El miércoles 4 de diciembre se ha producido la última agresión contra un centro de menores en el distrito madrileño de Hortaleza, nada menos que con una granada lanzada al interior de su edificio. A pesar de que se siga investigando sobre su autoría, no cabe duda de que existe una relación directa de este atentado con el discurso de odio alimentado desde hace años, que ha criminalizado a los menores acogidos y construido un imaginario hostil.
Las agresiones y los ataques se vienen produciendo desde hace años, con pintadas, amenazas y palizas a menores. Frente a esta realidad no cabe más que una respuesta, una actuación represiva eficaz que debe ser prioritaria, ya que se trata de menores de edad que por su situación de desamparo han sido tutelados por una administración pública. La inseguridad la genera la impunidad y la reiteración de los ataques; la ausencia de esclarecimiento y condenas de los reiterados hechos, sean por motivos xenófobos o por cualquier otra causa, está en el origen del problema.
Se ha señalado con toda razón la responsabilidad directa de Vox y sus máximos dirigentes en la generación de este clima de hostilidad con sus discursos de odio; no debemos olvidar que hicieron campaña a las puertas del centro de Hortaleza y los sucesivos bulos que han lanzado. Pero el necesario señalamiento a Vox no debería servir de pantalla a la responsabilidad del Partido Popular y Ciudadanos en el Gobierno de la Comunidad de Madrid; ya desde hace años, incluso cuando el PP gobernaba en solitario, se vienen repitiendo discursos alarmistas e irresponsables desde los máximos responsables de la Comunidad, llegando a reiterar la voluntad de renunciar a esta competencia atribuida por ley.
«El necesario señalamiento a Vox no debería servir de pantalla a la responsabilidad del Partido Popular y Ciudadanos en el Gobierno de la Comunidad de Madrid. Hace años que se repiten discursos alarmistas e irresponsables desde los máximos responsables de la Comunidad»
Es obvio que la gestión de un centro de menores que han vivido en situación de desamparo y afrontan un futuro incierto no es fácil, y requiere una actuación profesional, paciente y dotada de los recursos suficientes. Aquí radica la responsabilidad directa en el deterioro de la situación de lo que debería ser una prioridad por imperativo legal y por humanidad. Saturación, abandono y falta de liderazgo de los responsables políticos, esta ha sido la actitud de la Comunidad Autónoma.
Hay que reconocer, como contraste con la anterior actitud, el papel de los profesionales que han estado a la altura en unas condiciones insostenibles, que han sido capaces de mantener los centros a pesar de todo.
Por todo lo anterior, no nos dejemos arrastrar por las apariencias, el problema está en quienes generan los discursos de odio. Hay que negarse a hablar ahora de los MENAS y el debate tramposo que quiere imponer la derecha y extrema derecha política y mediática. El problema está en el carácter fraudulento de su discurso, un intento de justificar las carencias de los servicios públicos señalando al extranjero, a la inseguridad o extendiendo una mancha de tinta que despiste sobre la raíz del descontento social: las políticas neoliberales que han hecho retroceder los derechos y libertades de la mayoría social. Porque, en cuanto a los regalos fiscales a los más ricos, las privatizaciones y los recortes, la capacidad de acuerdo de Ciudadanos, PP y Vox es fulminante.
Veremos más agresiones a centros de menores, ataques xenófobos y homófobos, discursos incendiarios e insultos a la memoria democrática de quienes lucharon por la democracia en nuestro país. No dejemos ninguna agresión sin respuesta, judicial y de la movilización social, y señalemos los intereses de una minoría social privilegiada que pretenden encubrir.
Abogado. Defensor de los derechos humanos y de las personas refugiadas. Portavoz de Izquierda Unida de Madrid y Secretario de Memoria Democrática del PCE.