. ¿Crees que tras 2012, CCOO y UGT han tirado la toalla?
P.F.: Los sindicatos siguen movilizando permanentemente. Luchas contra los EREs, contras los despidos, por mantener derechos, por la Salud Laboral, por la igualdad, por los convenios colectivos. De hecho si damos un repaso al conjunto de páginas digitales de los Sindicatos de Clase, hay diariamente decenas de movilizaciones; pero estas movilizaciones rara vez salen en la tele o en los medios de comunicación. Por lo tanto no es cierto que CCOO y UGT hayan tirado la toalla. Otra cosa es que compartamos más o menos la estrategia de seguir insistiendo en la concertación social, como vía para mejorar los derechos de los trabajadores, ahí creo que el balance no es positivo.
M.O.: ¿Qué opinión te merece las conversaciones entre patronal y sindicatos de cara a la negociación colectiva para los próximos años?
P.F.: Te he dicho antes que la estrategia de la concertación social, ni siquiera en tiempo de bonanza, tiene un balance positivo. Es cierto que en el actual periodo de la negociación del ANC, los sindicatos están intentando romper el sentido de las subidas salariales, al fin de intentar recuperar algo la pérdida de los últimos años, pero el poder que las políticas del PP ha dado a los empresarios, y la propia crisis del capital, hacen que romper esta dinámica sea muy complicado, máxime si no hay una fuerte y continuada movilización en la calle.
M.O.: Hay descontento entre los militantes de CCOO y han aparecido plataformas de protesta. ¿Hay algún cambio en el sindicato para intentar recuperar la iniciativa?
P.F.: Efectivamente, además del tradicional sector crítico, han aparecido plataformas, como la de «carta a Toxo», + CCOO, Ganemos CCOO, «ahora +CCOO», que exigen un giro en lo político y en lo organizativo de nuestro Sindicato de referencia, pero a mi entender compartiendo bastantes de sus presupuestos, cometen el error de no tener una estrategia de aglutinamiento.
El Partido acordó en su Congreso, una estrategia y un modelo de Sindicato. Este modelo tiene como estrategia la convergencia con todos estos movimientos, cuyos parámetros sean sustancial y políticamente cazables con nuestra política sindical. Creo sinceramente que hay trabajo que hacer y que en los próximos meses veremos un avance de esta confluencia en el debate del modelo sindical que queremos.
M.O.: ¿Piensas que sólo con aumentar la productividad y el consumo interno se puede crear empleo?
P.F.: Aumentar la productividad, por si sola, con el actual modelo productivo, destruye empleo. Es absolutamente indispensable una política industrial solvente y apoyada por los distintos gobiernos, una nueva política fiscal, un equilibrio en la conciliación familiar y laboral, pensando en el tiempo libre, en definitiva un nuevo modelo productivo y de relaciones laborales.
La Secretaría de Economía y Trabajo de IU, en la que participan activamente muchos comunistas, ha sido capaz de elaborar propuestas integrales y muy solventes sobre estas materias, y son las que creemos que si se pusieran en práctica, se crearía empleo de calidad.
M.O.: En este largo año electoral, ¿consideras que los problemas reales de los trabajadores pueden están quedando al margen en pos del concepto de regeneración democrática?
P.F.: Da la sensación que algunos han desplazado los problemas de los trabajadores para hablar de regeneración democrática, pero sin realizar movilizaciones, más allá de las partidistas; y creo que esto es imposible. No puede haber regeneración democrática sin derechos y es imposible alcanzar plena democracia, si ésta no se asienta antes en el motor de la economía y la riqueza que es el trabajo.
Los nuevos partidos emergentes, han quitado de sus preferencias políticas la recuperación de los derechos de los trabajadores y la lucha por la participación en la plusvalía, y esto es posible que sea rentable electoralmente pero inútil para mejorar la sociedad.
M.O.: Este año hay elecciones sindicales en una mayoría de empresas. ¿Cómo ves esta circunstancia?
P.F.: Una verdadera fiesta de la democracia obrera. En las elecciones sindicales participan millones de trabajadores y trabajadoras que votan candidaturas compuestas por gente que conocen personalmente, por lo que en las Elecciones Sindicales tenemos el paradigma de la participación democrática.
De hecho la participación en el conjunto de estas elecciones, supera con creces los porcentajes de otro tipo de elecciones, inclusive las generales, y eso será por algo.
Esto refuerza también a los Sindicatos de Clase, en unos momentos que están siendo denostados intencionadamente por el capital, a fin de eliminar la única barrera que le impide llegar hasta la imposición absoluta de las fracasadas políticas neoliberales.
M.O.: ¿Y cuál debe ser el papel del partido ante las elecciones sindicales?
P.F.: Apoyar e instar a todos los y las militantes a participar como candidatos en ella. Me consta que así se hace, inclusive los militantes de la UJCE realizan un impresionante esfuerzo en empresas compuestas mayoritariamente por jóvenes con contratos muy precarios, muchas veces se juegan su empleo para intentar crear comités de empresa, convocando Elecciones Sindicales.
M.O.: Desde hace ya varios congresos en el PCE hablamos de recuperar la centralidad de la contradicción capital-trabajo. ¿Qué significa? Y, ¿estamos lejos de conseguirlo?
P.F.: Antes ya hemos dicho que no está de moda la prioridad de la lucha de clases, tan solo Izquierda Unida y el PCE están realizando esfuerzos políticos para que los derechos de los trabajadores sean una prioridad en el debate político. Pero es cierto que hay una estrategia excesivamente cortoplacista en la política, en la que este debate resulta incomodo y costoso.
Nosotros no nos vamos a salir del mismo, y aunque no podamos decir precisamente que vamos ganando, sí sabemos que es el único camino de mejora de los ciudadanos.
M.O.: ¿Cuál es la posición del Partido respecto al movimiento obrero en la empresa?
P.F.: Hemos debatido mucho, sobre cuál es nuestra posición respecto al modelo de sindicato que los comunistas defendemos. En este debate, la organización del movimiento obrero en la empresa se planteó como una parte fundamental.
«Desde el PCE nos reafirmamos en que la clase obrera, con los matices y retos señalados, debe ser la principal protagonista del proceso de lucha por una salida social a la crisis, lo que confiere al sindicalismo de clase un papel fundamental en la conformación del bloque social y político. Al crecer cuantitativa y cualitativamente como consecuencia del desarrollo de las relaciones de producción capitalistas, la clase trabajadora se ha convertido en las más numerosa y decisiva de la sociedad. Debido a las características derivadas de su posición actual en relación con los medios de producción, hace del movimiento obrero la expresión organizativa con mayor implantación dentro de la sociedad, en especial dentro de la empresa, ámbito principal en el que se desarrolla el conflicto capital-trabajo. Realidad que convierte al sindicalismo de clase en fuerza fundamental de confrontación con las políticas de ajuste salarial, piedra angular de los programas de ajuste estructural.»
Este párrafo, entresacado literalmente del comienzo de nuestras tesis sindicales, define claramente cuál es nuestra posición al respecto.
M.O.: A veces se ve la labor del mundo del trabajo como algo de especialistas, ¿cómo atajar este problema?
P.F.: Bueno, es cierto que tradicionalmente se nos mira a los sindicalistas, inclusive en el interno, con el rabillo del ojo. Nos atribuyen una ligera tendencia a construir «lobbys» de opinión en el interno. Y es posible que en algún momento haya sido así, pero nada más lejos de la realidad en la actualidad, por lo que espero que este sambenito de «especialistas» haya ido desapareciendo. Nuestra implicación en el conjunto de las tareas del partido es total.
M.O.: Muchas veces vamos a remolque de los conflictos. ¿No crees que en un futuro deberíamos ser nosotros los que creásemos esos conflictos?
P.F.: El Partido no debe sustituir a los Sindicatos de Clase. Estos son los verdaderos instrumentos de la organización de la misma.
Pero es cierto que los y las comunistas no debemos conformarnos con el esfuerzo (con frecuencia durísimo e imprescindible para el éxito de los conflictos), de mostrar nuestra solidaridad desde fuera del centro de trabajo. Debemos alcanzar el objetivo de organizar el conflicto desde dentro del centro de trabajo. Para ello, es necesario que los comunistas estén en los Comités de Empresa y Secciones Sindicales y creo sinceramente, que este camino se está andando correctamente.
M.O.: Finalmente, ¿con qué actitud debemos participar los comunistas en este 1 de mayo?
P.F.: Luchar, participar en las manifestaciones convocadas por los Sindicatos de Clase, atizar en el sentido de mantener una estrategia de movilización sostenida, y en el compromiso que hemos alcanzado en los foros de confluencia, preparar la Huelga General.